Por María Isabel Díaz*
Tantas mujeres que hoy seguimos sometidas no sólo en lo doméstico, sino también en lo laboral como lo marca esta fecha del 8 de marzo donde muchas mujeres pararon y dijeron basta. Por los mismos motivos que pasaron y se visibilizan ayer y hoy en las mujeres trabajadoras.
En ese momento la conciencia movilizó a ese grupo de empleadas textiles. La Justicia Laboral y la desigualdad social por ende, impulsó un momento de reclamo colectivo desde el cansancio, la humillación y precarización laboral.
Hecho funesto, irreparable e histórico, que dio lugar a un impacto social inolvidable.
Deseo que el reclamo de esa mujeres no se vea tergiversado por una caja de bombones o un ramo de flores.
*Delegada de ATE Salud en el Hospital Regional de Villa Dolores. Secretaria Adjunta de la CTA Autónoma Traslasierra