A 45 años del primer Paro General contra la dictadura

El 27 de abril de 1979 se realizó el primer paro nacional a la última Dictadura Cívico-Militar convocado por la Comisión Nacional de los 25, integrada por las organizaciones sindicales que no estaban bajo intervención militar.

La Comisión de los 25 impulsó la primera huelga general a la dictadura. A pesar de no poder tener una representación gremial legalmente reconocida, los trabajadores supieron organizarse y dar lugar a nuevas expresiones de lucha.

Integrada por representantes de los taxistas, los obreros navales, los camioneros, los mineros y los cerveceros, entre otros, se conformó en 1977 la Comisión de los 25, bajo el pretexto de enviar representantes gremiales al Congreso de la Organización Internacional del Trabajo, y a partir de allí comenzó a cuestionar públicamente el accionar de la dictadura cívico militar: pidió la liberación de los dirigentes y delegados presos y la restauración de la legislación laboral y sindical.

Hacia fines de 1978, en un contexto signado por las tensiones internacionales ante el posible conflicto armado con Chile, el equipo económico del ministro Martínez de Hoz lanzó una serie de medidas que agudizaron la crisis y la debacle del sector industrial. La paulatina devaluación de la moneda de acuerdo a un cronograma gradual del tipo de cambio (la famosa “tablita”) y las rebajas arancelarias para el ingreso de productos manufacturados en el exterior, le significaron al sector industrial una competencia en condiciones sumamente desfavorables con los productos extranjeros. La consecuencia de esta política fue el cierre de gran cantidad de empresas, la reconversión de algunas a importadoras, y el despido masivo de trabajadores.

En este contexto adverso caracterizado por la quiebra del sector fabril, la inestabilidad de los salarios y el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, la Comisión de los 25 llama a la primera huelga general para el 27 de abril de 1979. La Junta militar reacciona inmediatamente y encarcela a todos los dirigentes dela Comisión de los 25. A pesar de ello, el acatamiento a la huelga general fue altísimo, estimado por los gremios convocantes en un 75%.

El Gran Buenos Aires, Córdoba y en menor medida Rosario fueron las zonas de mayor conflictividad promediando la dictadura. Los trabajadores ferroviarios, metalúrgicos y de las automotrices fueron los mayormente involucrados, que a su vez fueron los que protagonizaron el mayor número de tomas en los años 1979-1980.

La DIPPBA elaboró un legajo de dos tomos que integra la Mesa Referencia con más de 600 fojas. El legajo comprende los días previos a la Jornada, los preparativos y las detenciones de los principales dirigentes de los gremios, las repercusiones periodísticas y los balances del saldo de la protesta realizada el 27 de abril de 1979. Los informes de inteligencia continúan hasta los primeros días de julio.

El material se compone principalmente por informes de inteligencia elaborados por la DIPPBA y otros organismos de inteligencia abocados a la tarea de detectar gremios, ramas de la industria y establecimientos donde la medida de fuerza pudiese tener fuerte acatamiento. La protesta tuvo la particularidad de no articularse con una movilización, la estrategia de lucha consistió en el abandono de tareas y el ausentismo laboral.

Mientras este grupo de dirigentes desafiaba a la Dictadura, otro espacio nucleado en la Comisión Nacional de Gestión y Trabajo mantenía una posición colaboracionista.

Participaron de la convocatoria: Roberto García (taxistas), Roberto Digon (tabaco) Carlos Cabrera (mineros), Gerónimo Izzeta (municipales), Fernando Donaires (papeleros), Raúl Crespo (SUPE), Rodolfo Soberano (molineros), Raúl Ravitti (ferroviario), José Rodríguez (Smata), Enrique Micó (vestido), Jorge Luján (vidrio), Demetrio Lorenzo (alimentación), Natividad Serpa (Obras Sanitarias), Delmidio Moret (Luz y Fuerza), Víctor Marchese (calzado), Alberto Campos (UOM) y Benjamín Caetani (aceiteros). Muchos fueron detenidos ese día.

Con ellos, junto a decenas de miles de protagonistas anónimos de ese día, el movimiento sindical ratificó su resistencia a la dictadura genocida.