“8M: Resistencia feminista sindical al ajuste del Gobierno”

El Instituto de Estudios y Formación (IEF-CTAA) compartió el documento que elaboramos en conjunto con la Secretaría de Géneros y Diversidades de la CTA Autónoma. El documento recoge los principales desafíos de cara al próximo 8M, jornada que es parte del plan de nuestra lucha y de la clase trabajadora.

El 8M es un día de reivindicación de derechos y lucha para los movimientos feministas en todo el mundo. Con movilizaciones, paros, protestas, actividades callejeras luchamos contra las desigualdades que imprime el capitalismo patriarcal, racista y extractivista haciendo foco sobre el peso opresivo y diferencial que recae en las trabajadoras mujeres, lesbianas, trans, travestis,
personas no binarias y niñeces.

En Argentina, es parte del plan de lucha de nuestra central y del conjunto de la clase trabajadora. Este año la agenda política del 8M tiene como eje poner un freno al plan de ajuste del Gobierno Nacional, que avanza en precarizar la vida de les trabajadores en términos de
salarios, tiempo, ingreso y pobreza.

La precarización de la vida no es algo exclusivo de las compañeras, pero existe un impacto diferencial en las consecuencias históricas que genera el capitalismo patriarcal en nuestras vidas y el ajuste concreto del plan económico del Gobierno actual.

Frente a ese plan que busca hambrear a les compañeres, la respuesta de los feminismos es la unidad, hecho que se refleja en las asambleas por el 8M en las que participa un amplio arco de organizaciones del campo popular.

El nuevo Gobierno que asumió con la promesa de hacerle pagar el ajuste a la casta, ya demostró que la casta somos les trabajadores. Bajo argumento de no tener plata, en vez de pedir que la devuelvan los que se la llevaron, ajustan a quienes ya no nos alcanza ni para tomar un colectivo.

En tan solo dos meses la Canasta Básica Alimentaria aumentó un 54,3% y la Canasta Básica Total un 52,9%. Por el contrario, el SMVM (salario mínimo) y el Salario Social Complementario sólo crecieron un 6,8%. Cuando se conozcan las mediciones oficiales sobre indigencia y pobreza se podrá cuantificar la magnitud de su aumento que, a la luz de estos primeros datos, será muy
significativa.

Tener un ingreso equivalente a la canasta básica en el contexto actual es la realidad de cada vez menos trabajadores. Según el informe de ATE-INDEC, se necesita un ingreso de $772.711 para no ser pobre mientras que el SMVM es de apenas un cuarto de ese valor ($180.000).