El dato surge de las mediciones realizadas por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Provincia. Sólo los meses de mayor retracción económica por efecto de la pandemia generaron contención en los precios.
La inflación sigue golpeando fuerte el bolsillo de los argentinos. Pero, sobre todo, los precios que miran con más preocupación las familias son los de los alimentos, que vienen con una marcha más veloz que el resto de los rubros.
En marzo del año pasado, alimentos y bebidas registraron un aumento en la provincia del 2,93 %, mientras que el índice general de precios marcó un alza del 2,49 por ciento.
En abril, un mes particular porque hubo una generalización derivada de la cuarentena estricta que decretó el gobierno nacional a partir del crecimiento en el número de casos de Covid, no se reflejó un cambio en esa tendencia. Mientras los alimentos se remarcaron en promedio un 2,71 por ciento ese mes, el índice general se ubicó en el 1,34.
Mayo ya fue un mes marcadamente atípico, porque cuando el gobierno vio que los precios de los alimentos se iban por las nubes estableció un programa de precios máximos que apuntó a evitar desbordes y abusos. Así, consiguió que al menos en Córdoba, en una situación inédita, los alimentos registraran una baja del 0,53 por ciento, mientras que el índice general registró un ascenso del 0,77 por ciento.
Algo similar pasó en junio, cuando la canasta alimentaria tuvo una suba del 0,07 por ciento, mientras la inflación registrada alcanzó el 1,37 por ciento.
Julio retomó ya la senda que puede considerarse normal: los alimentos con remarcaciones superiores al resto de la economía. Ese mes del año pasado, el rubro subió un 1,95 por ciento mientras el indice general se ubicó en el 1,84 por ciento.
Agosto fue un mes especialmente negativo para el precio de los alimentos, que aumentaron un 3,40 por ciento contra el 2,22 que ascendieron el resto de los rubros en promedio.
Septiembre confirmó la tendencia, aunque con picos menos pronunciados. Mientras los alimentos registraron un alza del 2,29 por ciento, el índice general se ubicó en el 1,99 por ciento.
En octubre, con la economía ya menos paralizada por la cuarentena, los alimentos volvieron a tener un salto considerable del 4,48 por ciento, mientras que el índice general se ubicó en el 3,56 por ciento.
Al mes siguiente la situación no varió demasiado, porque el incremento de los precios de los alimentos siguió en la línea del 3,56 por ciento; la inflación general promedió el 3,56 por ciento.
Diciembre, que siempre suele ser un mes complejo para los precios, porque las fiestas presionan con una sobredemanda, fue catastrófico para los valores de los alimentos. En Córdoba, según la medición oficial, se ajustaron un 7,12 por ciento, mientras que la inflación promedio alcanzó el 4,33 por ciento.
El 2021 no trajo mejores perspectivas para los alimentos, que se incrementaron un 6,05 y totalizaron un 13,17 por ciento en apenas dos meses. Las verduras, las frutas, la carne vacuna tuvieron ajustes muy pronunciados.
En el primer mes del año, mientras los alimentos subieron ese 6,05 por ciento, el índice general se reajustó en promedio el 5,82 por ciento.
En febrero, por primera vez en muchos meses, la tendencia fue la inversa. Mientras los alimentos subieron el 3,39 por ciento, el índice general se ubicó en el 3,79.
¿Cuál será el techo de los precios de los alimentos? Los productores señalan que ese límite suele ser marcado por los valores que legitimen los consumidores.
Fuente: www.puntal.com.ar