“La autogestión en la prensa es sumamente importante”

Die Tageszeitung también conocido como ‘el Taz’, fue fundado en Berlín a fines de los años 70. Funciona como una cooperativa con miles de socios-lectores. Uno de sus periodistas vino al país invitado al reciente II Encuentro Nacional de Diarios Recuperados.

Por Sergio Vaudagnotto

En el Taz le asignan gran importancia a lo que llaman “crear comunidad”, tener una “comunidad” con los lectores. Lo mismo sostienen los integrantes de la cooperativa que edita La Diaria, en Uruguay. ¿Cuánto tiempo les llevó conseguirla?

-Como Taz nació no como un grupo de periodistas uniéndose con la idea de “vamos a hacer un medio”, sino que fue el producto de un debate de la izquierda alemana, de todas las ramas de la izquierda alemana; ya desde el inicio tuvimos una comunidad. Se vendieron miles de suscripciones antes que el diario saliera. Era una comunidad que nos acompañaba y observaba mucho… Se preguntaban qué es lo que estábamos haciendo con “su” idea de crear un medio. Pero a los muy pocos años logramos consolidar esa base de apoyo y usarla, también.

¿Cuáles fueron las coberturas que terminaron de asociarlos a la comunidad?

-Bueno, al inicio fueron los temas que nadie más cubría en ese momento. Ecología, medio ambiente, los peligros de la energía nuclear, la lucha por la paz, el feminismo, la solidaridad internacional…  Nos concentrábamos mucho más que los demás medios en las luchas de países del llamado Tercer Mundo por su libertad, tanto en Africa como en América Latina. Y bueno, después del accidente en la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, en 1986, voló nuestro tiraje de un día para el otro. Porque ya teníamos consolidada la imagen de ser expertos en este tema. Y en ese momento los demás medios no tenían la experiencia o el conocimiento para agregarle valor a la noticia. Así que para muchos éramos muy relevantes y éramos la mayor fuente de información en ese momento.

Diferente comienzo al de los medios recuperados en Argentina…

-Sí, claro. La única coincidencia sería que cuando arrancamos como medio nadie tenía ninguna experiencia empresarial, como ocurre acá. Aunque allá, en Alemania, había alguna gente que se interesaba en apoyarnos en esa área, mientras que a la gran la mayoría de nosotros le interesaba escribir notas, hacer investigaciones… Yo sé que el modelo nuestro pasa por enfocarnos mucho en el lector. Sé que los lectores nos necesitan, nos apoyan asociándose a la cooperativa, dándonos capital… Es un modelo que funciona bien en Alemania, porque ahí hay mucha plata y hay, entre nuestros lectores, que son de izquierda, ecologistas… gente de clase media y clase media alta que tiene plata y a la que le interesa que nuestro medio esté presente. Por eso podemos seguir adelante con ese modelo. Y diría que, actualmente, muchos de los 220 integrantes de la cooperativa que hacemos el diario no vivimos exclusivamente de los ingresos por nuestro trabajo en el Taz. Acá, en Argentina, lo de los medios autogestionados es toda una lucha día a día…

La verdad es que son muchas las dificultades…

-Pero hay que seguir. La gente de cada ciudad o de cada región debe entender y reconocer que la autogestión en la prensa es sumamente importante. El reconocimiento es apoyar al diario, comprar el ejemplar que le cuenta lo que sucede en su entorno; porque es fundamental lo económico para la subsistencia de los medios autogestionados independientes. Y el medio tiene también que luchar para ser independiente de cualquier cosa, es decir, si recibes durante algún tiempo algún subsidio estatal, si recibes por un tiempo unos fondos de alguna fundación que no se mete en tus contenidos… debes saber que, sin embargo, todo ese apoyo que hacen tiene su fin y tienes que manejarlo para que no te maneje a ti. Para eso hay que luchar y no es tan fácil.

Es una lucha compleja…

-El tema es que casi ningún medio de los autogestionados tiene gran poder empresarial, casi todos carecen de grandes capitales para hacer campañas de marketing para insertarse más en el mercado, para ser más conocidos, más visibles, entonces el esfuerzo es más grande… Por eso es que hay que crear comunidad y hacerla crecer, explicando las cosas. Ver cuáles son los intereses comunes con nuestra gente de cada lugar, con los lectores y posibles lectores. En todo el mundo, pero específicamente en América Latina, hay una concentración de medios tremenda, muchas veces con dueños que tienen su propia agenda política, sus propios intereses y los medios responden uno a uno a estos intereses. Y en ese marco la autogestión es la que permite más profundidad en cada tema… Me resisto a usar la palabra objetividad, porque la objetividad casi que no existe en el periodismo, ya que todos los periodistas tenemos nuestros propios criterios. Y aunque intentemos dar toda la información de la mejor manera, reportar lo que piensan los de un lado y lo que piensan los del otro lado, lo hacemos con nuestros propios criterios, que nunca son objetivos. Pero la autogestión te permite no responder a criterios que no sean periodísticos. Tú tienes como periodista un hecho, un fenómeno, un proceso y buscas toda la información para explicártelo a ti mismo y para explicárselo después a tus lectores, sin responder a ningún interés ajeno y eso solamente en los medios autogestionados puedes hacer.

¿Qué te deja el encuentro con los diarios recuperados de Argentina y Uruguay?

-Ustedes, cada medio en su lugar, si es un medio local o un medio regional, tienen que buscar cuáles serían sus nichos, sus oportunidades para crear esta independencia, pero a mí me parece que para realmente no depender de publicidad de alguna empresa, hay que crear comunidad, que es esencial. Y que esta comunidad sea atractiva también para otra gente, que la información que brindes sea relevante para el sector más amplio posible.

En Alemania, el Taz ya es una referencia ineludible para un sector de la sociedad

Titulares con ironía

El taz es conocido por sus titulares irónicos, como, por ejemplo: ¡Oh, mein Gott! (¡Oh, Dios mío!), cuando Joseph Ratzinger resultó electo como Papa y fue Benedicto XVI. Y también: Gott sei Dank (Gracias a Dios), cuando el Papa Benedicto XVI anunció su renuncia.

Columna – Publicado originalmente en La Marea

Lectores socios

Escribe Konny Gellenbeck
Coordinadora de la Cooperativa Taz

El proyecto Tageszeitung (Taz) comenzó en Alemania en 1978 a partir de jóvenes que militaban en movimientos pacifistas, feministas y antinucleares. La mayoría no eran periodistas, sino personas que no estaban de acuerdo en cómo los medios tradicionales trataban los asuntos que ellos defendían.

Bajo una óptica empresarial, el proyecto estaba condenado al fracaso, pero, desde un punto de vista político, el Taz era muy necesario.

Para fundar el diario se vendieron suscripciones. En poco tiempo 7.000 personas se suscribieron a un periódico que aún no existía.

Con la caída del muro de Berlín el panorama de la prensa cambió radicalmente. En 1991 el Taz estuvo al borde de la quiebra. Entonces surgió el plan de convertir la asociación editora en una cooperativa. Los lectores serían los dueños de su diario y pasarían de ser consumidores a convertirse en editores.

En solo cuatro meses 3.000 lectores entraron en la cooperativa. Y crecieron y crecieron; fueron más de 10.000, 12.000… Hoy son 19.300. Uno de ellos nos dijo una vez que no esperaba un retorno financiero de su aportación, sino “un retorno político sobre la inversión”.

Los socios saben muy bien que el proyecto no persigue tanto ganar cuota de mercado como relevancia periodística.

Así, el Taz es un diario económicamente viable y muy valorado en Alemania. En nuestra opinión, solo los medios que tengan una comunidad detrás podrán sobrevivir.

Cuando renunció el Papa Ratzinger, la tapa se tituló con un “Gracias a Dios”, mostrando solo los zapatitos

Fuente: www.eldiariocba.com.ar