Reconocimiento a ATE Punilla por homenaje a la compañera desaparecida Amelia Insaurralde

Con la firma del Secretario General de ATE Córdoba, Federico Giuliani, y del Director del Departamento de DDHH y Secretario de Formación, César Theaux, el Consejo Directivo Provincial (CDP) emitió una comunicación haciendo el reconocimiento a las y los compañeros de ATE Punilla por su labor en favor del reconocimiento a la figura de la docente desaparecida del Departamento Punilla, Amelia Insaurralde, militante del Partido Comunista, secuestrada junto a otras 8 personas el 8 de abril de 1976.

Amelia Nélida Insaurralde, en Punilla, maestra y psicóloga, militaba en el PC, alojó a Agustín Tosco en la clandestinidad y es recordada por sus ex alumnos como una persona profundamente comprometida socialmente, militante activa del movimiento obrero junto a médicos del Hospital Funes y otras instituciones, afectuosa, y transgresora de los modelos de conducta impuestos socialmente a las mujeres. La dictadura se la llevó, pero en Punilla, al pie de las sierras, resuena el legado de su pedagogía de la solidaridad.

Insaurralde resultó asesinada en el Centro Clandestino de Detención Campo La Ribera, la ex cárcel militar que régimen dictatorial utilizó para mantener secuestros en la clandestinidad, torturar y desaparecer ciudadanos y ciudadanas en Córdoba durante los oscuros años de la dictadura cívico-militar impuesta a sangre y fuego en 1976.

El 26 de mayo se cumplió además otro aniversario de la irrupción de la Fuerza Aérea en la Colonia Santa María, hospital neuropsiquiátrico, donde fuerzas represivas secuestraron a la Comisión Directiva de la Seccional ATE Santa María, instalando un centro de torturas en el mismo predio del centro de salud.

En ese contexto, la comunicación del CDP saluda “al equipo de trabajo que, en unidad y poniendo por delante las coincidencias, ha sabido ganar la batalla institucional para que una calle de la localidad de Santa María lleve el nombre de Amelia Insaurralde, compañera asesinada en las funestas horas de la última Dictadura Cívico-Militar”.

Y apunta en relación a Insaurralde que “Amelia siempre trabajó en la unidad de las organizaciones populares en lucha. Por aquello años estaba más que claro que la lucha contra las oligarquías vernáculas y el imperialismo podía darse solo si quienes anhelaban la liberación de nuestra Patria golpeaban de manera conjunta y estrechaban los lazos de solidaridad: ¡cuánta falta hace a veces hoy en día esos grados de conciencia de que las salidas son colectivas que nos supieran marcar compañeras como Amelia! Ella, por ejemplo, fue una pieza clave en el operativo mediante el cual pudimos mantener escondido y bajo cuidados al “Gringo” Agustín Tosco, en aquellas sus últimas semanas: fue en la casa de Amelia que este gran compañero encontró cobijo mientras escapaba de las fauces de la Dictadura, aún más crueles que las de su enfermedad”.

Y concluye señalando que los crímenes políticos, el miedo y el terror como política de Estado “tuvieron la intención de desgarrar estos lazos populares de cuidado, cariño y solidaridad en la lucha. Es nuestra tarea reconstruirlos: en ellos se irá nuestra vida, a pesar de los muchos escollos que puedan venir de afuera, de quienes mandan, y de quienes en nuestras propias filas aún no entiendan que la consigna sigue siendo “liberación o dependencia” y que para ello deben dejarse de lado particularidades y egos que nada aportan. Amelia, con tu ejemplo y el de toda esa gran Comisión Directiva de ATE Punilla y de las y los luchadores del Valle, ¡a la Victoria!”.

Fuente: www.atecordoba.org