AEA ¿Si esta no es la casta, la casta dónde está? La mega fugadora de divisas

Por Leandro Rosso

En el debate presidencial televisivo, quizás lo más comentado en las redes sociales haya sido la frase “gatito mimoso del poder económico”. Esa fue la chicana a la que recurrió la candidata Myriam Bregman en contra de Javier Milei, señalándole que lejos de ser un león, estaba alineado con la casta sindical, en referencia a su cercanía con Luis Barrionuevo; a la casta militar, por tener a Victoria Villarruel como compañera de fórmula; y a la casta empresarial, por su labor en Aeropuertos Argentina 2000, del magnate Eduardo Eurnekian, quien hizo pingües negocios con el Estado. Todo un “empresario prebendario”, como dice el ahora minarquista.

La “casta empresarial” esta agremiada en distintas cámaras que las representan por su actividad. Pero en la cúpula de todas ellas, está AEA (Asociación Empresaria Argentina). A la que pertenecen los grandes empresarios no por su actividad, sino porque roncan fuerte. Y roncar fuerte quiere decir que pueden incidir en las políticas públicas, o en el bienestar o malestar de todos los argentinos.

Fue creada en el año 2002, en el inicio de la Argentina post convertibilidad. En más de veinte años, sus máximos referentes siguen siendo Héctor Magnetto del Grupo Clarín, Paolo Rocca, de Techint; y Luis Pagani de Arcor, como los grandes roncadores en Argentina. Sin embargo, sus puertas se han mantenido abiertas y se han incorporado otras notables roncadores como da cuenta la portada de esta nota.

Ante el quiebre de la paridad peso – dólar, el empresariado dominante sabía que el panorama venía distinto. En particular, para quienes han amasado fortunas, gracias a los designios del Estado, que tanto defenestran, Pero que a la par tratan de acaparar a toda costa los billetes que este imprime, para convertirlos en dólares que se van a inversiones en el exterior, o a paraísos fiscales.

Sin embargo, esta derivación no es tomada en cuenta en el debate económico, y contando con medios de comunicación que tocan la partitura que se les baja, llevan a una simplificación en la discusión sobre las raíces de los dramas macroeconómicos que soporta argentina desde hace décadas.

La preocupación de la “casta empresarial” previa a las elecciones

La AEA emitió a comienzos de septiembre, un pomposo documento titulado “El sector privados es clave para el desarrollo”. Afirmando en el comunicado de prensa con el que lo dio a conocer que “El desarrollo económico y social de la Argentina depende de que puedan movilizarse plenamente las potencialidades y energías del sector privado”.

Encolumnados ante un impredecible panorama electoral, y la desafiante situación macroeconómica que vive el país, los magnates subrayaron lo que ellos llaman “las principales condiciones necesarias para movilizar las vastas capacidades productivas del sector privado argentino, y hacer posible así un desarrollo económico y social sustentable”.

En el texto, se auto destacaron por ser quienes, “a pesar de los altibajos de la economía, han invertido en el país durante décadas. Son las empresas las principales generadoras de empleo para los argentinos. Son las empresas las que producen bienes y servicios que abastecen el mercado interno y exportan al resto del mundo, generando divisas para el país. Son las empresas las que, junto con los ciudadanos, con sus impuestos, sostienen el funcionamiento del Estado”.

Para eso, el documento sostiene que “una política monetaria responsable a cargo de un Banco Central independiente, debe evitar la emisión monetaria espuria. Adicionalmente, en el caso de nuestro país, deben adoptarse medidas orientadas a reducir la participación del gasto público en el PIB, lo que redundará en la mayor eficiencia en el uso de los recursos y en el nivel de competitividad general de la economía. Ello, a su vez contribuirá a evitar el endeudamiento excesivo utilizado con frecuencia para cubrir los déficits corrientes del Estado”.

El párrafo citado está acompañado por el siguiente gráfico que remarca el trayecto del déficit fiscal que viene padeciendo Argentina, por lo menos desde el comienzo de la democracia. Dando entender que el endeudamiento externo e interno excesivo, es motivado por los enormes gastos en que incurre el Estado argentino.

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Como una contrapartida a esa imagen, la asociación empresarial VIP sostiene que las “inversiones productivas involucran riesgos, el llamado ‘riesgo empresario’, que se asumen con la aspiración a una rentabilidad, que finalmente puede no materializarse. Esta rentabilidad es por lo tanto legítima y absolutamente necesaria para motorizar un fuerte proceso inversor en la producción de bienes y servicios. Argentina tiene una muy baja tasa de inversión y es imperioso revertir esta performance”.

Acompaña esta última afirmación, con el siguiente gráfico que muestra que Argentina tiene la mas baja inversión en relación con su PIB (Producto Interno Bruto). Por debajo del promedio Mundial, de América Latina, y de Asia Oriental y el Pacífico.

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En definitiva, las propuestas redundantes, y poco originales, de la AEA con abundantes gráficos,  están explayadas en los subtítulos del referido documento: respetar y fortalecer las instituciones; estabilizar la economía y equilibrar las cuentas públicas; garantizar previsibilidad y estabilidad de las reglas de juego; reducir la presión tributaria; reconocer y valorar el sentido de la rentabilidad y la inversión; asegurar la libertad de precios en un marco competitivo; crear y preservar empleos formales; canalizar el ahorro nacional por el sistema financiero y el mercado de capitales; impulsar exportaciones; establecer marcos regulatorios que promuevan inversiones; garantizar una educación de calidad; y promover el diálogo entre la dirigencia política y la empresarial.

La fuga de capitales: El condimento decisivo que AEA no menciona

La fuga de capitales es una variable que el documento de AEA no menciona, por la sencilla razón que involucra intensamente a sus directivos. Y el que calla, otorga. Hablamos del atesoramiento de divisas, que es lo que está escaseando en nuestro país, por fuera del circuito económico interno formal. A lo cual eufemísticamente se lo denomina “Formación de activos externos del Sector Privado No financiero”.

Esta es una realidad que se ve crudamente reflejada en una reciente estadística publicada por la Gerencia de Estadísticas del Sector Externo del Banco Central, referida al Mercado de Cambios. En base a cuyos datos, en el siguiente gráfico elaborado por Stripteasedelpoder.com, se expone la evolución de la referida “Formación de activos externos del Sector Privado No financiero”.

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En él se consignan los montos anuales de ingresos acumulados (mitad de arriba) y egresos acumulados (mitad de abajo), medido en millones de dólares, en las operaciones del mercado de cambios durante los últimos veinte años (2003-2023) por parte del Sector Privado No Financiero. Especificando en ambos casos si se hizo por la vía de Billetes, por IDE Inversiones Directas Extranjeras (radicación de empresas) o por IE, otras Inversiones Extranjeras, y el Total de Ingresos y Egresos.

De esta manera, vemos que se ha formado una trompeta -que no es precisamente la de Clarín, conspicuo miembro de AEA- donde notablemente los egresos acumulados son siempre superiores a los ingresos acumulados.  Adquiriendo así un rol preponderante en cuanto a la crisis macroeconómica que vive el país actualmente por la carencia de divisas. Que no es que no hayan ingresado, sino que se han fugado.

En el mismo se puede ver que los mayores ingresos son de Billetes, superado largamente por los egresos de estos. Y lo mismo sucede con las IE (Inversiones extranjeras) destinadas a la compra de bienes muebles e inmuebles, participaciones  accionarias, e inversiones especulativas. Por su parte las famosas IDE (Inversión Extranjera Directa) destinadas a actividades productivas, lucen por su insignificancia en relación con los otros montos.

En el siguiente cuadro se hace un resumen de ese ruinoso desbalance provocado por el Sector Privado No Financiero, que tiene a los integrantes de AEA como sus principales protagonistas. Pudiéndose observar qué en el 2011, el Total fugado acumulado desde el 2003 trepó a – 87 millardos (miles de millones de dólares), los Billetes a – 63 millardos de dólares, y la IE a -23 millardos. Lo que determinó la instauración en ese año del cepo cambiario, por la indisponibilidad de divisas.

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Y luego en el 2019, en que nuevamente apareció el cepo cambiario, esas cifras se habían más que duplicado. Al trepar el Total a -189 millardos de dólares, los Billetes a – 141 millardos, la IDE (Inversión Extranjera Directa) a – 575 millardos, y la IE (Inversión Extranjera) a – 47 millardos de dólares.

Los letales efectos macroeconómicos de ese ruinoso desbalance, provocado por el Sector Privado No Financiero, se puede apreciar con mas contundencia en el siguiente gráfico, correspondiente a las cifras anuales no acumuladas del anterior. Que pone en evidencia el estrangulamiento externo que provoca periódicamente la fuga de divisas. Y la consecuente instalación del cepo cambiario, en el 2011 y 2019, para tratar de administrar los que equívocamente se denomina “restricción externa”. Cuando el origen de la restricción es la conducta interna de los empresarios de AEA y de otras asociaciones, y de numerosas personas que ahorran informalmente en dólares u otra divisa.

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En él se observa el crecimiento del ritmo de los Egresos, que en todos los casos superan largamente a los Ingresos. Cuyos totales en forma creciente fueron 39 millardos de dólares en el 2008, 34 millardos en el 2011, 28 millardos en 2016, 48 millardos en el 2017, 57 millardos en 2018, y 69 millardos en el 2019.

Una interrogante muy interesante consiste en saber quién proveyó ese notable faltante entre Ingresos y Egresos. Y como se puede ver en el gráfico siguiente, fueron principalmente el Estado y BCRA bobos, criticados por los popes de AEA, los que mediante endeudamiento externo proveyeron en esos periodos -igual que en otros anteriores- las divisas para que los empresarios nucleados en AEA y otros las fugen.

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En total entre el 2003 y el 2023, el Gobierno  y BCRA aportaron 105 millardos de dólares. Los que sumados a Otros Movimientos netos por 63 millardos, sufragaron la parte sustancial de los 187 millardos de dólares que piantó el Sector Privado No Financiero, y los 19 millardos que piantó el Sector Financiero, que también luce algunos de sus integrantes en AEA.

Fugadores y compinches

Conforme múltiples evidencias, la fuga de divisas se trata de una actividad habitual por parte del gran empresariado argentino agremiado en AEA. Cuyas enormes riquezas se acrecientan a partir de los recursos (naturales, humanos, técnicos) que se aporten desde este territorio, pero cuyas rentas se sustraen del circuito nacional y se destinan a otros propósitos en el extranjero.

Como parásitos dañinos, que se nutren de la sangre de los grandes animales, y atiborrados de ella se la llevan lo más alejado del mismo, no sea que este se rasque las pulgas.  En definitiva: toda una casta, pero con ciertas cualidades empresariales, que le dan un aire de honestidad, y por ello se animan hasta dar cátedra a los otros estamentos de la sociedad. Como es el caso de quienes están a cargo de AEA, y por esa razón a la decisiva cuestión de la fuga de divisas, no lo mencionan para nada.

Al respecto, los nombres que aparecen en la Comisión Directiva de AEA, son los mismos que sacaron notable provecho las medidas financieras tomadas durante la gestión de Mauricio Macri. Que como surge del anterior gráfico, habilitaron la salida de nuestro país de 100 millardos de dólares. Contando de por medio con al crédito más voluminoso otorgado por el FMI en su historia, de 55 millardos de dólares, ante la escasez de divisas que se precipitó en el país tras esa fuga.

La nota Los responsables de la deuda externa y con el FMI, de menor a mayordel economista Horacio Rovelli publicada en el presente portal, venía acompañada de unas listas con el nombre de las cien personas físicas que más dólares se llevaron al exterior, como así también las cien empresas o personas jurídicas que perpetraron la misma maniobra. Algunos de esos nombres son los mismos que toman las directivas en AEA, y que se hacen los sonsos ante este crucial tema.

Con ellas, se puede llevar a cabo una mínima taxonomía de ese “empresario prebendario”, como los descalifica el candidato Javier Milei. Pero que calla a la hora de señalarlos explícitamente, sin diferenciarlos respecto sus cuestionadas relaciones con el Estado. Que simplificando se pueden dividir en dos ramas: Fugadores y compinches, y esto a su vez también son fugadores.

Acerca de los compinches, por no decir parásitos, son aquellos que han sacado provecho de determinadas políticas ruinosas del Estado, y que han sido tan auspiciosas para ellos que pareciera haber sido diseñada en beneficio de ellos mismos.

Los integrantes de AEA no han sido ajenos a ello, todo lo contrario. Para poder dimensionar, y pautar con nombre y apellido, expondremos a continuación la lista completa de quienes integran la Comisión Directiva de AEA. Que engloba a su extensa Comisión Directiva con presidente, vicepresidentes y vocales, además de los socios. De hecho, estas dos listas se extrajeron del mismo documento mencionado, como para darle autoridad al mismo, pero bien puede servir como prontuario.

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Ante ello, podemos desplegar una muy sintética reseña de la experiencia prebendaria que tuvieron estos barones de la economía, a lo largo de la reciente historia argentina, como son los siguientes casos:

  • Luis Pagani, beneficiado por la protección arancelaria que impone el Estado, y la quiebra del Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba en los “80, a partir de la cual Arcor creció enormemente.
  • Paolo Rocca, no solo beneficiado por esa misma protección para sus industrias, sino también con las contrataciones con el Estado con enormes sobreprecios, y con la ola de privatización de empresas públicas que generó el menemismo.
  • Héctor Magnetto, beneficiado con la compra de Papel Prensa SA durante la dictadura, la protección arancelaria para la importación de papel, la pauta oficial para sus medios de comunicación, la ley de industrias culturales, y las fusiones de Multicanal – Cablevisión – Telecom.
  • Sebastián Bago, cuyos remedios fabricados en sus laboratorios de nombre homónimo, tienen como principal comprador el propio Estado;
  • Luis Pérez Companc, beneficiado con contratos petroleros durante la dictadura, que el menemismo transformó en concesiones, y las privatizaciones del Estado;
  • Eduardo Elsztain, beneficiado por la privatización del Banco Hipotecario Nacional, y la tenencia de sus acciones en manos del FGS de la ANSES.
  • Julio Saguier, del diario La Nación, igual que Clarín beneficiado por el Estado con Papel Prensa y sus protecciones arancelarias;
  • Alejandro Bulgheroni, beneficiado con contratos petroleros durante la dictadura, que el menemismo transformó en concesiones, las prórrogas anticipadas de ellas, y los affaire de Papel Tucumán y Banco del Interior.
  • Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza, beneficiada con los diferenciales de la retención de la soja, la privatización de puertos, la concesión de trenes, y la Resolución 125;
  • Roberto Alexander, de IBM, multinacional que perpetró descomunales negociados en los ’90, como los casos IBM Banco Nación, IBM DGI, con sospechosos asesinatos de por medio
  • Alejandro Butti, de Banco Santander, entidad bancaria que lucró con el vaciamiento de las reservas de los bancos en el 2001, con las políticas económicas de Domingo Cavallo, y con la pesificación asimétrica posterior;
  • Jose Cartellone, conspicuo integrante del cartel de obra pública, de donde proviene la riqueza de las personas mas ricas de argentina, mediante el saqueo del Estado
  • Eduardo Constantini, beneficiado con la tenencia de sus acciones por el FGS de la ANSES
  • Claudio Cunha, de ENEL, que recibe sus ingresos por las tarifas de gas y electricidad, aprobadas por el Estado;
  • Julio Figueroa, de Citibank, banco involucrado en el vaciamiento financiero del 2001.
  • Teófilo Lacroze, de Shell, beneficiado con las concesiones petroleras otorgadas por el Estado;
  • Roberto Nobile, de Telecom, beneficiado con la regulación de las tarifas, el rebalanceo telefónico, y la su fusión con Cablevisión;
  • Pablo Roemers, cuyos remedios también son comprados por el Estado;
  • actualmente Aldo Roggio, otro conspicuo integrante del cartel de obras públicas, por las que está procesado penalmente, beneficiado además con concesiones de transporte y peajes
  • Amadeo Vázquez, comodin en diversos directorios de jodas empresarias

Los fugadores de 2016 a 2019

Debido a que existe el secreto bancario, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) oculta la lista completa de quienes demandaron dólares al país y que, en lugar de utilizarlos para alguna inversión que beneficie a la población, optaron por transferirla al extranjero. Sin embargo, siempre hay excepciones cuando ciertos contextos empujan a que esos documentos se hagan parcialmente públicos.

Uno de esas listas son de quienes compraron dólares durante la gestión de Mauricio Macri, época donde se aplicó una batería de medidas flexibilizadoras para que personas y empresas pudieran manejar las divisas con muy pocas restricciones. Recordemos que apenas comenzó esa gestión, a finales de 2015, se decidió quitar el tan endemoniado “cepo cambiario” para facilitar el acceso a los dólares. Eso implicó una demanda de billetes que, incluso aprovechando el carry trade o bicicleta financiera de por medio, incrementaron aún más sus ganancias, y terminaron llevándose todo afuera.

Conforme las tablas publicadas en la mencionada nota de Rovelli, podemos empezar por quienes figuran en la amplia mesa de la Vicepresidencia de la AEA. A la cabeza, aparece Luis Pagani, el acaramelado empresario cordobés, dueño de Arcor, que también se ha expandido en otros rubros alimenticios, como los lácteos de la marca La Serenísima, del emporio Mastellone Hermanos SA.

Según las tablas de Rovelli, Arcor fugó U$S 255.016.559. Mientras que el propio Pagani, por sí solo, se llevó puesto U$S 5.965.878. Eso nos da un total de U$S 261 millones fugados por los barones de Arcor. Pero a esto se le suma la aparición de otra empresa, que también es manejada por estos golosos barones: Bagley Argentina SA, de las famosas galletitas homónimas, que forman parte del emporio. Esta compañía fugó U$S 105.700.041. Eso nos da un total de U$S 367 millones.

Luego aparece Paolo Rocca, CEO del holding Techint. Al mismo pertenecen empresas que también figuran en la lista del top 100 de personas jurídicas, con una fuga de U$S 222.980.456. También aparece Tecpetrol, de Techint, con U$S 92.627.000. Por último está Transportadora del Gas del Norte SA, administrada por Rocca, que se llevó puesta U$S 231.384.402. Al sumar todo esto, las empresas de Techint terminaron llevándose afuera unos U$S 547 millones.

Otro vice es Cristiano Rattazzi, quien en su período como CEO de FIAT Auto Argentina SA transfirió al extranjero, aprovechando las políticas liberales de su amigo Mauricio Macri, unos U$S 254.924.717.

Vayamos ahora hacia quienes integran la vocalía en la AEA. Primero aparece Eduardo Elsztain, de la inmobiliaria IRSA, que también figura en la lista de los fugadores, con un monto total de U$S 9.231.261.

Marcos Galperín también es vocal de la AEA. Y su nave insignia, MercadoLibre SA, aparece como una de las cien empresas que más dólares se llevaron del país: un total de U$S 86.018.948.

El petrolero Alejandro Bulgheroni aparece también como vocal, en representación de Pan American Energy Group. Esa firma aparece en las listas de Rovelli, con un total fugado de U$S 98.400.040.

Y para terminar, vamos a la lista de los socios. Quienes aparecen en ella con sus respectivos montos fugados son: Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza, cuya firma se llevó U$S 257.262.770. Roberto Nobile, de Telecom, empresa telefónica que acaparó U$S 647.511.039. Actualmente, sus activos se fusionaron con el Grupo Clarín, durante la gestión “magnética” de Macri. Y Gustavo Salinas, de Toyota Argentina SA, automotriz japonesa que se llevó U$S 356.233.635.

Hasta el momento, la suma total ofrece un monto superior a los U$S 2.623 millones, solamente para algunos integrantes de AEA, que estarían dentro de los 86.000 millones de dólares de fuga que calculó la actual gestión del Banco Central, referidas al período 2016-2019. Parece poco significativo, pero resulta ejemplar.

Si los mega empresarios argentinos son los primeros en llevarse sus riquezas afuera, como no va a tener centenas de miles de imitadores, de toda índole, desde medianos y pequeños empresarios, hasta pequeños ahorristas precavidos, que atesoran estérilmente dólares escondidos en los lugares más inverosímiles.

Entonces hablamos de un núcleo duro, empecinado en motorizar estas maniobras como un sálvese quien pueda. Sin advertir que ello representa socialmente, aserrar la rama sobre la que estamos todos parados. Y así por falta de dólares, qué no obstante son más que abundantes en el “Sector Privado No Financiero”, nuestros gobernantes andan como mendigos por el mundo, implorando que le presten dólares concertando para  ello operaciones a cual mas estrafalaria.

Los fugadores, también en los años 2008 y 2009

Como parte de esa viciosa costumbre argentina, en épocas recientes estos mismos barones de AEA también hicieron la suya. En el año 2010, con motivo de la expulsión de Martín Redrado como presidente del BCRA, también se filtró una lista de personalidades y empresas que “formaron activos externos” en los años 2008 y 2009. Siendo esta una de las pocas planillas a las que se ha podido acceder, para “botonear” a los fugadores de divisas de guantes blancos. Y nuevamente, aparecen figuras centrales de AEA, a las que podemos mencionar:

  • El acaramelado Luis Pagani, nuevamente, con U$S 7.300.690. A esto se le suma su nave insignia Arcor SAIC, con U$S 117.666.450, aunque también aparece el Grupo Arcor, englobando a todo su holding, con U$S 13.953.720;
  • Distintas filiales de Paolo Rocca, como Techint Ingenering Company Inc. Suc. Bs. As S.A. (U$S 12.767.400), Siderar (U$S 271.033.805), Techint Comp. Tec. Internac. S.A (U$S 42.997.450), Transportadora de Gas del Norte S.A. (U$S 12.267.400) y Siderar S.A. Industrial y Comercial (U$S 271.033.805);
  • El magnate Luis Pérez Companc, vicepresidente de AEA, no podía estar ausente haciendo de la suyas con U$S 4.618.250. También aparecen sus empresas Molinos Río de la Plata S.A. (U$S 529.089.510) y Terminales Río de la Plata S.A. (U$S 101.279.211);
  • El Grupo Clarín S.A., con U$S 105.910.600, a quien se suma José Aranda, segundo del holding debajo de Héctor Magnetto, con U$S 65.315.375. Curiosamente, también aparece Tinta Fresca Ediciones S.A., del multimedio, que se encarga de imprimir apuntes escolares, y que se anotó una fuga de U$S 778.950;
  • Miguens-Pérez Iturraspe Sociedad de Bolsa S.A., del Grupo Miguens integrante de AEA, con U$S 89.063.864
  • Coto, Centro Integral de Comercio S.A: U$S 126.806.000.
  • La Nación SA, dueños del matutino homónimo, donde tienen a un Saguier en la comisión directiva de AEA: U$S 4.417.300;
  • Nuevamente Mercadolibre S.A., manteniendo acuerdos con el diario La Nación: U$S 796.732
  • Aceitera General Deheza S.A., del aceitoso Roberto Urquía, cuyo yerno Acevedo está en AEA: U$S 100.662.550;
  • El asociado Martín Brandi (U$S 2.715.750) y también su propia empresa Petroquímica Comodoro Rivadavia S.A. (U$S 58.933.639);
  • José Cartellone Construcciones Civiles S.A., del vice José Cartellone: U$S 7.857.000;
  • Consultatio Inversora S.A., de Constantini, con U$S 40.697.180 y otros U$S 38.643.400;
  • Accenture SRL, de Sergio Kaufman: U$S 106.166.728;
  • Lartirigoyen y Cia. S.A: U$S 16.108.413;
  • Alberto Roemmers, padre del vocal Pablo Roemmers, con U$S 363.840, junto a su empresa Roemmers SAICF, de los laboratorios de igual nombre: U$S 40.186.550;
  • El ahora fallecido Carlos Blaquier, de Ingenio Ledesma: U$S 7.181.660;
  • Marcelo Mariano Bosch: U$S 20.607.130;
  • Y finalmente, la familia Roggio. Como empresas, aparece Roggio SA (U$S 11.226.480) y la constructora Benito Roggio e Hijos S.A. (U$S 7.398.600). Como integrantes familiares figuran Alejandro y Sergio, sumando ambos un total de U$S 10.895.900 fugados.

Pero lamentablemente no acaba allí, esta proficua tarea de esquilmar las reservas del país, que por ello cada tanto faltan, y hay que volver a cero. Muchos de esos empresarios y empresas de AEA figuran en la lista de quines estatizaron la deuda externa privada en los `80. Y luego también aparecen en la filtraciones del banco HSBC protagonizada por Hervé Falciani, que motivo el apurado blanqueo que llevó adelante el gobierno de Macri, al comenzar su mandado, con la excusa de efectuar una “reparación histórica a los jubilados”.

Recientemente, en un reportaje al presidente del Banco Central de Perú Julio Velarde, del que es titular desde el 2006, de visita en Argentina ante la pregunta ¿Por qué cree que la Argentina es uno de los pocos países del mundo que no ha podido dominar la inflación?contestó: “Se han creado grupos que se benefician de seguir ordeñando al Estado de una forma u otra y eso es lo que hay que cambiar. No es fácil y es muy complicado hacerlo.” Esos son los barones de AEA.

Fuente: www.stripteasedelpoder.com