Elecciones en ATE Córdoba y el Modelo Sindical en disputa

Por Carlos Rang*
El 9 de agosto se ponen en juego dos modelos sindicales, es por eso que invitamos a la unidad y la participación masiva para garantizar un sindicato combativo que luche y no claudique ante la patronal estatal. Estos últimos 4 años fueron de lucha ininterrumpida, organización contínua y democracia sindical, sin dejar de movilizar en diferentes conflictos.
En este trayecto de lucha intentamos armar una organización de estatales más fuerte donde se crearon nuevas seccionales, donde se fortaleció la relación entre la organización y sus trabajadores y eso se vio reflejado en el aumento de sectores con sus delegados y, por ende, en la cantidad de afiliados. Donde la toma de decisiones fue con la práctica de la democracia sindical en la mayoría de los sectores a través de plenarios de delegados con mandatos de sus asambleas esto da la potencia y la legitimidad a la lucha colectiva.
Otro de los puntos altos fue el conjunto de acciones de unidad con otros sectores de trabajadores organizados sean estos asalariados (Aceiteros, Petroquímicos, Neumático) 0 los precarizados como las compañeras del PAICOR más las llamadas Organizaciones Piqueteras, o de la Economía Popular (UTEP), porque de esta manera sumamos más heterogeneidad en la lucha y esto nos permite un mayor grado de conciencia y, por ende, una mejor organización como clase donde vamos pasando de las luchas económicas gremiales (salarios, despidos, condiciones de trabajo) y se van combinando con las luchas políticas gremiales (contra el hambre, la desocupación, reformas laborales y de pensiones) y también dimos luchas políticas cuando luchamos (por la Soberanía, por el no pago de la Deuda y el FMI).
Además de organizamos para recrear espacios de compras comunitarias con otras organizaciones y sumando a las organizaciones de productores para encaminarnos en un proyecto para la Soberanía Popular y Alimentaria, junto a lo política social que hace parte de la ayuda colectiva y solidaria y el sentido de pertenencia. Por eso fue un paso importante la democracia para la toma de decisiones y la organización con la unidad programática entre el Consejo Directivo Provincial (CDP), sectores y delegados, para poder centralizar la dirección de la lucha a un mismo tiempo y con ello constituir una fuerza con capacidad y disposición a la lucha.
Toda esta forma descripta de organización y articulación con sus avances y retrocesos, aciertos y errores, son los espacios propicios para la formación de las y los trabajadores, más los encuentros, los talleres, las conferencias que van formando nuestro activo militante.
Esta forma de construcción generó desavenencias internas profundas dentro de nuestro sindicato, donde muchas veces por el temor de pérdida de privilegios de la llamada “burocracia sindical” entendida la misma como la corporación de cuadros profesionales que ocupan una posición social distinta a los delegados de sectores y a los afiliados. Donde la misma se aprovecha de los beneficios materiales de su posición, donde viven y se reproducen del mismo sindicato.  Esto sucede y lo permite la estructura jerárquica y burocrática de poder que muchos sindicatos tienen, dando una ventaja de sus funcionarios frente a las bases al momento de disponer recursos y decisiones.
Esto reproduce una visión sindical que sólo intenta mantener el estatus quo y un gremio pequeño de representación pero de muy baja intensidad, esto repercute y refuerza la no convocatorias a plenarios de delegados y si hay alguna actividad se evita que participen aquellos delegados de los sectores que responden a los mandatos de sus asambleas y sus organizaciones sectoriales donde la decisión está en el interior de las y los trabajadores y esto es lo que choca muchas veces con los intereses corporativos de los que temen perder el poder de dirección, sobre todo cuando los delegados elegidos no responden verticalmente a sus órdenes.
Esta forma organizativa conlleva al retroceso y debilitamiento de los asalariados en su conjunto, este modelo sindical se fue diseminando donde muchos sindicatos y centrales obreras se acercaron a los gobiernos de turno y se abandonó de cierta manera la organización para la lucha y la combatividad callejera asimilando una actitud más negociadora.
Estas formas de representación en nuestro sindicato tiene sus personificaciones y son los que se oponen a que los afiliados estatales no cotizantes o con contratos precarios (becas, monotributitas) no puedan participar de la elección, o tratan de impugnar la historia de algunos militantes para que no participen de las listas o para que no voten o que no puedan ser candidatos.
Como trabajadores del Estado debemos hacer el esfuerzo de comprender qué es el Estado y saber que el mismo nació para representar al capital social en general. Pero al mismo tiempo el capital es también una relación social de fuerza, por eso los estados siempre incorporan intereses particulares de las clases subalternas y en este caso las y los trabajadores, de esta manera vemos como se modifica el aparato estatal, la legalidad y el personal político. Esto lo hace parecer y lo presenta de una forma como si tuviera una autonomía relativa de la organización política estatal, basada en una dinámica real de la luchas. Donde el Estado expresa las demandas de la clase trabajadora pero siempre en la denominada reproducción ampliada del sistema en su conjunto. Por eso hoy vemos que el Estado y sus aparatos es tan precarizador, tan hambreador, tan saqueador y represor como el mismo capital. Por eso la importancia de comprender qué es el Estado en cuanto tal y que el mismo no es una cosa o un sujeto, sino una relación social y un campo estratégico de luchas de las fuerzas por el poder y que el mismo radica en las clases sociales fundamentales.
Por eso preocupa la posición oportunista de algunos dirigentes en este momento histórico de no defender o solidarizarse con los dirigentes imputados por el régimen por luchar, o de no querer dejar participar a históricos dirigentes de ATE presos políticos en los ’70, o que no quieran dejar votar a los no cotizantes que tienen voluntad de participar como si fuera un problema de ellos de estar precarios.
La construcción de un sindicato con una perspectiva de una mirada integral a veces también trae confusiones dentro del seno de las y los trabajadores ya que se cuelan las ideas de la posmodernidad y el oportunismo pequeño burgués cuando la misma intenta agregar a la lucha de clase otras formas de luchas, cuando se habla de una perspectiva debe ser de clase integral, sabiendo que no puede existir la “identidad” al margen de la lucha de clases.
No hay sujetos históricos distintos de las clases principales en las que se polariza la sociedad burguesa donde las y los trabajadores constituyen la clase universal. Por ello no separamos las luchas inmediatas de las históricas de nuestra clase y el problema estructural sistémico, porque si no, nos convertiríamos en un instrumento burocrático y reformista dando el consenso al sistema y al estado de situación que reproduce.
Esta crítica y autocrítica supone que de antemano sabemos que el objetivo de las asociaciones sindicales es la defensa de los intereses de los asalariados dentro del marco de las relaciones sociales capitalistas, en este caso capital/trabajo, y el comportamiento no puede escapar a esos límites.
Comprendemos que la fragmentación reinante que vive la clase trabajadora no es simplemente producto de concepciones distintas del mundo, sino expresiones enraizadas en la materialidad de una dinámica social. Entendiendo que los trabajadores solo pueden luchar contra su explotación y su opresión, a través de su unidad, su solidaridad, su autoorganización, su constitución en clase y así poder construir una fuerza material y moral tan potente que pueda superar el capital.
El 9 de agosto están las elecciones nacionales en ATE para el CDN, el CDP y Seccionales. Estamos en tiempos de mucha intensidad gremial para intentar defender nuestros derechos en estos tiempos difíciles para nuestra clase por la avanzada de un capitalismo en descomposición que requiere chupar más excedente, eso significa más ajuste y palos para nuestro pueblo.
Por eso, para garantizar la pelea necesitamos una organización fuerte y para eso se requiere de nuestra participación y el compromiso colectivo.
Se puede participar votando que es sumamente importante, pero lo más estratégico es también comprometerse y sumarse a los equipos de trabajo para la organización de la lucha.
*Médico Veterinario. Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Especialista en Estudios Latinoamericanos. Integrante del Grupo de Trabajo China-CLACSO. Delegado Gremial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTAA) en la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF)