De la fundación y el fundador de Villa María

Por Jesús Chirino*

Quizás la idea de fundar algo es plantear una ruptura con lo anterior, produciendo una discontinuidad y el nacimiento de algo totalmente nuevo. En el caso de una urbe, se destruye la posibilidad del devenir natural de un entorno, construyéndose el abanico que abre lo cultural.

A su vez, la aparición de la figura del individuo fundador señala a quien ha tenido el poder necesario para la referida creación, dificultando la visión de procesos más complejos.

El poder del rey o de la propiedad privada

Desde hace algunas décadas, cada 27 de septiembre se conmemora el aniversario de la ciudad de Villa María. Esa fecha es una convención establecida hace menos de sesenta años. Tiempo antes, el aniversario de la ciudad se había celebrado el 25 de septiembre. Pero más allá de la fecha elegida como la del “nacimiento” de esta localidad, en algún momento, no sin polémica, se eligió la figura de quien sería el fundador y los motivos por los cuales la localidad se erigió en el lugar que se encuentra.

Pensar estos aspectos de la historia de la ciudad hace necesario, en primer término, recordar que, para la época en que Villa María aparece en la escena geográfica de la provincia, ya había sido abandonada la costumbre de la ceremonia de fundación de las localidades, como sí se desarrolló en Buenos Aires y otras ciudades antiguas de nuestro país. En esas ceremonias se llevaba adelante un ritual invocando el poder del rey, por el cual se fijaba el punto donde nacía la nueva urbe.  A la vez se confeccionaba un acta dejando registro de lo sucedido. El rey no era reconocido como el fundador, ese rol le quedaba a  quien había actuado en el terreno representando el poder del monarca.

Para el nacimiento de Villa María ya no había autoridad real en nombre de quien actuar, tomando posesión de la tierra o fundando una localidad. Tampoco se estilaba realizar acta alguna. Los tiempos eran otros y lo que existía era una extensión de tierra, propiedad de un privado, en este caso, de Manuel Anselmo Ocampo. Por otra parte, el Gobierno se encontraba desarrollando el proyecto del tendido ferroviario. Este último dato hizo que muchos entendieran que Villa María es “hija del riel”, algo que quizás no se ajusta tanto a la realidad.

Hechos

En 1866, un mapa oficial de la provincia, levantado por el agrimensor Santiago Echenique, contiene la localidad de Villa María. El documento fue litografiado por el Departamento Topográfico de la Provincia.

El 7 de junio de 1867, en la estancia “Paso de Ferreira”, frente a Villa Nueva, se realizó el trabajo de mensura y amojonamiento de las tierras que Ocampo vendió al Gobierno de la Nación. Eran seis cuadras de terreno destinadas a la instalación de la Estación del Ferrocarril Central Argentino. El 10 de agosto de ese mismo año, el vocal encargado del Departamento Topográfico de la Provincia, Santiago Echenique,  amojonó el terreno según el plano. Debe recordarse que estas tierras estaban en la pedanía de Villa Nueva. Es decir que Echenique pone los mojones en el terreno que un año antes ya había marcado como Villa María en el mapa de la provincia.

El 25 de septiembre, Pablo Barrelier, apoderado del terrateniente Manuel Anselmo Ocampo, elevó el plano de la Villa al Ministerio General de Gobierno de Córdoba, diciendo que el trazado de la nueva población fue realizado “en la Estación del Ferrocarril Central Argentino, en el lugar denominado Paso de Ferreira”. En ese trámite se pide la aprobación y el posterior archivo del mismo. El 27 de septiembre quedó archivado, en el Departamento Topográfico, el “plano de Villa María”. Esta fecha es la que se toma para conmemorar la “fundación” de la ciudad.

En los documentos mediante los cuales se realizaron ventas de terrenos, dentro de los límites fijados por el referido plano, se anotó “un sitio ubicado en Villa María, pueblo delineado en derredor de la Estación del Ferrocarril Central, en Villa Nueva”. Recién el 10 de octubre, cuando Pedro Ramallo compra un terreno, Ocampo modifica la fórmula y por primera vez se escribe que el terreno vendido se ubica en “Villa María”.

Un dato que no debe escaparse es que el trazado ferroviario preveía la construcción de una estación de tren frente a Villa Nueva. Es decir que el lugar ya estaba elegido para ese fin y una estación ferroviaria generaba mucho trabajo, lo que llevaría a que algunas familias se asentarían a su alrededor. De hecho, antes de septiembre de 1867 ya había casas de trabajadores ubicadas cerca de la estación en construcción. Todo esto relativiza la importancia de la decisión de Ocampo de hacer trazar un plano de la localidad como idea de fundación.

La elección del trazado ferroviario

El ingeniero Allan Campbell realizó el estudio para el trazado de la línea férrea entre Córdoba y Rosario. El 30 de noviembre de 1855 entregó, en Paraná, al Gobierno nacional, el informe con los resultados de esa investigación y la propuesta del trazado ferroviario, el mismo que se seguiría al concretar la obra.

El ingeniero escribió: “Por la conocida igualdad de las pampas, naturalmente se referirá que una línea casi recta pueda obtenerse desde Córdoba hasta el Paraná, lo que probablemente tendría lugar si solamente hubiera de considerarse la forma y ondulaciones del terreno. He mencionado ya que los terrenos se encuentran aquí impregnados con materias salinas, que muchas veces hacen que los ríos y pozos tengan aguas impuras y salobres”. Recordemos que, entonces, el tren marchaba gracias a las locomotoras a vapor de agua.

La necesidad de agua pura hizo que Campbell descartara trazar una línea recta entre los extremos del proyectado ferroviario. Señala: “Encontré que después de pasar el Río Segundo no hay más vertientes con que contar para un agua pura y que los pozos también son más o menos impregnados, algunos en extremo”.

Incluso menciona que en Córdoba suele haber épocas de sequía, entonces “se hizo preciso buscar una ruta que venciese esa dificultad. El río Tercero, uno de los más grandes que nacen en las sierras de Córdoba”. Más adelante agrega: “Este es un río hermoso y de consideración, y sus aguas son puras y dulces, hasta muy cerca de su confluencia con el Saladillo”, teniendo en cuenta esa fuente de agua, “por lo tanto, se determinó llegar al río cerca de Villa Nueva”.

Otras razones que lo llevó a decidir que el ferrocarril pasara por la actual estación Villa María quedaron expresadas cuando escribió: “Mirando el mapa se ve que la carretera de Mendoza y San Luis se unirá con propiedad al ferrocarril en Villa Nueva, lo que constituye una ruta muy directa entre esas provincias y el río Paraná”, y agregó: “La línea que se ha adoptado pasa también más cerca de las actuales poblaciones, y en varias partes toca con el camino de postas, así es que, si se completara el ferrocarril hasta cualesquiera de estos puntos, formaría en conexión con el camino de postas una vía continuada”. En otra parte del informe aparece el monte y la disponibilidad de leña como razón de importancia.

Los hechos muestran que la determinación del trazado ferroviario y el establecimiento de la estación en la pedanía de Villa Nueva no fue algo determinado por Manuel Anselmo Ocampo. También vemos que en 1866, en un mapa oficial, este punto geográfico estaba designado como Villa María. En honor a la verdad, también hay que señalar que Ocampo nunca expresó voluntad de ser fundador, lo que manda a trazar es un plano en sus tierras, donde ya había vendido un terreno para estación ferroviaria. Es decir que, a esa altura, el plano era necesario si se quería delimitar bien los terrenos a vender y ordenar el asentamiento de personas que se venía produciendo en el lugar que, en el mapa de 1866, aparece con el nombre de Villa María.

Décadas después, y avanzado el crecimiento de la localidad, se discute y se acuerda que el dueño de las tierras fue su fundador. Ante este panorama resulta interesante plantearse qué necesidades satisfacen las ideas de fundación y de un fundador individual.

Ilustración de portada: Collage digital de R. Olcelli sobre el mapa de 1866 de Santiago Echenique, donde se percibía la existencia de Villa María, el ingeniero inglés Allan Campbell y la locomotora Nº1 del FF.CC. Central Argentino

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTAA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María

Fuente: www.eldiariocba.com.ar