El hambre no espera

El mentado e inexistente federalismo -en un país hegemonizado por el centralismo porteño- se cae a pedazos en la Argentina superdevaluada y con aroma a tierra arrasada que deja a su paso el infame Gobierno de Javier Milei.

Actualmente, centenares de coordinadoras y cocineras de merenderos y comedores populares debieron reducir al mínimo o interrumpir su actividad por falta de entregas de alimentos. Estos espacios comunitarios cumplen un rol social amplio e irremplazable en los barrios más humildes de nuestro país, repartiendo más de 10 millones de raciones diarias de comida.

La estrepitosa espiral inflacionaria, el aumento exponencial de la pobreza, la parálisis en los distintos sectores de la economía real y la caída en la Coparticipación, configuran un cuadro de situación agravado por las recientes medidas adoptadas por el Gobierno Nacional que impactan de lleno en las arcas provinciales y en los bolsillos populares, conspirando -de paso- contra el reclamo de las organizaciones sociales para que el Estado Provincial surta de mayor ayuda alimentaria a los merenderos y comedores para atender a los pibes y adultos que cada día reclaman en los barrios de la periferia un plato de comida.

La quita de subsidios al transporte público automotor de pasajeros dispuesto por Milei para el interior del país – excluyendo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en una renovada muestra de centralismo porteño- hace insostenible la situación de los pobladores de los barrios en las periferias de las ciudades que no tienen otra forma de trasladarse y a los que se les hace inaccesible pagar un boleto de ómnibus con un costo que estará por las nubes.

Los municipios, en tanto, también tienen sus arcas más flacas fruto de la inactividad económica, el desempleo, la inflación, los magros salarios y la precariedad laboral. La miseria está planificada. La pobreza no es un castigo divino. Es una decisión consciente de los que mandan.

La Administración Milei no está entregando mercadería para los comedores por lo que hay muchas familias y chicos necesitados, que se quedaron sin alimento. Hace meses que no entregan los comestibles y, mientras tanto, los alquileres suben, la luz, el agua, todo sube. Quieren tenernos de rodillas pero no lo vamos a permitir. Es imprescindible construir unidad, organización y poder popular para estar de pie y enfrentar a un Gobierno que le ha declarado la guerra al pueblo.

La crisis brutal en la que está sumido nuestro país debido a las políticas del tandem Milei-Macri, hunde en la ciénaga de la pobreza cada vez más a miles de cordobeses y, consecuentemente, a millones de compatriotas a lo largo y ancho de Nación.

La CTA Autónoma y la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA), reclaman hace tiempo que se declare la Emergencia Alimentaria para garantizar al menos dos comidas diarias a cada habitante de la provincia de Córdoba.

Es momento de plantearse los cambios desde lo micro, multiplicar pequeñas acciones en el territorio para llegar a instancias superiores de construcción de una alternativa más abarcativa, respetando la diversidad de los diferentes actores políticos y sociales, bajo la premisa de que sólo el pueblo salvará al pueblo para terminar con el hambre, que es un crimen.

Fuente: www.retruco.com.ar