Para Omar Giuliani, “la FeNaT retoma las viejas banderas de nuestra Central”

Una escuela primaria, un secundario agro técnico y una cooperativa es Ruca Hueney, una organización social ubicada en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, que a través de la educación como principal herramienta luchan por una sociedad más igualitaria y en comunidad. Omar Giuliani, referente del espacio y coordinador nacional de la Federación Nacional Territorial  (FeNaT-CTA) contó el qué, cómo y porqué de esta “construcción cotidiana”.

-¿Qué es Ruca Hueney? 

– Ruca Hueney es una palabra de origen mapuche, casa de amigo, tiene sus inicios a mediado de los 90, hace 20 años que venimos transitando el camino de compartir la vida con nuestros pibes y pibas. Hemos transitado etapas de mucho conflicto, mucha resistencia en el marco de nuestros recursos, de la precariedad de la vida de nuestros pibes y pibas, pero también emos avanzado en procesos organizativos, hoy ruca es una escuela primaria, comunitaria, es una escuela secundaria agro técnica comunitaria, es una radio, es un hogar convivencial. Nosotros consideramos que el proceso de educación, de comunicación, lo comunitario, el compartir nuestra vida con nuestros pibes y nuestras pibas es parte de lo que debería ser un país. Un país que no cuida a sus niños, sus niñas, obviamente es un país que está destinado al fracaso, por lo tanto nosotros consideramos que Ruca tiene que ver con la posibilidad de visibilizar que es posible construir otros mundos en el que quepamos todos los mundos y que precisamente donde nuestros pibes no sean solo sujetos de derechos, sino que también sean sujetos políticos capaces de transformar su realidad.

Omar Giuliani, dialogándo junto a integrantes de la comunidad de Ruca Hueney.

-¿Cómo pueden lograr todos estos objetivos en una sociedad tan desigual?

– Creo que básicamente es parte de esa disputa, hay una disputa cultural del quehacer cotidiano, de esa perspectiva de sociedad. Creemos que una cuestión fundamental, fue nuestro proceso organizativo y ese proceso tiene que ver con ser parte de una central (CTA Autónoma) donde nos dieron la posibilidad de organizarnos abriéndonos las puertas como una organización de niñez, con la perspectiva de que somos parte de nuestro hijos, que son parte de la clase trabajadora, son parte de esa clase que ha sido poseída, marginada y por lo tanto nosotros necesitamos constituirnos en un proceso organizativo con el resto de la clase trabajadora, eso a nosotros nos dio muchas posibilidades, mucha fuerza, mucho respaldo a la hora de discutir, porque a la hora de disputar uno va con correlación de fuerza, es convencimiento es crecimiento y además es sostenimiento en el tiempo. Nosotros podemos demostrar que después de más de 20 años mientras que el Estado piensa penalizar y encarcelar a nuestros pibes, nosotros decimos que las políticas de niñez y adolescencia debe ser otra. Cuando nuestras palabras van acompañadas con acciones y esas acciones son visibles, que modifican la vida de nuestros pibes la verdad que allana mucho los debates, es un debate de ideas pero esas ideas se tienen que hacer acciones políticas. Ruca es eso, política y acción concreta, es discusión teórica, es discusión ideológica pero también es barro, tierra, terreno, abrazo, amor y construcción cotidiana.

-¿Cómo hacer para volver a incluir a los que quedaron fuera de los debates y las organizaciones sociales en años que se promovió el individualismo y la desorganización?

– Me parece que es un momento donde necesitamos un gran debate de cuál es la sociedad que necesitamos, a las palabras hay que ponerles la fuerza y la acción cotidiana. Por ejemplo, yo creo que la Deuda con el FMI es impagable, ahora para eso hay que construir una fuerza necesaria, movilizada en la calle planteándole al Gobierno que esa Deuda es ilegítima, ilegal e impagable, teniendo la fuerza de la clase trabajadora movilizada en la calle, que hay que construirla.

-¿Está esa fuerza?

– Yo creo que todavía no está esa fuerza, hay como un planteo de algunos sectores organizados, pero me parece que nosotros necesitamos masificar estas propuestas. Cuando diferentes gobiernos insistieron en bajar la edad de punibilidad de nuestros pibes y nuestras pibas nosotros como fuerza organizada pudimos movilizar y torcer ese brazo, entonces necesitamos construir fuerza organizada movilizada capaz de decir lo que nosotros no queremos pero también capaces de construir, hacer cotidianamente lo que queremos.

¿Esta fuerza social es lo que trabajan desde la FeNaT-CTA?

– La FeNaT nace a partir de la necesidad de ver que nuestra Central en algún aspecto no estaba poniendo énfasis en estos debates, en el ámbito del desarrollo territorial y que era resurgir, retomar las viejas banderas de nuestra Central, cuando a mediados de los ’90 Víctor De Gennaro nuestra conducción decía: “La fábrica está en el barrio, hay que salir a buscar y construir con ese nuevo desarrollo territorial, con esas nuevas fábricas en el barrio, es salir y retomar esa lógica que es la del “Grito de Burzaco”, que tiene que ver con la lógica que tuvimos con el Movimiento Nacional los Chicos del Pueblo de salir a recorrer el país, no solo la geografía si no la conciencia de nuestro país planteando que el hambre es un crimen y que no puede haber un país que olvide a su niñez. Esa es en parte la necesidad de repensarnos en procesos organizativos dentro de un marco de la central, con aciertos, con dificultades, pero con un crecimiento constante, porque muchos compañeros y compañeras veían esa necesidad de construir una estrategia colectiva, comunitaria de la Central en términos del debate y de la disputa del territorio.

 La FeNaT (Federación Nacional Territorial) es la organización de  diferentes sectores sociales, territoriales, espacios culturales, comunitarios de diferentes provincias nucleados dentro de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA Autónoma), y que propone articular entre sí para las diferentes acciones y experiencias del trabajo territorial.

-¿Cómo se piensan los movimientos sociales dentro de este nuevo escenario político?

– Me parece que un nuevo escenario político es un marco de desafío, en primera instancia porque hay que salir de ese proceso de resistencia, hay que salir del lugar de decir aquello que no estamos de acuerdo, no nos gusta y que hay que salir a construir aquello que si estamos de acuerdo y que podemos realizar, me parece que en ese contexto es donde uno sale a plantear cuestiones que tienen que ser modificadas de estructura, podemos pensar que hay que trabajar contra el hambre, podemos pensar que hay que resolver cuestiones coyunturales de emergencia. Ahora eso no puede tapar que hay que trabajar y construir espacios políticos de debate que nos permitan pensar en modificar cuestiones estructurales. El hambre es una herramienta de control social, no es la equivocación de un modelo económico, no es la equivocación de tal o cual ministro de economía, es una herramienta de control social que tiene el sistema para desarrollar un modelo de acumulación dentro del sistema capitalista, por lo tanto nosotros necesitamos dar los debates y discutir, además de salir a plantear cuestiones de coyuntura. También salir a discutir cuál es la matriz productiva de nuestro país, cómo se produce, para quién se produce y en qué contexto se produce. Entonces me parece que los debates deben arrancar por ahí, se tienen que pensar por ahí y la FeNaT está discutiendo esto, necesitamos un nuevo modelo productivo, matriz productiva, donde la vida productiva no puede estar dada por el monocultivo, ni por la mega minería, ni por la concentración de industria automotriz que depende de Brasil, debemos intervenir como organizaciones sociales, territoriales, políticas y sindicales en la discusión de un nuevo modelo productivo y que obviamente discute en todo los sentidos la tenencia de los medios de producción y la tenencia de la tierra.

Fuente: www.elmegafono.net