Se lanzó el Programa “Yo, Sí Puedo” en barrio La Calera de Villa María

El 8 de octubre, un puñado de compañeros y compañeras que integran la CTA Autónoma Villa María -entre los que se contaron Sonia Ramadori y Jonatan Cruceño-pusieron en marcha el Programa de Alfabetización de Adultos “Yo, Sí Puedo”, bajo la mirada atenta y la compañía a distancia de la Fundación UMMEP (Un Mundo Mejor Es Posible) encarnado en su Presidenta, Claudia Camba e Isabel Cristina Fernández, representante cubana en la Argentina del Programa.

“Como habíamos comentado en notas anteriores, la profundización de la crisis que atraviesa la gran masa del pueblo en nuestro país, la precarización laboral, los despidos, el congelamiento de salarios, la suspensión de beneficios y el recorte de derechos para solo nombras algunas de las múltiples calamidades que soportamos como sociedad, desde la CTA-A villamariense están presentes cada vez que se convoque a marchar y a concentrar en la Plaza Centenario, la plaza más céntrica de la ciudad”, señala una declaración gremial.

Y añade: “Observamos que a las democráticas concentraciones de reclamo asiste siempre la misma gente, situación que la motivó a pensar ¿porqué los vecinos de los barrios que rodean a la pujante Villa María de los cuatro bulevares, no llega a las manifestaciones públicas? ¿Qué pasa allí? Cada barrio está asistido desde el Municipio con sus Centros Primarios de Salud, con Delegaciones Municipales y Asistentes Sociales que canalizan necesidades, organizaciones sociales que algunos días de la semana ofrecen merienda y cena. ¿Alcanza con eso? ¿Nadie desea reclamar algo? ¿Se sienten ciudadanos con derechos?, interrogantes que siguen interpelando a la comunidad toda”.

“También nos interpela como organización sindical que cuenta con una Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA). Decidimos caminar los barrios, hablar con vecinos y vecinas: Ellas y ellos esperan, siempre alguien va y les da. Sobreviven. Refieren constantemente a la vecina que coordina el Centro Vecinal y que con una autoridad de tipo maternal es el nexo con el Municipio. La Educación no está entre sus prioridades. Los adultos en su mayoría hicieron la escolaridad primaria, algunos de forma incompleta y en cada familia hay un analfabeto mayor de 18 años. Los niños concurren a la escuela del barrio y los adolescentes a la escuela secundaria pública del barrio más cercano. Muchos abandonan en los primeros cursos porque obtiene malos resultados y no tiene quién los ayude a superarlo. Tiene pendiente un proyecto de apoyo escolar y equipamiento tecnológico con el que no cuentan y que en muchos casos motiva el sentimiento de fracaso escolar de los jóvenes que los conduce al abandono”, subraya.

“Ante esta observación in-situ, conectamos con lecturas de crónicas urbanas, en especial con las del Sociólogo Leandro Barttolotta, ‘Saldo Negativo’ Editorial Sudestada. En sus páginas narra la vida en barrios marginales de Buenos Aires y son similares a las del barrio La Calera de nuestra ciudad de Villa María. El autor concluye diciendo que la marginalidad, los bordes, las fronteras, esos muros invisibles definen territorios estigmatizados. Están en el ‘Punto de Mira’ de políticos y funcionarios quienes en muchos casos observan con prismáticos y en un escritorio deciden qué necesitan los vecinos y las vecinas del barrio pobre”.

“Hace tantos años, tantas generaciones vivieron y viven con esa lógica burocrática que por esta razón, ellos y ellas esperan, solo esperan, como en Godot. Siguiendo a Barttolotta que propone hacer un movimiento, intentar sacar al territorio del punto de mira y colocarlo en el punto de vista significa también dejar de surfear por los barrios, haciendo fotos para la prensa de Políticas Públicas que van esfumando sus esplendores luego de las campañas electorales. Colocarlo en el ‘Punto de Mira’ es dejar de concebir al barrio pobre como enunciado y sí como lugar de enunciación. Sus calles están repletas de leyendas que nunca nadie escuchó, los vecinos y vecinas llenos de sueños que jamás expresaron. El programa ‘Yo, Sí Puedo’ viene a proponer nada más y nada menos que la dignidad de leer y escribir y de ahí para adelante todo lo que sean capaces de imaginar”, concluye la nota de la CTA-A Regional Villa María.