Esclavitud: La codicia de los amos

Por Jesús Chirino*

La esclavitud puede definirse como un tipo de relación en la cual la vida humana es considerada mercancía que se compra y se vende, produciéndose beneficios económicos para el titulado propietario y la deshumanización de quien es reducido a una “cosa”, quitándole su libertad de manera permanente.

En esta perversa relación jerárquica están quienes subyugan y transforman en posesiones a otros, argumentando que son superiores en algún aspecto.

Apropiarse de la vida del otro/a y de su trabajo

En la historia de la humanidad existieron diferentes sociedades con fuerte participación del trabajo esclavo en la producción de su riqueza. La esclavitud construida por los europeos luego de la conquista de América, tuvo sus particularidades. Sin profundizar en éstas, y entendiendo que se perseguía el beneficio económico, no puede soslayarse que el sometimiento de quienes eran traídos desde el continente africano se justificaba mediante la supuesta “superioridad” del hombre blanco europeo. Según datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 96 % de los cautivos procedentes de las costas africanas llegaron hacinados en barcos de esclavos a los puertos de América del Sur y las Islas del Caribe. Se calcula que entre los años 1501 y 1830, cruzaron el Atlántico cuatro africanos por cada europeo que llegó a nuestro continente.

En lo que refiere a Córdoba, se puede consignar que desde aquí  se distribuyeron esclavos hacia las minas de Alto Perú, Cuyo y Chile. Igual muchos de ellos se quedaron en la región trabajando para familias acomodadas en la capital provincial, en las órdenes religiosas y en los campos. En la zona donde actualmente se ubica Villa María, podemos mencionar  a los esclavos que vivían en las inmediaciones de lo que actualmente es el Parque Hipólito Irigoyen, en Villa Nueva, y en la Estancia Yucat.

Nacer libre

El congreso de diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que excluyó a los diputados artiguistas, convocado por el Segundo Triunvirato, denominado Asamblea General Constituyente y Soberana, conocida como “Asamblea del Año XIII”, sesionó en Buenos Aires entre el 31 de enero de 1813 hasta 24 de enero de 1815. Es importante señalar que en ese cónclave se asumió por primera vez, la soberanía nacional en nombre del pueblo y no en carácter provisorio del monarca español. La Asamblea estableció que “Siendo tan deshonroso como ultrajante a la humanidad  el que en los mismos pueblos que con tanto tesón y esfuerzo caminan hacia su libertad,  permanezcan por más tiempo en la esclavitud,  esta Asamblea decreta que los  niños que nacen en todo el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sean considerados y tenidos por libres todos los que en dicho territorio hubiesen nacido desde el 31 de enero en adelante, fecha ésta que fue elegida por ser la que marcaba la feliz instalación de la Asamblea.”

Según lo decretado, los hijos e hijas de esclavos nacidos a partir del último día de enero de 1813 tenían que ser considerado/as libres, aunque debían seguir cumpliendo con algunas obligaciones para con los amos y viceversa.  También se dispusieron penas con la intención de evitar que los amos burlaran la ley. En pos de lograr un debido registro, se ordenó que los propietarios de esclavos, los párrocos y las autoridades debían dar cuenta al gobierno de los nacimientos de hijos de esclavos. Todos los niños y niñas se quedarían con su madre hasta los dos años de edad y el amo debía cuidarlos y darles educación, a cambio de sus trabajos gratuitos hasta los quince años. A partir de esa edad y hasta los 20 años debía pagarles un salario y depositarlo para formarles un capital. Esta medida es conocida como la “libertad de vientres”. La Asamblea también dispuso que todo esclavo dejaba de serlo al pisar suelo de las Provincias Unidas. En el mes de noviembre de 1813 el  gobierno  imperial de Brasil presentó una queja pues consideraba a esta disposición como un acto hostil y temía la fuga de sus esclavos, y se dio marcha atrás con la disposición.

La codicia de los esclavistas

Así como Brasil llevó adelante acciones que ahuyentaran la posibilidad de verse perjudicado económicamente por la huida de sus esclavos, los esclavistas de nuestro territorio también llevaron adelante acciones para no respetar la libertad de vientres que, según sus ópticas, los perjudicaba. En el Archivo General de la Nación puede consultarse un documento, fechado en 1821, que da cuenta de las medidas adoptadas por la policía a fin de que se cumpliera el decreto que normaba la libertad de vientres  establecida por la “Asamblea del Año XIII”.

El documento señala que “Sorprendido el gobierno altamente, sabiendo que la codicia, en el inhumano empeño de hacer esclavos a los que por las leyes del país deben ser libres, llegando la audacia hasta el extremo de transportar a otros países las criadas embarazadas para esclavizar en ellos a los hijos por nacer, y también los hijos ya nacidos” decretó que “ninguna criada embarazada” podría salir al extranjero “tampoco podrá salir ningún liberto hasta no cumplir la edad de emancipación; no se dará permiso para extraer criado chico, sin que su amo presente la fe de bautismo; en los pasaportes se expresara haber cumplido con el capítulo anterior”.

Como puede observarse, los esclavistas no tenían límites a la hora de realizar maniobras para seguir esclavizando.

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María

Fuente: www.eldiariocba.com.ar