Dardo Cabo: Cóndor, peronista y montonero

Por Roberto Baschetti*

Dardo Manuel Cabo nació en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, el 1° de enero de 1941. Su padre era el mítico dirigente gremial metalúrgico, Armando Cabo, muy ligado a Evita durante el primer gobierno peronista. De niño se radica en la ciudad de Buenos Aires con su madre María Campano. Estudió como alumno pupilo en el colegio San José de Calasanz en el barrio comercial de Once.

Fue uno de los miles resistentes peronistas –como activista sindical y luego desde la Juventud Peronista- que se sumaron a la lucha luego del golpe militar subversivo del 16 de septiembre de 1955 que derrocó al general Perón.

A comienzo de los ‘60 es uno de los fundadores del Movimiento Nueva Argentina (MNA) de tendencia nacionalista y peronista. Es también “Preso CONINTES” durante el Gobierno entreguista de Arturo Frondizi.

El 28 de septiembre de 1966 dirigió el secuestro aéreo que depositó un avión de Aerolíneas Argentinas en las Islas Malvinas. Tenía 25 años recién cumplidos y estuvo al mando de 18 jóvenes que plantaron banderas argentinas en el suelo irredento y reclamaron la soberanía de las islas para nuestra nación.

En esa acción, también rebautizaron a “Puerto Stanley” –el lugar en el que aterrizaron-, con el nombre de “Puerto Rivero” (como homenaje al gaucho entrerriano que había gobernado en la zona entre 1833 y 1834, luego de rebelarse a punta de facón y boleadoras contra los ingleses sojuzgadores).

La acción de Cabo y sus compañeros pasó a la historia como el “Operativo Cóndor”.

En Argentina había un Gobierno de facto, una dictadura cívico-militar. Según cuenta el eximio periodista Ricardo Ragendorfer: “Aquel hecho no fue muy oportuno. Ese mismo día, el Canciller Nicanor Costa Méndez abordaría el tema Malvinas ante la Asamblea de la ONU. Pero lo peor fue que Onganía debía jugar al polo con el príncipe Felipe, consorte de la Reina de Inglaterra, de visita oficial en el país”.

De vuelta al continente, Dardo Cabo, fue encarcelado y apaleado. En prisión se casó con la periodista María Cristina Verrier, única mujer integrante del operativo. Lo increíble es que María Cristina era parte de una familia patricia, adinerada y antiperonista, hija de un juez y sobrina de Roberto Verrier, Ministro de Economía en un tramo de la “Revolución Libertadora”.

Cabo y su compañera, proveniente de una familia castrense.

Luego, en la década del ’70, siempre como integrante de la Juventud Peronista, al profundizar su compromiso con la causa popular, Cabo se enroló en la organización armada peronista “Descamisados” que a posteriori se uniría con Montoneros bajo este nombre.

Precisamente en este período de su vida, fue fundador y director de la revista “El Descamisado”, la revista política que, por lejos, más se leía en aquella época, llegando a tirar 200.000 ejemplares por semana.

Desde allí, aporta, marca, delimita, aclara, como por ejemplo cuando afirma: “Prefiero la disidencia de un luchador a la obsecuente ‘lealtad’ de un verticalista que pone cara de bueno y nos está entregando al enemigo”.

El 17 de abril de 1975, ya fallecido Perón y bajo el Gobierno títere de Isabel Martínez fue detenido en una parrilla, en Morón, junto a Juan Carlos Dante Gullo, Emiliano Costa y cinco compañeros más, acusados de estar esperando parte del dinero pagado por el rescate de los Hermanos Born, secuestrados por Montoneros.

Osvaldo César Gasparini en su libro “Días de prisión” recuerda que: “Durante las requisas te hacían levantar los brazos para palparte. Cabo no podía subirlos de tanta ‘máquina’ recibida. Pero seguía metiéndole para delante, pensando en los demás”.

Ya bajo el terror de la dictadura militar instaurada por Videla-Massera-Agosti, en la noche del 5 de enero de 1977 fue sacado de la cárcel (U-9 La Plata) junto a su compañero de organización Roberto “Palometa” Pirles, por miembros del servicio penitenciario bonaerense y fusilado cobardemente durante un supuesto “traslado” para evitar un “intento de fuga”.

Por el testimonio posterior de Oscar Daniel Bustos –otro preso político- se supo que la noche anterior a su asesinato, un grupo armado dirigido por Abel Dupuy, Director de la U-9, fue a la celda de Cabo y le dijeron que preparara sus cosas que se iba en libertad. “Pero cuando había preparado todo lo mandaron desnudar y lo empezaron a torturar con patadas y golpes con gomas, hasta que le destrozaron los testículos”.

Cabo, cuadro político, dirigió la revista El Descamisado.

Dos observaciones al respecto. La primera, que con el tiempo, Dupuy fue condenado a prisión perpetua. La segunda, que en este país ser patriota y luchar por la felicidad de nuestro pueblo y la grandeza de nuestra Nación nunca es gratis.

En 1984, con el regreso de la democracia, se realizó en el cementerio de La Plata un homenaje a su memoria y luego los 500 concurrentes se encolumnaron hasta las puertas de la Cárcel de Olmos y frente al poste donde fueron asesinados Cabo y Pirles, cantaron el Himno Nacional y la Marcha Peronista.

Su padre (el ya mencionado Armando Cabo) expresó: “Estoy orgulloso de mi hijo porque dio su vida por una causa como buen peronista, siguiendo el ejemplo de Eva Perón, y entregó su vida a una doctrina que llevaba marcada a fuego en su corazón”.

Siguiendo con los homenajes, en marzo de 2008 al recordarse un nuevo aniversario del golpe militar, en un acto llevado a cabo en la Unidad Nº 9 de La Plata, sita en la calle Delia Avilés de Elizalde Leal entre 10 y 12, se impuso el nombre de “Plaza de los Recuerdos Compañero Dardo Cabo” al patio del Pabellón 1, donde transitara sus últimos pasos, antes de su vil asesinato.

En Brandsen, realizaron una señalización.

Y el lunes 6 de septiembre de 2010 recibió otro homenaje en Brandsen, provincia de Buenos Aires, en el mismo lugar (Ruta 215 km. 56) donde fue asesinado. Cabe acotar, asimismo, que, en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por Ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con su nombre.

Además, en abril de 2019 se conoció un homenaje más para Dardo, cuando se exhibió un video de dibujo animado sobre él y los Cóndores, recordando la proeza realizada; otro acto más de reafirmación soberana sobre nuestras Islas Malvinas.

Y a mediados del año 2021, el sociólogo Vicente Palermo dio a conocer un libro al que ubicó “entre la biografía, la historia y el ensayo de discusión política”. Lleva por título “La vida breve de Dardo Dabo. Pasión y tragedia del peronismo plebeyo” (siglo veintiuno editores. 350 págs.).

Así mismo, el 4 de abril de 2023 se presentó el documental “Los Irrecuperables” donde se rescata la historia de Dardo Cabo y otros compañeros presos en la Unidad 9 de La Plata que funcionó entre 1976 y 1983 como Centro Clandestino de Detención y Torturas: La presentó el Centro de Estudios Históricos “Compañero Dardo Cabo”.

Por último, cabe acotar que fueron siete las banderas que los militantes peronistas llevaran a Malvinas en aquella oportunidad. Todas habían sido hechas por la madre de María Cristina Verrier. Y todas volvieron al continente porque los muchachos se negaron terminantemente a dejárselas a los usurpadores de nuestro suelo nacional.

Las siete banderas fueron entregadas a la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 24 de agosto de 2012, por María Cristina Verrier que las guardó y las protegió por más de 45 años.

Ella le pidió a la primera mandataria que una bandera estuviera en el mausoleo de Néstor Kirchner –en Río Gallegos– y otra en la Basílica de la Virgen de Itatí, de la que Verrier y Dardo eran devotos.

Las otras cinco banderas fueron preservadas y exhibidas en otros espacios, por ejemplo, hay una en el Congreso de la Nación, en la Cámara de Senadores, que actualmente se exhibe en el Salón de los Pasos Perdidos, si el actual Gobierno cipayo de Milei no la ha removido de su lugar, sabiendo nosotros, de su interés por abandonar la causa de Malvinas y dejar las islas a la Corona y británica y a los kelpers para siempre.

*Historiador

Fuente: www.kranear.com.ar