Elecciones del CIS-CTA en Valle Hermoso

Fue el último acto eleccionario de este año convocado por el Sindicato Joven CIS-CTA en distintos lugares del país. En este caso, el acto electoral tuvo lugar en Supermercados Mariano Max de Valle Hermoso, localidad distante 77 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Allí estuvieron presentes, entre otras, fiscalizando la elección, los compañeros Walter Camino y Eduardo Amaya, Delegado General y Delegado Adjunto del CIS-CTA Autónoma Córdoba.
Más de 300 trabajadores y trabajadoras concurrieron a votar a su delegado en las elecciones convocados por el CIS desde la apertura de los procesos electorales en lo que va del año, casi todos lo hicieron por primera vez, entre ellos, el joven Guillermo Nievas, trabajador del supermercado Mariano Max, tenía 15 años cuando la corte declaró inconstitucional el artículo de la ley sindical con la que 13 años después pretenden convencerlo que es ilegal que elija a sus compañeros de trabajo como sus delegados, en una organización como CTA, solo porque no tiene Personería Gremial.
Una generación que puede elegir casarse con alguien de su mismo sexo pero el sindicato -para que sea ‘legal’- es el que elige el patrón, una generación que puede elegir cambiarse el nombre de acuerdo a su identidad auto-percibida, pero no de sindicato, porque eso lo decide el estado al condicionarlo con requisitos que mortifican su libertad, a través de una ley sindical que se parece a un edicto de esos que cuelgan en el D2 Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba.
Lo que se condena de la afiliación directa parece ser, el simple derecho a pensar que la libertad sindical para participar y la democracia para elegir parezca tan simple, y la verdad que no compañeros/as, 30 mil almas quedaron en el camino para que la clase trabajadora de estos tiempos ose plantarse ante la burocracia sindical protegida por el poder económico para mantenerla a su servicio.
Que los trabajadores puedan elegir delegados gremiales, que no tengan que peregrinar en un laberinto de imposibilidades, del ‘eso no se puede’, ‘de no es el momento’, donde empresas y dirigencias sindicales cómplices los observan desde arriba, eso tampoco puede concebirse como legal.
Y estos pseudolegalismos con el que se intenta obturar la afiliación directa a CTA no es potestad de la CGT, es un pensamiento conservador que atraviesa todas las siglas.