Combatir el río de miseria

OPINIÓN

Por Juan Carlos Giuliani*

El 26 de febrero será la primera estación importante en el Plan de Lucha-2019 que los trabajadores protagonizan contra este Gobierno oligárquico, sinónimo de pobreza y mayor concentración y extranjerización de la riqueza. De Bienestar Popular cero. Y con la inflación por las nubes. El Paro Nacional de ATE y la Jornada Nacional de Lucha de la CTA Autónoma contra el ajuste y los tarifazos se expresará en la calle bajo el lema: “Trabajo, Producción y Soberanía”.

Lo que viene no será sencillo, sólo que esta vez la contradicción entre los portadores del modelo extractivista dependiente y el pueblo es más directa y visceral, despojado de todo maquillaje posibilista que termina siendo cómplice de la entrega de nuestros bienes comunes. Con Macri, la casa está atendida por sus propios dueños. Ya no hay gerentes. Son los propietarios de casi todas las cosas los que han sentado sus reales en la Casa Rosada.

El patronazgo vernáculo y transnacional está de parabienes. Aunque no menosprecia el poder de organización y la experiencia resistente de los trabajadores y el pueblo a lo largo de nuestra historia. Por eso la Ley Antiterrorista aprobada en el Gobierno anterior es el instrumento fundamental con el que pretenden disciplinar a la sociedad y criminalizar la protesta. La “Doctrina Chocobar” -un engendro de “Bolsonarismo” encubierto- les da licencia para matar.

El desafío es enorme porque la lucha es desigual. En esta encrucijada no hay espacio para los tibios. En momentos como el actual, cuando los interrogantes superan a las certezas, es conveniente echar una mirada hacia atrás para recordar lo que decían nuestros mejores compañeros en situaciones semejantes. El norte está ahí, en las sabias palabras de Germán Abdala: “Es preferible intentar un camino autónomo, propio, nuestro, que a lo mejor en principio sea tan doloroso como el otro. Pero el final del camino es nuestro, estamos construyendo nuestra nueva sociedad”.

El 26 de febrero los gremios y organizaciones territoriales enrolados en la CTA Autónoma, con ATE a la cabeza, junto a un sector de la CGT y los Movimientos Sociales van a protagonizar una Jornada Nacional de Lucha para hacerle saber a Macri, los gobernadores e intendentes, de todo pelaje y color político, que no cambiamos salario por empleo.

Pareciera ser que en este vertiginoso avasallamiento a los derechos sociales el Gobierno sobrevalora la promesa de las ramas más burocráticas de la CGT que se han comprometido negociar paritarias a la baja y ser garantes de la “paz social”. En buen romance, que no van a hacer olas por un buen tiempo, o bien subestima la fuerza organizada del Movimiento Popular que siempre ha puesto el cuerpo para restaurar la Justicia Social. Propiciando la unidad de acción en la calle, en la pelea, alejada de los despachos y los acuerdos de superestructura. La unidad de acción entendida como un proceso, una construcción, que se va dando con los actores sociales que están dispuestos a luchar contra este injusto estado de cosas.

Los despidos no son solamente patrimonio de los trabajadores estatales, sino que también han crecido exponencialmente en la actividad privada. Hay cesantías en la construcción, metalurgia, industria petrolera, automotriz y han comenzado a destruirse puestos de trabajo en el sector de comercio y servicios.

Los despidos en el sector privado se dan sin intervención del Estado como protector de los derechos laborales, sino con la legalidad que da el propio Gobierno. Como bien dice el compañero Carlos del Frade, estamos padeciendo el “Plan DDT” (Devaluación, Despidos, Tarifazos). Esta tríada conforma el explosivo combo del ajuste.

Resulta prioritario recomponer el poder adquisitivo de los sectores populares, frenar los despidos y suspensiones y ponerle un punto final al ajuste y los tarifazos. Los trabajadores no vamos a permanecer inmovilizados frente a la monumental transferencia de ingresos de los sectores asalariados a los grupos concentrados. Este 26 de febrero constituye una oportunidad para hacer sentir el descontento popular en las calles y plazas de todo el país.

En 2016 el Papa pidió superar “el río de miseria” que crece en el mundo a través de la construcción de una sociedad más justa y fraterna: “Dejarnos regenerar para vencer la indiferencia que impide la solidaridad y salir de la falsa neutralidad que obstaculiza el compartir”, dijo Francisco en la Plaza de San Pedro.

He allí -seguramente- una de las principales tareas colectivas que demanda la hora.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A por la Provincia de Córdoba