CONICET: De la resistencia a la iniciativa

Con el cambio de Gobierno y «la lucha de estos cuatro años», la discusión de qué modelo de ciencia y la concreción de una herramienta fundametal como el Convenio Colectivo de Trabajo de Trabajadores de Ciencia y Técnica, parecen estar más cerca. Reapertura de cupos de ingreso a carrera, mejoramiento de los montos de las becas doctorales y posdoctorales, aumento del financiamiento para el sector, revinculación de trabajadores del INTI, son «el mascarón de proa» de los nuevos tiempos que se viven CONICET y las distintas Agencias Científicas estatales.

Tras reunirse con representantes del Consejo Directivo Provincial (CDP) de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) Córdoba, entre otros con Julia Giuliani, Secretaria de Prensa y Comunicación, Flavio Sives -representante nacional de ATE CONICET- y Lorena Capogrossi -delegada de ATE CONICET Córdoba-, explicaron que se continúa trabajando en la organización de los trabajadores de la Ciencia y la Tecnología en nuestra ciudad «ante un evidente cambio de etapa en el país».

Capogrossi planteó, en ese sentido, que «venimos de 4 años de golpes al sector científico: salarios, subsidios, posibilidad de desarrollo de algunas líneas de investigación. El cambio de escenario nos obliga a replantear algunas cosas: pensamos en cómo aportar en políticas públicas y no tanto en la resistencia».

Apuntalando la idea, Sives expresó que «el sector de Ciencia y Técnica viene siendo el mascarón de proa de una nueva política: revinculación de los compañeros y compañeras del INTI después de dos años de pelea; una mejora en el poder adquisitivo de los salarios y las becas; una casi duplicación ingresos a carrera de investigadores (cuando en el resto del Estado los ingresos se prohíben por 180 días, según el decreto ejecutivo de ayer); y un aumento del financiamiento a las líneas de investigación».

El sector científico en nuestro país está compuesto por unos 20 organismos en todo el país. La mayor parte de ellos son del Estado Nacional, pero hay también algunos provinciales. El más grande, por lejos, es el CONICET con unos 25 mil trabajadores y trabajadoras a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. De ese número, alrededor de 4 mil se encuentran en Córdoba.

La mitad de ellxs, son becarios doctorales y posdoctorales; de lxs restantes, la mayoría son investigadores; una parte menor son personal de apoyo -técnicos profesionales-; y la «pata más pequeña» -y precarizada ya que si bien están bajo convenio, tienen contratos anuales- es la del personal administrativo. Completan el panorama del sistema científico público otros instituto y agencias como el INTI, INTA, CONEA, CONAE, etc, que tienen como finalidad vincular los centros de desarrollo científico con las universidades y el sistema productivo. En Córdoba hay de expresión de casi todos estos otros centros, ya que la Provincia es un polo muy importante de desarrollo productivo y de educación universitaria.

-¿En qué sentido son las señales de reactivación de la ciencia y la tecnología en este nuevo gobierno?

-Flavio Sives (FS): Hay una relación con las decisiones económicas del Gobierno que pretende reactivar el sistema productivo y eso se hace con el INTI y CONICET, al menos en parte. Pero también se encarga a CONICET como prioridad el tema del hambre, de las enfermedades endémicas, que trabajemos en palear esos flagelos en nuestro País.

Vemos como, sin embargo, por otro lado, sectores como los de la Agricultura Familiar no son tan sencillos de recuperar porque hay actores muy grandes e importantes opuestos a la política que allí se desarrolla. Esos grupos de poder son muy fuertes y por eso no hemos podido reincorporar a prácticamente a ningún compañero allí. Y esas son las tensiones que están en este gobierno: entre una agricultura intensiva, de escala y negocios y otra familiar; entre la explotación de los recursos y el cuidado del ambiente. Aún está en definiciones hacia dónde se va. El cambio de rumbo en CONICET e INTI nos dicen que para modificar las condiciones económicas de Argentina, se va a a requerir de tecnología, pero los rumbos están en discusión. Y venimos de unos 4 años de Barañao que estuvieron apuntados fuertemente al trabajo con el capital concentrado. Una de las líneas más apuntaladas fue la biotecnología para entregar patentes a Grobocopatel, por ejemplo.

-Lorena Capogrossi (LC): El modelo de ciencia está siempre en disputa. Como organización de trabajadores y trabajadoras tenemos una posición y es la de defender una ciencia al servicio del pueblo. Y esa es una posición política que tiene que ver con un tipo de ciencia que queremos. Somos conscientes que esa definición implica mover estructuras en CONICET y ocupar espacios dentro tiene que ver, para nosotros, con luchar qué se evalúa, quién evalúa, cuáles son las líneas prioriarias. Y ahí se cruzan no solo cuestiones nacionales, sino organismos internacionales de evaluación, líneas históricas, muchos intereses.

-FS: Sí, en ese sentido -y solo por poner un ejemplo-, el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción de la Ciencia y la Tecnología, que es mediante la cual se financian los procesos de investigación, toma a su vez financiamiento del BID que tuvo, por ejemplo, países «vedados» a los cuales no se les podía comprar: Rusia, Vietnam, Cuba, Corea del Norte. Dar la disputa de qué desarrollo científico implica también el de la discusión de qué financiamiento, para hacer qué, con quién. Por ejemplo en el centro donde trabajo, una técnica nuclear requiere una fuente radiactiva cuyo único productor es Rusia y debíamos hacer una triangulación vía una empresa alemana que nos facturaba extra para hacer la triangulación que si hubiésemos comprando directamente podríamos haber hecho más barata la operación.

Además, tenemos toda la discusión que deviene de la orientación prioritaria del modelo hacia la ciencia aplicada, el agregado de valor, la transferencia. Tenemos un gran ejemplo que es el caso de Y-TEC, centro dependiente de YPF y de CONICET para la explotación petrolera. Todo ello nos lleva a la discusión de hasta dónde los desarrollos tienen que ser exclusivamente orientados hacia una explotación, en el sentido más puro y cabal del concepto. Y ahí, por ejemplo, hay tensiones entre el ambientalismo y la discusión de la matriz de consumo con el paradigma extractivista. Tensiones sociales, pero también científicas.

-¿Los funcionarios han anticipado cambios en la organización del sistema científico estatal?

-FS: Hemos tenido dos reuniones con Salvarezza como Ministro de Ciencia y Tecnología. Una como ATE, de carácter más político -donde estuvo Cachorro Godoy- en la cual el Ministro nos planteó la línea de que la ciencia sea parte de un programa de desarrollo económico y empleo, además de aportar en el combate del hambre. Desde esa concepción es que nos habló del GATEC, que es un Gabinete de Ciencia y Tecnología que coordina a los organismos de Ciencia y Técnica del Estado Nacional y que pasaría a la Jefatura de Gabinete ya que estos organismos dependen de distintos ministerios. Jugará un rol más importante en la definición de líneas de acción y desarrollo de investigaciones; y trabajará también, entre otras cosas, en un nomenclador común de salarios ya que cada organismo por su historia y relación de fuerza particular puede tener salarios muy distintos y, conforme a la complejidad de los proyectos a abordar, muchas veces esos trabajadores se encuentran trabajando en el mismo proyecto, pero con salarios totalmente distintos.

La otra reunión fue como trabajadores de CONICET con la Presidenta del Organismo, Ana French, quien fuera delegada y afiliada de ATE durante mucho tiempo. Con ella la discusión no fue tan política, sino que más técnica, sobre el Convenio Colectivo, Salarios, Situaciones de Violencia en el CONICET, Condiciones de Trabajo, Comisiones Paritarias, etc.

Reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras

Capogrossi enunció que uno de los puntos principales de la agenda en Córdoba será «retomar las Asambleas en las cuales hay representantes de los institutos, donde se definen ejes y actividades. En función de eso es que seguramente volveremos a retomar el trabajo sobre el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT)».

Los trabajadores del CONICET tienen 4 estamentos, explicó Sives y para sus cuestiones laborales, uno de ellos depende de un Estatuto que firmó la dictadura de Lanusse en 1972, dos días antes de traspasar la presidencia a Cámpora; otro, el de los administrativos, bajo un Convenio Colectivo de Trabajo, ambos en principio amparados bajo el Convenio 214 que es el general de Estado Nacional y el tercero, el de los becarios, que no son considerados trabajadores.

«Lo que buscamos es que estén todos bajo un único CCT con sus particularidades, donde todos sean reconcidos trabajadores», explicó Sives. «Al ser del 72, es un Estatuto caduco, jerárquico, elitista, verticalista y, además, escueto ya que son 5 carillas donde no se comprenden muchísimas situaciones que son centrales para la vida de los trabajadores y trabajadoras. Lo que han hecho los diversos directorios del CONICET es resoluciones para esas situaciones que funcionaron como parches, muchas veces contradictorios entre sí. Lo que debe hacerse es ordenar todo eso con un solo CCT general», advirtió.

«Esto de que los becarios se incorporen como trabajadores dentro de un marco de Convenio Colectivo que los contemple sirve para estar a resguardo hasta en aquellos casos de violencia que se han generado en espacios de trabajo y que, al no ser reconocidas como trabajadoras, instituciones como la Universidad se han declarado sin competencia para actuar», puntualizó Capogrossi.

«Con respecto al CCT, Salvarezza -quien fuera el último Presidente de CONICET durante el kirchnerismo- fue parte de una incipiente discusión que quedó trunca por el cambio de gobierno. Habiendo reasumido, aunque ahora al frente del Ministerio, nos expresó su voluntad de reabrir la paritaria para avanzar en todas estas cosas», enunció Sives.

«Y ello es muy importante no solo por la cuestión salarial sino porque nos dejará a resguardo legal de aquellos gobiernos que pretendan avanzar sobre condiciones de trabajo, como hizo el macrismo. Además, podemos trabajar en las más variadas situaciones: bajo agua, en altura, con campos magnéticos, expuestos a gases tóxicos, a radiación, y todas esas situaciones tienen que estar contempladas en un convenio que tenga como orientación la seguridad y el cuidado de sus trabajadores», completó.

Experiencia de lucha y organización

Capogrossi hizo especial énfasis en «la experiencia de involucramiento de los compañeros y compañeras durante los últimos cuatro años en defensa de su trabajo, de las condiciones, de un ideal de ciencia. Ello es algo realmente muy importante para afrontar lo que sigue. Es un piso distinto: venimos de la toma del Ministerio de Ciencia y Técnica, de salir a la calle, de mostrar lo que hacemos, de involucrarnos. Es un momento donde todo ese recorrido juega, en una nueva etapa», concluyó.

Fuente: www.atecordoba.org