Guerra Malvinas: Las comunicaciones secretas a través de La Nación con el topo de la OTAN Canciller Costa Méndez (1)

Por Javier Llorens*

Capítulo 1: Introducción y el inicio de “la aproximación”

En sucesivas notas Stripteasedelpoder.com fue revelando parte de la intriga secreta que dio lugar a la trágica Guerra de Malvinas de 1982. En MALVINAS 1982: la guerra planificada por EEUU y la OTAN y ejecutada por el Reino Unido, y en MALVINAS: 41 años de entrega sin entender lo que realmente pasó en 1982, revelamos que el objetivo de ella era instalar una base de la OTAN en Atlántico Sur, ante la expansión de la Unión Soviética en él.

En MALVINAS: cómo EEUU embocó a Galtieri y emboscó a Argentina, expusimos como EEUU engrupió al comandante en Jefe y luego presidente de la Nación Leopoldo Galtieri, integrante de la Junta Militar, de que Argentina era una aliada estratégica de esa potencia, con motivo de las “guerras sucias” que se libraban en Centro América. Tratándolo como un “general majestuoso” y equiparándolo con el Gral. George Patton, héroe de la 2da. Guerra Mundial.

En GUERRA MALVINAS: como Inglaterra indujo a la Junta Militar argentina a recuperar las islas, revelamos el engaño que se desplegó sobre el Agregado Militar en Londres, y luego comandante en Jefe de la Armada e integrante de la Junta Militar Isaac Anaya, respecto a que Inglaterra solo le interesaba del petróleo y no su soberanía. A la par que fingía un desmantelamiento de la “Royal Navy” que confirmaba ello, y supuestamente garantizaba la inacción militar por parte del Reino Unido.

En ella también revelamos un documento, que acredita que fue la cancillería a cargo de Nicanor Costa Méndez, la que tempranamente a principios de enero de 1982, esbozó el inusitado plan diplomático militar “Ocupar para negociar”. Que llevó a la Junta Militar a recuperar las islas Malvinas, sin prever su defensa posterior, ante la prognosis de que el Reino Unido no reaccionaría militarmente, y en todo caso EEUU lo impediría.

En MALVINAS 1: la guerra de 1832 planificada por el Reino Unido y ejecutada por EEUU, y en MALVINAS 2: el ataque de la USS Lexington de EEUU que  abrió paso a la ocupación británica, expusimos el notable antecedente histórico  que fue el despojo de Malvinas en 1832/33, mediante una operación ejecutada en tándem por el Reino Unido y EEUU. Siendo ella la primera que concretó esa “alianza especial”, que se ha prolongado dos siglos, establecida a partir de la famosa declaración del presidente de EEUU James Monroe.

Luego en Kissinger: Cómo evitar otra guerra mundial y su vínculo con Malvinas, revelamos la actuación estelar que tuvieron en el conflicto de Malvinas Henry Kissinger y sus asociados: el general Alexander Haig, ex comandante en Jefe de la OTAN; el canciller ingles Lord Carrignton, que renunció por supuestamente no haber previsto la recuperación de las islas, y luego paso a desempeñarse como secretario de la OTAN; y de Thomas Enders, el experto en petróleo que le aseguró a Galtieri el “hands off” por parte de EEUU, y luego como embajador en España, fue el artífice del ingreso de este país a la OTAN.

Posteriormente en Para que sirve la deuda externa (II) las tres guerras de Argentina y de nuevo la deuda, revelamos que la estrategia previa por parte de la OTAN liderada por EEUU y Reino Unido, en procura de instalar en las islas Malvinas una base aérea sin esfuerzo propio alguno, consistió en impulsar el arribó a ambos lados de la Cordillera de dos dictaduras militares demenciales. Dispuestas a enfrentarse bélicamente por el Conflicto del Beagle, tras el provocativo falló de Su Majestad Británica.

Habiendo sido parte de esa estrategia, la proliferación de los trágicos campos de concentración clandestinos que pulularon en Argentina a partir de mediados de 1976, con motivo de la denominada “guerra sucia”. A los efectos de propinar con su aparición pública, un último golpe moral a los argentinos, tras el colapso militar fruto de ese enfrentamiento bélico regional. Para facilitar su disolución nacional, tal como sucedió con Alemania con la 2da Guerra Mundial, extinguiendo así para siempre el conflicto por Malvinas.

Así Kissinger, que antes había anticipado el posible break up o partición de Argentina, en 1976 impulsaba a la dictadura militar argentina diciendo, “lo que tienen que hacer háganlo rápido”. Y luego en 1978, en su visita a Buenos Aires con motivo del Mundial de Futbol, la impulsaba a ir contra Chile diciendo, “el temor a la guerra es un chantaje”.

Tras el fracaso de esa estrategia por la intermediación papal, como una maniobra prebélica de contención, para mantener a Argentina en el campo occidental, se produjo el masivo endeudamiento externo “sucio” argentino. Mediante: 1) La “tablita” de Martínez de Hoz. 2) El crac bancario que se precipitó a partir 1980, que a lo largo de una década llevo a la liquidación a 267 entidades financieras, por efecto de la baja  de encajes de la denominada Cuenta de Regulación Monetaria dispuesta por el BCRA, cuyas anomalias habia permitido la creación y sostenimiento de centenares de bancos y financieras en los años previos. 3) La enorme emisión monetaria que ello deparó, por la garantía estatal de los depósitos, que se encaminó a la compra de dólares, y su consecuente inflación. Lo que hizo que las divisas registradas como deuda externa, se fugaran enteramente, no dejando nada como contrapartida.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Cuyo extraordinario peso en las finanzas públicas, derribó o arruinó a los sucesivos gobiernos democráticos que vinieron luego. Y a la par instauró un bimonetarismo informal, destruyendo el sistema de ahorro formal argentino. Dado que a partir de allí, agravado por las crisis financieras de 1989/90, 1995, y 2001, los argentinos pasaron a ahorrar informalmente y estérilmente en divisas, interrumpiendo así el ciclo económico virtuoso de ahorro, inversión, producción, empleo, y consumo.

Siendo esta la causa esencial de la debacle argentina, que sobrevino tras la dictadura militar y la reaparición de la democracia. Al registrarse a partir de allí un estancamiento económico con un crecimiento nulo del PIB a lo largo de una década. Y un lento crecimiento posterior con grandes altibajos, con un promedio de solo 1,7 % anual hasta el año actual, contra el 4 % anual que había crecido Argentina previamente. O sea solo un 0,7 % anual, sobre el promedio del crecimiento vegetativo de la población que hubo ínterin.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Lo que se agravó sustancialmente a partir del 2011, al bajar la tasa promedio de crecimiento del PIB al 0,54 % anual, por debajo de la tasa promedio de crecimiento vegetativo de la población del 0,6 % anual, como si se tratara de otra década perdida, similar a la de los ’80. Lo que aunado a la inflación propulsada por la cotización asimétrica de los bonos de la deuda externa en Nueva York, explica el enorme malestar social existente.

Finalmente en GUERRA DE MALVINAS 1982: ¿La alta traición del canciller Nicanor Costa Méndez? expusimos los gravísimos cargos que el Informe Rattembach (CAERCAS – Comisión Análisis y Evaluación Conflicto del Atlántico Sur) hizo respecto la actuación del canciller Nicanor Costa Méndez. Al impulsar el inusitado plan diplomático militar “Ocupar para negociar”, que solo preveía la recuperación militar de las islas, pero no su defensa posterior, como así también su gestión posterior.

Ahora en la presente nota y otras subsiguientes Stripteasedelpoder.com revelará el desempeño del canciller argentino Nicanor Costa Méndez, como topo o doble agente de la OTAN. Dirigido en esa tarea mediante unas alucinantes comunicaciones “opacas”, cursadas a través del diario LA NACION, el “diario de registro” de Argentina según la embajada de los EEUU, conforme los cables de Wikileaks. Utilizado como canal encubierto para prepararlo desde mediados de 1979 a esos fines de alta traición.

Pasó a ser así, desde su cargo de ministro de Relaciones Exteriores, la pieza indispensable de índole diplomática, para cerrar el cuadro referencial, en términos internacionales, absolutamente falso, creado en el imaginario de las autoridades militares argentinas. Tarea en la que también participó activamente el mismo diario LA NACION, con la publicación de sus sesgadas noticias y notas de opinión. A los efectos que la Junta Militar decidiera recuperar las islas Malvinas, en base al absurdo el plan diplomático militar “Ocupar para negociar”.

Y su cometido estuvo lejos de acabar allí. Ya que el accionar del canciller Costa Méndez, como se verá seguidamente, también descerrajó el incidente de las Islas Georgias, que hizo precipitar la ejecución tempranamente a destiempo, el plan de “Ocupar para negociar”. Y luego también fue el agente decisivo, que en su mismo inicio hizo abortar ese plan, para reemplazarlo por el improvisado plan de “Reforzar para obligar a negociar”.

Por efecto de la “sorpresa diplomática” de la resolución 502 del Consejo de Seguridad de la ONU, contra Argentina. A la que no solo facilitó su veloz emisión, sino también su resultado adverso con la pérdida de votos que podrían haber sido a favor. Y a ello como otro factor concurrente, se sumó la deliberada euforización de la población, promovida por LA NACION junto con CLARIN. Diario que semanas antes había cambiado de manos, pasando su control total al grupo Magnetto. Junto con la inauguración, dos semanas antes de la recuperación de las islas, de la agencia de noticias DYN, controlada por esos dos grandes diarios.

Esos dos factores dejaron atrapada militarmente a la Junta Militar en las islas Malvinas. Y así la resolución del conflicto quedó en manos del supuesto mediador, el secretario de Estado de EEUU y ex Comandante de la OTAN, Alexander Haig. Quien la única salida que le brindó a la extraviada Junta Militar argentina, fue la guerra. O el reconocimiento de la autodeterminación de los isleños, que le había sido negada al Reino Unido, con el éxito diplomático argentino de la resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU del año 1965.

Semblanza del canciller Nicanor Costa Méndez

Nicanor Ernesto Costa Méndez Laspiur  (1922-1992), era un vástago de la oligarquía argentina abiertamente probritánica. Su padre fue Nicanor Costa Méndez (1884-1946), un médico, hacendado, y político cordobés, perteneciente al Partido Demócrata, que fue tres veces diputados nacional por esa provincia, e interventor en la provincia de San Juan en 1938/39. A la que debió renunciar por el fraude que se cometió en las elecciones de ese año, que resultaron anuladas.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Este era hijo a su vez de  Julio Nicanor Costa Smith (1852-1903) , cuyos padres  fueron Nicanor Costa Trapani, y Mariana Smith Brown, de donde provienen su sangre inglesa. Su madre era Raquel Laspiur Basavilbaso (1888-1966), hija de Saturnino Gumercindo de Jesús Laspiur Ruiz, y de Joaquina Basavilbaso Quirno Costa. Por eso, acorde con su sangre un cuarto inglesa y las costumbres de la oligarquía argentina de antaño, Costa Méndez de niño fue educado en Inglaterra, y por eso hablaba el inglés de Londres como si fuera su idioma materno.

Tras recibirse de abogado y doctorarse en leyes en la UBA, abrió en Buenos Aires un distinguido bufete de abogados. Y durante el interinato del senador presidente de José María Guido, tras el derrocamiento del presidente Arturo Frondizi, fue nombrado embajador en Chile entre 1962/63. Luego durante la dictadura del Gral. Juan Carlos Onganía, pasó a desempeñarse como ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, entre 1966 y 1969.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez
Nicanor Costa Méndez segundo a la izquierda de anteojos, mientras el General Onganía rezaba de rodillas.

Al asumir el cargo el mismo día del golpe de Estado, Costa Méndez se despachó con un discurso, en el que anunció que con él se iniciaba una política exterior qué en los aspectos relacionados con la seguridad continental, estaba inspirada en las ideas y postulados de la denominada Doctrina de Seguridad y Desarrollo, proveniente desde Washington.

Durante esa gestión protagonizó tres singulares antecedentes diplomáticos, relacionados con la dependencia con los EEUU, las Islas Malvinas, y Uruguay, que se encuentran relatados por el calificado diplomático Juan Archibaldo Lanús, en su libro “De Chapultupec al Beagle -Política Exterior Argentina : 1945-1980”.

El “Estado Mayor Americano”

Uno fue el fiasco de la creación del “Estado Mayor Americano”, impulsado entre gallos y medianoche por EEUU, en febrero de 1967, durante la reunión de la II Conferencia Interamericana Extraordinaria de la OEA en Buenos Aires. Costa Méndez se transformó entonces en el paladín para crear un Comité Consultivo de Defensa interamericana, colocándose en las antípodas de la posición asumida durante la presidencia de Juan Perón.

Tras diversas vacilaciones y consultas, narradas por Lanús, finalmente Costa Méndez, tras un fuerte impulso que provino de EEUU y los militares argentinos, ordenó presentar el proyecto, y Edwin Martin, delegado de los Estados Unidos, anunció de inmediato que estaba de acuerdo con él. Por su parte el delegado de Colombia, Alfredo Vázquez Carrizosa, se encargó de demolerlo, diciendo que con él “se establecía un “Estado Mayor Latinoamericano”, que era la partida de bautismo de una “Fuerza Interamericana”; que se creaba una entidad supranacional incompatible con la Carta de la ONU; que se alteraban las bases de la Carta de la OEA, etc. Finalmente, el proyecto argentino obtuvo seis votos a favor, once en contra, y tres abstenciones, entre estas la de EEUU.

La defección en la cuestión Malvinas

En cuanto a Malvinas, el triunfo diplomático logrado durante el gobierno del presidente Humberto  Illia con la aprobación en la ONU la resolución 2065, dio inicio a negociaciones bilaterales con el Reino Unido. Las que fueron continuadas durante la dictadura de Onganía, principalmente por el embajador argentino en Londres, brigadier Eduardo Mc Loughlin.

En una reunión que tuvo lugar en agosto de 1968 entre Mc Loughlin y el canciller laborista Lord Chalfont, se llegó a un acuerdo sobre el texto de un “Memorándum de Entendimiento”, que la embajada argentina en Londres trasmitió inmediatamente a Buenos Aires. Según Lanús dicho Memorándum sin firmas decía:

“El Reino Unido reconocerá la soberanía de la Argentina sobre las Islas a partir de una fecha a ser convenida, tan pronto como sea posible, después de que los dos gobiernos hayan resuelto la divergencia respecto del criterio conforme el cual los intereses de los isleños estarían asegurados por las salvaguardias ofrecidas por el gobierno argentino… Ambos gobiernos continuarán las conversaciones en Londres, a los efectos de definir esas salvaguardias”

Según Lanús, ese documento “contiene el compromiso más explícito por parte del Reino Unido… A partir de este momento, la historia no es clara del lado argentino. La Cancillería tomó conocimiento del memorándum en el mes de agosto y el rastro de las gestiones o consultas efectuadas en el seno del Gobierno no es claro. Lo cierto es que el Gobierno Argentino guardó silencio durante varias semanas. No hubo reacción por parte de Argentina a pesar de que Mc Loughlin la reclamaba.”

“Después de mucha dilación y consulta, el canciller Costa Méndez logró instruir a la Embajada de Londres para trasmitir la aceptación argentina. Ya era el mes de diciembre de 1968 cuando el embajador en Londres, Mc Loughlin, y su segundo, Ross, fueron a entrevistar al secretario Stewart para poner a punto el procedimiento de transformar el Memorándum en un acto oficial de ambos gobiernos. Apenas ingresaron en el despacho, éste les dio la siguiente respuesta, que escucharon atónitos:”

“Lamentablemente la respuesta llega muy tarde; ya no estamos en condiciones de aceptar el Memorándum, tengo que ir al Parlamento a dar explicaciones sobre esto porque los conservadores han pedido una explicación… Ese día en la portada de un diario británico se leía el título “Malvinas en venta”. Se sabe que alguien del Foreign Office había pasado copia del Memorándum a Bill Hunter Christie, ex diplomático británico en Buenos Aires, abogado y ejecutivo del Comité de las Islas Malvinas. Los argentinos llegaron tarde a lo que fue una oportunidad perdida.” (p. 473 a 476).

La simultánea aparición en la escena del petróleo

Poco después de ese sospechoso fracaso diplomático protagonizado por Costa Méndez, hizo su entrada en escena el petróleo, lo que explicaría porque se perdió esa oportunidad. El 29 de noviembre de 1969, LA NACION publicó un cable de AP, proveniente de Londres con título “La exploración del lecho marino de las Malvinas”.

Informaba en él que “se están estudiando diversas solicitudes para explorar el lecho marino en torno del archipiélago en busca de petróleo… Se celebran consultas entre el gobierno británico y la administración de las islas y a la larga se otorgarán concesiones para exploración.” A su vez en elverano de 1969/-70 el gobierno argentino autorizó a SHELL a realizar trabajos de exploración sísmica sobre la Cuenca Marina Austral.

Ese año el Reino Unido cambió su alta estrategia nacional, dejó de ser una potencia marítima-comercial en decadencia, para comenzar a ser una potencia marítima – petrolera de primera magnitud, en base a los yacimientos de petróleo del Mar del Norte. Con ellos el Reino Unido pasó a obtenerel grueso de sus ingresos fiscales de la explotación de esos yacimientos, se convirtió en el primerproductor mundial de petróleo off shore, y la SHELL ROYAL DUTCH anglo-holandesa es la empresa de punta en esa actividad.

Esta explotación del petróleo marítimo y el de Alaska, mucho más costosa que la del petróleo continental, se hizo posible gracias a la decuplicación -multiplicación por diez- de los precios del petróleo que produjo la guerra árabe israelí de Yom Kippur en 1973, y el consecuente embargo petrolero árabe, sobre ese vital elemento para las economías modernas. Deparando la creación de los petrodólares, en base a los cuales EEUU paso a dominar financieramente al mundo.

Ese conflicto tuvo a Kissinger como actor principal, administrando la disputa árabe israelí. Quien además de secretario de Estado y consejero presidencial para los servicios secretos -cargo al que renunció recién en febrero de 1990- era también director del Proyecto de Estudios Especiales de la Rockefeller Brothers Fund (EXXON-Standars- Citibank-Chase). Y luego también como se anticipó y se verá, fue un protagonista esencial en la Guerra de Malvinas de 1982.

La cortina de humo del espionaje a Uruguay

El fiasco diplomático que produjo la morosidad de Costa Méndez, en relación con la propuesta inglesa por Malvinas, se vio muy oportunamente disimulado por el súbito entredicho argentino-uruguayo que se desencadenó en enero de 1969. Cuando la delegación uruguaya del Grupo de Trabajo sobre temas relativos al Rio de la Plata, descubrió la existencia de micrófonos en el hotel de Buenos Aires donde se hallaba alojada.

Costa Méndez, en lugar de aplacar el incidente, lo exacerbó, aceptando “ingenuamente” que esos micrófonos habían sido instalados, pero para escuchar a exilados políticos del país vecino, y por olvido no se habían retirado (ibidem, p.  448, 455). Con tantos desaciertos, la estrella del canciller Costa Méndez en su primer desempeño en ese cargo entró en declinación, y tuvo que abandonar el cargo un par de semanas después del Cordobazo de mayo de 1969.

Las comunicaciones “elípticas convencionales” a través del diario LA NACION

Conforme su primer desempeño como canciller acorde lo descripto, a continuación Costa Méndez pasó a ser un topo o agente encubierto “dormido”, como se les llama en el oficio. O al menos contaba con un perfil apto para desempeñarse como tal.

Para el cometido de su misión como topo o agente encubierto de la OTAN, durante su segundo desempeño como canciller durante la presidencia del Gral. Galtieri, en un alarde alucinante de comunicaciones “opacas” –tal como las denomina Kissinger en sus memorias- a través del canal encubierto el diario LA NACION, desde mediados de 1979 se cumplieron sucesivamente las delicadas tareas de aproximación, enrolamiento, entrenamiento, instrucción, sostenimiento, y conducción durante su misión, como agente encubierto al servició de la OTAN, liderada por EEUU y el RU.

Para entender el uso de este extraordinario canal encubierto –y siniestro en el sentido freudiano, referido a “algo oculto en casa que nunca debe salir a la luz”– se debe partir de la base que la dictadura militar de entonces, como todas las dictaduras, eran expertas en lo que se denomina inteligencia humana (HUMINT del inglés human intelligence), basada en la infiltración, seguimientos personales, intercepciones telefónicas, etc.

De esta manera, con mensajes encubiertos insertados en un diario al alcance de todos, que se vende en los kioscos o los canillitas lanzaban bajo la puerta, no solo se anuló las capacidades de la Humint. Sino también la inteligencia de señales (SIGINT del inglés, Signals Intelligence) desarrollada notablemente a partir de la aparición del telégrafo y la radio, al no dejar rastro alguno de la existencia de un mensaje por su naturaleza opaca.

Pero además, y esto es muy importante en términos psicológicos, de esa forma se introduce al agente encubierto receptor de los mensajes, en un estado de empoderamiento y sugestión narcisista, al tratarse de un diario de enorme prestigio social, escrito en parte para él. Lo cual junto otros aportes como se verá, lo sostiene psíquicamente en su tarea de agente doble con enorme riesgo y estrés, asegurando así el cumplimiento de su misión.

También cuenta con la ventaja adicional, de qué en las delicadísimas tareas de aproximación, enrolamiento, y fijación de objetivos (approach and engagement en la jerga anglosajona) si el posible agente se muestra reacio o rechaza esas propuestas, le resulta casi imposible denunciar la existencia de ese envite, porque quedaría en ridículo como un paranoico viendo significados o significosis en cualquier lado. Situación que cambia radicalmente cuando se producen respuestas de comportamiento por parte del agente encubierto, porque ello permite probar fehacientemente la existencia de la comunicación, como es el caso actual.

En la información relacionada con la guerra y los conflictos, durante la 2da Guerra Mundial en la llamada “guerra de ondas” radiofónicas, se distinguen dos categorías del lenguaje empleado, el “convencional abierto”, destinado a influir en el gran público. Y el “convencional elíptico”, mediante mensajes cifrados enigmáticos, que solo podía ser descifrado y entendido por quien era el destinatario del mensaje.

Siendo un tosco ejemplo de esto un mensaje que diga: “Pedro, te mando lo que me pediste”, que solo lo puede saber Pedro, por la “elipsis” o supresión de lo pedido por Pedro. Y en tal sentido la geometría y la literatura se fusionan, con la figura retórica de la elipsis, que consiste en la supresión del parte del texto, y se interpreta por su co-texto. La figura de la parábola, que consiste en un relato figurado, del cual por analogía o semejanza se deriva una interpretación, conforme al contexto comunicacional. Y la hipérbole que consiste simplemente una exageración de lo que se describe.

La herramienta fundamental de los “mensajes elípticos” es la parabola, y su hermana menor, la metáfora. Y así, como un tosco y elemental ejemplo, el mensaje “Pedro, te mando los bombones que me pediste”, puede ser entendido por Pedro en una situación bélica como las bombas que pidió. Mientras que otros escuchantes del mensaje radiofónico, no pueden interpretar quién es Pedro ni las bombas que pidió.

Sus antecedentes internacionales

Al respecto existen anécdotas conocidas, como la que narra Winston Churchill en su autobiografía, cuando en su juventud como corresponsal durante la guerra contra los Boers en Sudáfrica, trató de huir de la prisión en la que estaba detenido, junto con otros militares británicos. Y ante la dificultad que tuvo para concretarla, por la presencia de guardias que estaban al acecho, narra que dos de sus compañeros a los que no podía ver, pero estaban muy cercanos, lo alertaron poniéndose a decir palabras latinas sin sentido, y entre ellas uno dijo “Churchill”. A lo que él respondió con un discreto estornudo, y ante esa respuesta agregó en inglés como dirigiéndose a su otro compañero: “no puede salir, el centinela sospecha. Todo se acabó. ¿Puede usted volver?”

Otro ejemplo es el de James Joyce, el famoso autor del Ulises, que es una parábola del viaje del astuto héroe griego de vuelta a Itaca, tras la Guerra de Troya, que sucede en Dublín. Cuyas cartas enviadas desde el continente durante la 1ra Guerra Mundial, que eran de lectura obligatoria por la inteligencia británica como un primer rudimento de la inteligencias de señales, eran interceptadas por considerar que contenían parábolas y metáforas que podían tener otro sentido.

Y lo más sugestivo es que luego fue el mismo Churchill y sus mensajes elípticos en Sudáfrica, el que financio la primera edición del Ulises de Joyce en Francia, con el que pasó a ser una celebridad mundial. Al respecto su biógrafo Herbert Gorman, señaló que antes y durante la 1ra Guerra Mundial, Joyce, pese ser irlandés, “ganó dinero vendiendo su datos sobre Austria a la autoridades británicas en Roma… y posteriormente ayudó a los británicos y fue empleado en su oficina de propaganda inglesa”.

También narra que en su actividad como escritor, fue sostenido por un mecenas anónimo, que todos los meses depositaba en un banco una módica suma que le asegurara su supervivencia. Luego Joyce paso a residir en Zurich, donde se editaban los diarios en alemán que llegaban a la Alemania nazi. Y allí en un alarde de sobreposición de sentidos literarios, escribió su poco entendible y traducible obra póstuma, Finnegans Wake, en el que críticos advierten hasta siete niveles de sentidos diferentes.

Dicha “obra abandona toda convención de argumento, trama y diseño de los personajes, y está escrita en un lenguaje oscuro e inextricable, basado sobre todo en complejos juegos de palabras expuestos en distintos niveles significativos, y tomados de varias lenguas”. Y esto es lo que sucedió en cierta medida con los mensajes encubiertos cursados a Costa Méndez como topo de la OTAN, a través del canal encubierto del diario LA NACION.

No se trata de la denominada esteganografía, que es la técnica de ocultar mecánicamente un mensaje dentro de otro, como sucede con la denominada “Null Cipher”, cifrado nulo, o cifrado de ocultación. En el cual el texto se mezcla con una gran cantidad de material no cifrado, como por ejemplo un texto cuyas letras iniciales de las palabras conforman el mensaje oculto. Cuyas posibilidades se han expandido enormemente con la informática y la digitalización.

Sino de algo mucho más complejo en términos literarios y comunicativos, pero en su esencia consiste en la anécdota que protagonizo Churchill antes narrada. Donde en un farrago de mensajes que están al oído o vista de todos, se deslizan mensajes que su sentido figurado o parabólico, solo es interpretado por el receptor al que está destinado. Con la ventaja que al no ser ocultos sino “opacos”, no suscita el interés de descifrar como son los mensajes cifrados. Y como se dijo, también son mucho más complejos en términos psicológicos, a los efectos no solo de instruir al agente encubierto en su arriesgada misión, sino además motivarlo y sostenerlo psíquicamente para que la lleve a cabo.

Siguiendo a Sigmund Freud y su libro La interpretación de los sueños”, con sus metáforas y simbolismos, y su contenido manifiesto en el que subyace otro latente, tambien podria decirse que se trata de un lenguaje o mensajes oníricos. Con la capacidad de introducir en un ensueño o estado de trance a su receptor.

La creación de la página OP-ED en LA NACION

Los mensajes analizados previamente estaban referidos esencialmente a los verbales radiofónicos. Pero ya tempranamente en el siglo XIX, el diario LA NACION de Bartolomé Mitre, fue acusado de mandar mensajes encubiertos a través de ese diario, preparando la revolución de septiembre de 1874, que finalizó con su desastrosa derrota en la batalla de “La Verde”.

Otro ejemplo notable es la clausura en 1998 del diario Egin vasco por parte del juez español Baltasar Garzón. Según informó la misma LA NACION, el mismo “era un “elemento esencial” en el control de la red operativa y de apoyo de ETA y constituía un soporte fundamental del grupo ideológico armado más peligroso de Europa… Según Garzón, el diario vasco sirvió durante años de vehículo de transmisión de las órdenes dadas a los comandos terroristas por la dirección de ETA. “La organización terrorista -sostuvo el juez en el auto judicial- utilizó a Egin como medio y elemento coordinador en la publicación de claves para sus comandos”, a través de las secciones de anuncios y de mensajes personales”.

En el caso de Costa Méndez, concretamente, el 13 de agosto de 1979 LA NACION inauguró su página OP-ED, Opuesta Editorial. Que es la que sigue a la página central, en la que dicho diario se despacha con sus editoriales como “Tribuna de doctrina”,  y donde están las Cartas de lectores.  Lo hizo dos semanas después de la visita del subsecretario de Asuntos Latinoamericanos del Foreign Office  Nicholas Ridley. Quien sondeó, tanto en las islas Malvinas como en Argentina, la posibilidad de un reconocimiento de la soberanía de Argentina de las islas, con un contrato de arriendo (“lease back”) por 99 años. Como un último intento antes poner en operaciones el plan que vino luego, encontrando en ambos interesados solo opiniones negativas al respecto.

La pagina OP-ED es una imitación de la página del mismo nombre del principal diario estadounidense, The New York Times, inaugurada en septiembre de 1970. Al mismo tiempo que se fortalecía el nacionalismo petrolero de la OPEP, que tan rentable resultó para los intereses de EEUU, y escalaba el conflicto árabe israelí. Cuyo desenlace se produjo con la Guerra de Yom Kippur de 1973, que se libró en octubre de ese año y precipito el embargo petrolero árabe.

Liderado por Arabia Saudí, y especialmente su ministro de Petróleo y Recursos Minerales y secretario de la OPEP, el jeque Ahmed Zaki Yamani. Quién contaba con títulos de abogado obtenidos en la Universidad de Nueva York, Harvard, y Exeter. El embargo hizo trepar 10 veces el precio del petróleo, lo que posibilitó la emisión masiva de los petrodólares por parte de EEUU, para pagar las nuevas facturas petroleras transadas mundialmente, cambiando así la economía mundial. Mientras que el rey saudí Faisal azorado, creía que su ministro se había vuelto loco.

El caso es que luego Yamani terminó sus días refugiado en Londres, al ser sindicado como agente extranjero. Dejando el interrogante sí a través de la página OP-ED de The New York Times, los muchachos del entonces secretario de Estado Kissinger, con sus comunicaciones “opacas”, lo instruían y alentaban para llevar adelante esa faena de enorme agio del precio internacional de petróleo, que cambió el orden mundial.

La página OP-ED de The New York Times y LA NACION, imitada luego por otros grandes diarios, estaba destinada a las notas de opinión de autores ajenos al staff de diario. Pero lucía además el mismo 13 de agosto, en el caso de LA NACION, de dos pequeños recuadros, donde aparecían texto “mínimos”, eminentemente literarios, como metamensajes ingeniosos.

Los que a partir de allí, con su diaria repetición, pasaron a integrar naturalmente el “paisaje” de la página OP-ED, sin llamar la atención. No obstante contener como se verá, el tema o topic dominante de los mensajes cursado a Costa Méndez. Los que resultaron más abundantes, con un ritmo al principio diario, como para instalarlos rápidamente en el paisaje, aparecían como “Mínimas” firmadas por Nemo.

Palabra que en latín quiere decir Nadie. Pero también alude al misterioso capitán Nemo, del viaje submarino durante 20 mil leguas de Julio Verne. Y al episodio de Ulises que tras cegar al cíclope Polifemo, ante la pregunta de este de quien era para que sus iguales pudieran tomar venganza, respondió en griego, Nadie.

Su autor, según la atribuyó mucho después LA NACION, era Octavio Hornos Paz, el secretario general de Redacción que ocupó ese puesto entre 1968 y 1986. También aunque en menor cantidad, los metamensajes aparecían firmados por LNT, EMM, N.B.C, O.S.Z, Augusto Paz, R.B., JP, JAM, J.R., J.C.C., P.A. N.B.C. etc.

Una de esas iniciales coinciden con las de Juan Carlos Casas. Un economista ultra liberal especializado en finanzas, con veleidades literarias, radicado en EEUU, que casualmente regresó al país poco antes de inaugurarse la página OP-ED de LA NACION. Donde se desempeñó como editorialista y Jefe de la Sección Finanzas, y escribía su columna dominical Diálogos en la City, bajo el seudónimo de David Home.

A la par se desempeñaba como gerente de Mercados de Capital en el Banco de Inversión Citicorp – Río Banco, una extraña y efímera unión entre Citibank y el grupo Pérez Companc, en ese entonces dedicado al petróleo, en el que también se desempeñó el hombre de la deuda Daniel Marx. Luego de la guerra de Malvinas, Casas pasó a detentar una cátedra nada menos que en la Universidad de Oxford, Inglaterra.

Inaugurando esos metamensajes, con el título “Mínimas – La parálisis ante la cámara fotográfica”, con la firma de Nemo, esta hacía alusión a un “vino de honor”, en el cual ante la aparición del fotógrafo, las personas cesan en sus conversaciones y tratan de desembarazarse de los vasos con los que estaban bebiendo. Y otro con título con signos de admiración ¡Todo empezó el acetil salicílico! Firmado por L.N.T, se refería a la aspirina obtenida de la planta “Spirea ulmaria”, y terminaba finalmente hablando de los templos judíos.

La célula de tres o de cuatro

El caso es que Costa Méndez, el año anterior había sido uno de los fundadores del CARI (Consejo Argentino Relaciones Exteriores) una imitación del Council on Foreign Relations norteamericano, y elegido como su vicepresidente, además de presidir el Ateneo de la República. Por esa razón ya había publicado antes algunas notas con su firma en ese diario, y había sido invitado al coctel con que LA NACION inauguró la página OP-ED.

Y eso de inmovilizarse y esconder el vaso, pareciera ser un comentario a la actitud tomada por Costa Méndez ante el fotógrafo, o algo parecido. Además “Spiera ulmaria” tiene como primera silaba Spi, espiar en inglés fonético, y su sentido profundo se devela más adelante. Y lo de los templos judíos parece una alusión al origen judío del apellido Costa Méndez.

Arriba de la página OP-ED, bajo el título “La violencia, un modo de vivir en nuestros días”, había un mapa de “costas” de países, en el que faltaban las de Argentina, y una enumeración de los conflictos bélicos existentes en ellos. Comenzando por El Salvador y Nicaragua, que supuestamente para la dictadura militar, era el objeto de la alianza supuestamente estratégica con EEUU, que iba a incidir favorablemente en el conflicto de Malvinas

Pero hay más, bastante más, mucho más, muchísimo más. Porque esa es solo la pequeña semilla inicial de un frondoso follaje, de cientos de hojas periodísticas envenenadas, que llevo a Argentina a la Guerra de Malvinas de 1982. Cuya alternativa era renunciar a la soberanía argentina sobre las islas, mediante reconocer la autodeterminación de los isleños.

A la inauguración también había sido invitado Eduardo Alejandro Roca Hunter  (1921-2019), que también había publicado anteriormente notas en LA NACION. Y era amigo íntimo de Costa Méndez, por haber sido ambos de niños y adolescentes compañeros de estudios en la lejana Inglaterra.

Cuya amistad, acorde con numerosos textos de subidas alusiones homosexuales que surgen de los mensajes, parecen haber ido más allá en la intimidad. Los cuales por entonces resultaban perfiles muy aptos para desempeñarse como agentes dobles, por la doble vida que estaban obligados a mantener socialmente, estando por ello capacitados para enfrentar el riesgo y el estrés.

Roca también era un vástago de la vieja oligarquía abiertamente probritánica. Al punto de que su tío abuelo fue el dos veces presidente de la Nación, Gral. Julio Argentino Roca. Su padre fue Marcos Rodolfo Roca Schóo (1887-1963), hijo del hermano del Gral, Roca, Alejo Agustín Roca Paz, (1847-1909), que casó con Felisa Margarita Schóo Reboredo (1850-1909). Y su madre fue María Teresa Serapia Hunter Soler (1895-1996), hija de Eduardo Gil Hunter Arriola (1866-1923), y de Julia Soler Soler (1874-1967.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

También en la OP-ED inaugural, estaba la nota ¿Fue realmente mejor? cuyo autor era Ramón de Oliveira César. Al respecto Guillermina Oliveira César, la hija de un antepasado homónimo del autor, fue la famosa amante del Gral Roca, no obstante ser la esposa del ministro de Educación de este, Eduardo Wilde. En la nota se hace una alusión a cuando “se posee un pasado” y las libertades sexuales, y una semblanza de la vieja oligarquía, nombrándolos a Wilde y a Roca reiteradamente, incluso junto a un “muelle”, o sea en la “costa”. Mencionando los viajes en vapor hacia Europa, que hacían Costa Méndez y Roca, los invitados especiales a la inauguración de la página OP-ED, en su infancia y adolescencia.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez
Eduardo Alejandro Roca Hunter.

Siguiendo con las alusiones, debajo había una nota “Carter, según la Enciclopedia Soviética”, que termina hablando sobre la discreción de la vida privada de los funcionarios, y el silencio al respecto. Y al lado, en una propaganda de la Universidad de Belgrano, aparecía mencionados diplomáticos colegas de ambos, entre ellos Eduardo Del Mármol, sinónimo de “roca”, y Luis Rivera, sinónimo de “costa”.

Pasando a ser este homonimias y sinónimos relacionados con la intimidad de Costa Méndez, (marcas sémicas según la ciencia de la comunicación) los llamadores en la página OP-ED, que le revelaban la existencia de un mensaje. Y por último, a la luz de la relación íntima antes connotada  y el bilingüismo o multilingüismo de Joyce en Finnengan Wake, la alocución “Spirea ulmaria”, puede entenderse eróticamente o sicalípticamente como “espiar rea maría llena”.

Pero además el árbol genealógico de Roca Hunter, casado con Figueroa Bosch, anuncia el ingreso del tercer personaje a la célula de tres. Que no es otro que otro vástago de la oligarquía oribritánica, Gustavo Eduardo Figueroa Bosch, cuñado de Roca Hunter. Hijo igual que su hermana, de Gustavo Figueroa Ferrari  (1891-1968), y de María Magdalena Lucrecia Bosch Alvear (1903-1958). Quien se casó en primeras nupcias con Eloísa Avellaneda Simbonnet, hija de Juan José Avellaneda Santamarina (1906-1935), y de Eloísa Aurora Simbonnet Iraeta.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Figueroa se había desempeñado como cónsul en Nueva York, y durante la primera gestión de Costa Méndez como canciller, pasó a ser su secretario personal y director de Prensa y Difusión del Palacio San Martín. Cargo que volvió a ocupar cuando este asumió por segunda vez el ministerio a fines de 1981, y por ello participó en las negociaciones de Costa Méndez con el secretario de Estado Haig. Oportunidad en la cual, dado su perfil menor y labor relacionada con el periodismo, habría sido quien efectuaba el feed back o retorno, de las comunicaciones e instrucciones que recibía Costa Méndez a través de LA NACION, como topo de la OTAN.

Como lo señala la misma LA NACION en sunecrológica, en una carta que envió a esta, comentó, entre otras cosas, que “nunca lo pude convencer [al ex presidente de facto Fortunato Galtieri] de que los británicos no sólo iban a pelear, sino que además iban a ganar” la guerra.” Posteriormente Figueroa Bosch desempeñó funciones en la OEA y la ONU, y termino su carrera como embajador en Croacia, Eslovenia, Bosnia – Herzegovina, Holanda, y Austria.

Hay un cuarto personaje decisivo, que pone en evidencia que la cancillería argentina estaba profundamente infiltrada por la inteligencia anglo norteamericana. Se trata de Carlos Lucas Blanco, quien se desempeñaba nada menos que como director de Antártida y Malvinas, y luego paso a desempañarse como embajador en Singapur y China.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez
Carlos Lucas Blanco en su juventud.

Quien tempranamente, el 8 enero de 1982, con el Memorándum secreto Nº 11, no solo puso el numen del envenenado plan “Ocupar para negociar”, al referirse “diplomáticamente” a un eventual “fait Accompli”, o hecho consumado mediante el uso de la fuerza en el conflicto por Malvinas. Sino que además propició que se “llevara adelante las operaciones Davidoff y eventualmente Alfa”.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Siendo el incidente con los “chatarreros” de Davidoff, el que desencadenó el conflicto en marzo de 1982. Motivado por la pretensión argentina de desembarcar en las islas Georgias, munidos no de pasaportes, sino de las “tarjetas blancas” que solo eran aptas para viajar a Malvinas, según el Acuerdo de Comunicaciones del año 1971.

Habiendo recibido Costa Méndez, a través de LA NACION, la orden de entregar esas tarjetas en lugar de los pasaportes. Instrucción que Blanco también cumplió al pie de la letra, sin dudar. Costa Méndez también recibió la instrucción que se suspendiera la operación Alfa, que consistía en la instalación de una base científica allí, como se verá en próximas notas.

El “fatum” decisivo del trio para cambiar el plan “Ocupar para negociar”

El caso es que Roca y Figueroa ya habían sido cómplices de las defecciones anteriores de Costa Méndez, en su anterior gestión como canciller durante la dictadura de Onganía. Ya qué Roca como embajador ante la OEA, y Figueroa como secretario de Costa Méndez, según lo narra Lanús, habían impulsado el intento de establecer el “Estado Mayor Americano” señalado previamente.

Posteriormente también fueron cómplices esenciales de Costa Méndez, en la derrota diplomática de la resolución 502 del Consejo de Seguridad de la ONU. Que sorpresivamente en términos diplomáticos, al día siguiente de la recuperación de las islas el 2 de abril, condenó la acción argentina, le ordenó el desalojo, y legitimo la reacción militar británica.

A la cual, cómo se verá en detalle más adelante, el trio facilitó, por expresa orden recibida por Costa Méndez a través de LA NACION, bajo la metáfora de “el fatum”, “el destino” en latín. Al consentir que se imprimiera un veloz procedimiento a ella, que podrían haber demorado. Y al aceptar Costa Méndez en su destemplado discurso, que había habido una agresión argentina, en respuesta a la agresión británica de 150 años atrás. Roca como embajador ante la ONU, había demorado enormemente hacerse cargo de ella, hasta las vísperas de esa resolución, con la excusa de una enfermedad. Y por su parte Figueroa, nuevamente como secretario de Costa Méndez, viajó junto con este a Nueva York con motivo de la resolución.

Esa sorpresa diplomática, fue un factor esencial para que la Junta Militar abandonara el plan diplomático militar “Ocupar para negociar”. En el cual prudentemente, se preveía un retiro masivo de las tropas a los pocos días de la recuperación, dejando allí solo una guarnición de 100 hombres. A los fines de que la acción no se viera como un empeño o desafió militar.

El otro factor esencial, fue la euforia que se desató en la población argentina con motivo de la recuperación. Impulsada también por LA NACION junto con CLARIN, con una enorme cantidad de solicitadas de apoyo por parte de empresas y personas, publicadas en sus ediciones durante varios días. Que “patrióticamente” las ofrecían a precios bonificados.

A la par, como refuerzo de esa usina mediática, LA NACION y CLARIN pusieron muy oportunamente en marcha a mediados de marzo la agencia DYN (Diarios Y Noticias). Cuya creación se produjo a la par de que Galtieri asumió la presidencia a fines del año anterior. Con la cual, bajo una estructura cooperativa, esos dos diarios la controlaban, incluida la mesa de noticias, al ser sus principales aportantes. Y así le bajaban línea a los restantes diarios del país, que extendieron esa ola exitista que extravió el plan diplomático militar “Ocupar para negociar”, al resto del país.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Junto con ello, también hubo un cambio de manos en CLARIN, con la expulsión a manu militari de los “desarrollistas” de la sede de diario, con la colaboración del Ejército. Y el ascenso de los muchachos de Héctor Magnetto, que cambiaron enteramente la forma de abordar las noticias. La Junta Militar creía que así tendría de su lado a quienes había beneficiado con el negociado de Papel Prensa, para hacerlos cómplices mediante su silencio en la violación a los derechos humanos en que incurrieron. Sin sospechar que estos viejos cómplices con su poder comunicativo, le preparaban una tremenda traición.

Guerra Malvinas, comunicaciones secretas a través La Nacion, con topo de la OTAN canciller Costa Méndez

Concretamente, la sorpresa diplomática de la resolución 502, sumada a la euforia y apoyo de la población, que pocos días antes había sido duramente reprimida con motivo de una movilización de la CGT, obligaron a la Junta Militar a abandonar el plan diplomático militar “Ocupar para negociar”. Para reemplazarlo por el improvisado plan, “Reforzar para obligar a negociar”conforme lo expresa el Informe Rattembach, que en tal sentido señaló:

290. Los medios masivos de comunicación difundieron profusamente imágenes de la ocupación y propalaron desde las Islas categóricas declaraciones de autoridades militares y miembros del gobierno nacional, que alimentaron en la opinión pública la convicción de una ocupación irreversible y, prácticamente, sin condicionamientos.

291. El pueblo acompañó sin retaceos la decisión de la Junta Militar, mientras que los medios de comunicación, por su efecto multiplicador y por la calidad de la evaluación realizada sobre las posibles consecuencias de la medida adoptada, contribuyeron a una pérdida generalizada de la objetividad. Ante esta euforia nacional, el gobierno vio disminuida su capacidad de analizar reflexivamente la realidad, lo cual habría de tener, más adelante, un peso considerable en el desarrollo de las negociaciones (Capítulo VII).

Quedó así atrapada la Junta Militar en un desafío militar que había procurado a toda costa evitar. Quedando de esa manera la resolución del conflicto, tal como lo expone el Informe Rattembach,  en  la supuesta mediación, que no fue tal, del secretario de Estado y ex comandante de la OTAN Alexander Haig. Quién la única salida diplomática que brindó, fue el reconocimiento de la autodeterminación de los isleños. O sea, que Argentina renunciara al triunfo diplomático obtenido en 1965 con la resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU.

La profundización de “la aproximación”

Los días subsiguientes 14 y 15 de agosto de 1979, en la página OP-EP, aparecen nuevamente los recuadros con los metamensajes de Nemo, y hay nuevas a alusiones a las “costas”, los “triángulos”, la “autonomía” de países e “islas”, al supuesto comportamiento de Costa Méndez en el agasajo inaugural, la “comunicación” de las ballenas, etc, etc. Como para ir introyectando en Costa Méndez los tópicos esenciales de la misión que debía cumplir dos años y medio después. E incluso aparece una semblanza e imagen del jeque Yamani, cuyo nombre Zaki en árabe asegura que quiere decir “el vivo”.

Pero dejando de lado esos detalles, el 16 de septiembre,  tres días después del lanzamiento de la página OP-ED, es el mismo Costa Méndez quien aparece con una nota en ella, titulada nada menos “El Parlamento Europeo: la mujer a la cabeza”. En la que detalla las distintas mujeres que encabezan gobiernos europeos, se refiere la “inestabilidad latinoamericana”, y proclama al final la “búsqueda de nuevas soluciones rompiendo viejos esquemas y superando antiguos prejuicios”.

A su finalización estaba un recuadro con un metamensaje, “Cuando la familia no es familia”, que hace mención al origen latino de la palabra para designar esclavos o sirvientes. Y al origen de la palabra pedante, proveniente de pedagogo. Pero la alusión a Costa Méndez parece provenir del título mismo del metamensaje, firmado por Luis N. Tello, revelando así la identidad de L.N.T., el autor del metamensaje anterior.

Al lado de la nota de Costa Méndez, estaba la nota “Salvador de Bahía, el límite de los dos brasiles”. Con una imagen de “costas”, con la leyenda “las aguas de Bahia, limite de dos mundos”, firmada con el álias Nicasio Brezal del Campo. Teniendo sinonimias sus tres palabras con Costa Méndez: Nicasio, Nicanor; Brezal es la vegetación que aparece en las “costas” de los mares europeos; y Campo es un sustantivo geográfico igual que “costas”. En inglés brezal es heath, y en este idioma hea es cabeza, y heat es fuego, calentura, celo. La nota por su parte también habla de “costas” amenazadas por el petróleo, de “rocas”, de la diosa Oxure que “tiene ambos sexos”, y el “sincretismo afrocatólico”. Y menciona también a Bartolomé, nombre de pila de Mitre, el director del diario, etc.

A su finalización estaba un recuadro con una Mínima de Nemo, “La buena información en Rusia”, donde entre otras cosas este decía: “Si no es a través de sus espías o de tres o cuatro ocasionales trásfugas británicos, los rusos no se enteran directamente de las cosas más elementales”. Citaba también a un senador de Maryland, la tierra de María, y completaba la alusión diciendo sicalípticamente ¿Los americanos comen carne hecha de madera, no es cierto?

Sintéticamente, de esa manera sofisticada y enigmática, bajo la sugestión narcisista de que el “diario de registro” de Argentina se estaba dirigiendo a él, comenzó un alucinante proceso comunicativo de la inteligencia anglo norteamericana de la OTAN, con el futuro canciller durante la Guerra de Malvinas, Costa Méndez.

Que tenían también como condimentos, la permanente alusión a su homosexualidad, con el doble papel de un chantaje y estimulación de su libido, funcionando al mismo tiempo como la zanahoria y el palo. A lo que se agregó, como se verá en el próximo capitulo, la extorsión, al haberse involucrado simultáneamente a Costa Méndez, en el negociado de la “nafta adulterada”, que también operó simultáneamente como la zanahoria y el palo, por los altos ingresos que le reportaba.

Negociado en el que también habría estado involucrado el Gral Galtieri, desde sus tiempos de director de YPF. Cuya investigación por parte de la Justicia, describió un arco, con su comienzo en los prolegómenos del ascenso de Galtieri a la presidencia de la Nación. Y su finalización poco después de la rendición militar de Argentina en Malvinas, en junio de 1982.

En ese largo y cuasi diario proceso comunicativo, de una notable perspicacia psicológica, primero se le confirmó que era así, que se encontraba en el “estadio del espejo”, como un niño o un mono reflejándose en él. Y luego se le enseñó a leer los mensajes, que tenían el topic o tema dominante de ellos en los metamensajes de Nemo, LNT y otros. A los que debía completar (el comment en la jerga anglosajona) con el resto del contenido de la página OP-ED, como las “abejas buscan el polen”.

Incluso derivándolo enigmáticamente, a otras secciones del diario, como la prestigiosa 5ta Sección, dedicada a “Letras – Artes – Bibliografía” , que aparecía los domingos. Conocida como Suplemento Literario, dirigido por Hermes Villordo, quien luego fue reconocido como un prócer LBGT. Donde no solo se completaban los mensajes recibidos, sino que además contenían alusiones con una alta carga de erotismo o libido homosexual dirigidas a Costa Méndez. Como a título de ejemplo la poesía “María de la Costa”.

Los mensajes tenían como llamador, para que tuviera la certeza de que se trataba de eso, tres o más alusiones a su apellido o vocablos relacionados con su intimidad. Lo cual duró hasta fines de 1981, a partir del cual se suprimieron esos llamadores, por razones de seguridad. Y se le trasmitió que el llamador de los mensajes, sería el denominado periodísticamente “ladrillo”. O sea los metamensajes que vinieran orlados íntegramente a su alrededor, con un “filete o “luto” negro.

Diabólicamente, esto permitía por parte de los emisores de los mensajes, mediante llamadores débiles que aparecían en la página OP-ED, ir introyectando pacientemente en la psiquis de Costa Méndez, la naturaleza de su misión. Abonando el terreno para cuando se la describiera crudamente, y no generara frontales rechazos.

De esta manera sometido a un “trance” narcisista y de bienestar económico, pero también altamente extorsivo, en relación con la posibilidad de que su homosexualidad se hiciera pública y el affaire de las naftas, se penetró psicodinámicamente en la mente de Costa Méndez, para determinarlo a hacer lo que tenía que hacer, y luego concretó.

Recibiendo por eso alusiones a la poesía de T.S. Eliot, “Los hombres huecos”, con sus “cabezas embutidas de paja”. Siendo sus respuestas de comportamiento, sincrónicas con las instrucciones receptadas a través de LA NACIOM, y los conmocionántes hechos públicos que se sucedieron en el primer semestre de 1982, la prueba contundente de la existencia de ese extraordinario en increíble fenómeno comunicativo, que llevó a Argentina al desastre de Malvinas de ese año.

El señalamiento de su misión

En una nueva nota de Costa Méndez publicada por LA NACION a fines del mes siguiente en la página OP-ED, se le anticipo que su Tau, su líder, o estandarte, aparecería el 8 de abril de 1980. Y efectivamente ese día en la tapa de LA NACION, apareció el Gral. Leopoldo Galtieri, quien había sido designado poco antes, a fines de 1979, como Comandante en Jefe del Ejército. Interín en marzo Costa Méndez había viajado a Inglaterra, invitado por la Universidad de Oxford, lo que dio motivo a la publicación de otra extensa nota con su firma en la página OP-ED, donde alababa a los servidores del Imperio, con su correspondiente comentario de Nemo.

Simultáneamente se le informó someramente que su misión consistía en “contribuir a disolver la difícil cuestión de la autodeterminación de los isleños”. Reencauzando las energías volcadas hacia el Pacifico, contra Chile, “llevándolas en sentido inverso hacia el Atlántico”“a 600 Km de la Costa Atlántica”“para conquistar la isla de Malvoisine”; y que esa solución debía ser “de-fi-ni-ti-va”. Diciendo engañosamente que el motivo de la operación, era “el petroleo”, y no la necesidad de una base para la OTAN.

A partir de allí, entre abril de 1980 hasta diciembre de 1981, aparecieron en la página OP-ED de LA NACION, una serie de notas con la firma de Costa Méndez y Roca, con un total de 15 cada uno. Con las que se inficionaron no solo las premisas diplomático- estratégicas erradas, que la Junta Militar asumió para invadir Malvinas, apoyada en las relaciones argentino-norteamericanas equívocas que garantizarían esa invasión. Sino también con las que se crearon los antecedentes públicos para que Costa Méndez como canciller, y Roca como embajador ante la ONU, fueran elegidos para llevar adelante ese traicionero cometido.

Lo cual aporta una escalofriante idea de la injerencia que tienen ciertos poderes extranjeros en nuestro ingenuo país, preparando acontecimientos determinantes, que van a suceder tres años después. Uno de cuyos vehículos son los grandes medios de comunicación, como LA NACION y CLARIN. Cuyos dueños son advenedizos como Magnetto y los Saguier, o ni siquiera se sabe de quienes son, como es el caso de LA NACION.

Cómo servidor del imperio de la OTAN, Costa Méndez con la complicidad de Roca, cumplió al pie de la letra los mandatos cursados por el enemigo a través de LA NACION, que resultaron decisivos en la Guerra de Malvinas. Relacionados con el “Ocupar para negociar”; tergiversado luego en “Reforzar para obligar a negociar”, para dejar atrapada militarmente a Argentina en Malvinas, consistentes en:

El distanciamiento con los países del Tercer Mundo; la enfermedad de Roca para hacerse cargo tardíamente de su misión ante la ONU; el refrito de unas anticipadas  Memorias de Kissinger, con las que se le dictó lo que debía escribir como canciller; la generación del incidente de Georgias, el “Sarajevo del Atlántico Sur” según el Informe Rattembach, con la entrega de las “tarjetas blancas” que solo eran válidas para Malvinas; la fijacion de la fecha de la recuperación por parte de Argentina más favorable para Londres; la facilitación de la veloz emisión de resolución 502 en contra de Argentina; el hacerse el sonso ante las exigencias de Haig, basadas con distintas variantes en la autodeterminación de los isleños; el echarle toda la culpa a Galtieri, para que se hiciera cargo de “la cuenta”; el abrazo a Fidel Castro que provocó una revulsión en el frente militar; el hurto de toda la documentación relacionada con el conflicto generada durante su gestión, etc. Cuyos detalles se brindarán en próximas notas.

*Investigador en temas económicos y jurídicos. Asesor de la Comisión de Investigaciones del Senado de la Nación. Asesor Legislativo. Co-autor del libro: «La Argentina Robada»

Fuente: www.stripteasedelpoder.com