A 31 años de la fundación de la CTA: “Para que nuestra dignidad se ponga en marcha”

La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) de la provincia de Córdoba conmemora hoy los 31 años de la constitución de la CTA aquel 14 de noviembre de 1992. En los tiempos que corren, traer a la memoria esta gesta y a aquellos dirigentes históricos constituye un nuevo aliento hacia la unidad de los trabajadores, única opción para que esta singular coyuntura política no sea sinónimo de ajuste y mayores penurias para nuestro pueblo.

Ya en los 90, la avanzada de este modelo de saqueo y entrega comenzaba a mostrar su rostro más cruel y a lo largo de los años la desocupación y el hambre se constituirían en la moneda de cambio de una política basada en la privatización de las principales empresas del Estado. Un profundo ajuste se aplicaba sobre la sociedad mientras pueblos enteros, que habían crecido junto a la estatal YPF y los ferrocarriles argentinos, desaparecían. Era un contexto particularmente difícil para los trabajadores y vastos sectores de la comunidad.

En este marco, con un fuerte impulso y decisión política desde ATE, junto con otras organizaciones, comenzaba a gestarse la creación de una nueva central sindical. Fue en este contexto que el 17 de diciembre de 1991, en Burzaco, frente al ajuste y las privatizaciones del presidente Carlos Saúl Menem, un grupo de dirigentes se propone construir un sindicalismo autónomo de los partidos políticos, los gobiernos y los empresarios en lo que se va a conocer como “El Grito de Burzaco”.

En abril de 1992, en Rosario, se denuncia la política de la CGT y se impulsa una organización sindical que no excluya a ningún trabajador. El 1º de Mayo de 1992, en Corrientes, se denuncia la concentración económica mundial, la corrupción nacional y el feudalismo provincial.

El Congreso Fundacional de la CTA se hace en el Parque Sarmiento con la presencia de más de 2.500 delegados, se vota el Estatuto que habilita la afiliación y el voto directo y se elige una conducción provisoria.

Paso a paso

Al “Grito de Burzaco” de aquel 17 de diciembre del ’91 le continuó el Encuentro de Rosario bajo el lema “Para que nuestra dignidad se ponga en marcha”, del que participaron 1.571 dirigentes de veinte provincias en representación de 10 organizaciones nacionales, 122 sindicatos de base y 38 comisiones internas. Allí se elaboró un documento político sobre la situación del país, se conformó una Mesa Nacional Provisoria con representantes de los sindicatos, las organizaciones de jubilados y desocupados y se convocó al Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA) que finalmente tuvo lugar en las instalaciones de Parque Sarmiento el 14 de noviembre de 1992 con la participación de más de 2500 delegados de todo el país. Lo que comenzó como una agrupación de dirigentes sindicales pasaría luego a transformarse en una nueva central obrera en el país.

Ese objetivo se concretó finalmente el 14 de noviembre de 1992 cuando se funda el CTA como Congreso de los Trabajadores Argentinos ante la presencia de más de 2.500 delegados, y se firma una declaración de principios, en la cual se establecen las características organizativas que asumiría el nuevo nucleamiento sindical. De allí en más, los pasos dados se orientaron al logro de que ese nuevo espacio, cuya raíz se hallaba en los sindicatos, fuera reconocido oficialmente.

La mesa provisoria que quedó conformada en ese encuentro fue integrada por: Cayo Ayala, Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON); Víctor De Gennaro, Asociación Trabajadores del Estado (ATE); Mary Sánchez, Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA); Eduardo Otero, Federación de Vialidad Nacional; Élido Veschi, Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos (APEDEFA); Eduardo Fernández Novoa, Federación Judicial Argentina (FJA); Pedro Wasiejko, Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA); Roberto Miller, Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA); Alberto José Piccinini, UOM-Villa Constitución; Edgardo Quiroga, CGT-San Lorenzo; Amancio Pafundi y José Zárate, Plenario de Organizaciones de Jubilados.

“A pesar de los muchos conversos, de los muchos que se han cambiado la ropa, los muchos que se han lavado la cabeza, nosotros seguimos creyendo que hay un país para cambiar, una sociedad nueva para construir, una camino nuevo para alumbrar”, diría en aquel momento Germán Abdala, quien se hacía presente a pesar de estar en medio de un fuerte tratamiento en Estados Unidos donde intentaba frenar el avance de su larga y penosa enfermedad.

Dice el acta confeccionada aquel día: “Pasado su tratamiento y luego de una larga lista de oradores es aprobado por unanimidad la fundación del Congreso de Trabajadores Argentinos”. La primera tarea que se dio el recién fundado Congreso de los Trabajadores Argentinos fue para el verano de 1992-1993: Impulsar la juntada de un millón de firmas contra la jubilación privada.

Debe destacarse una de las definiciones más importantes que se tomaran en la CTA: La afiliación directa de los trabajadores, especificados estos como los que trabajan o trabajaron o buscan trabajo, también incorporando la votación directa en las elecciones de sus dirigentes. En el 7° Congreso Nacional de Delegados al modificarse el Estatuto se cambió el nombre por Central de Trabajadores de la Argentina.

Primer Congreso de Delegados

Con los años el movimiento fue creciendo sin pausa y el 4 y 5 de noviembre de 1996 se realizaría el primer Congreso Nacional de Delegados de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en el teatro Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires.

Este Primer Congreso Nacional sucedía luego de que al menos 11.000 personas a lo largo y a lo ancho del país hubieran debatido cómo afrontar los desafíos que la difícil situación argentina les planteaba a los trabajadores. Así, como un faro en medio de la oscuridad, los trabajadores de todo el país se reunían no solo en busca de resistir al modelo reinante, sino de debatir profundamente un programa que permitiera una salida.

“Hemos realizado un proceso inédito de discusión, movilización y organización. Proceso que refleja la decisión de ratificar la voluntad política de consolidar esta nueva Central de los Trabajadores Argentinos. Hecho que demuestra además un acto de militancia y compromiso con la voluntad de afirmar un país donde la idea de Nación, integrada al mundo pero soberana en sus decisiones, siga teniendo sentido. Un país donde la solidaridad rija las relaciones entre los hombres, y donde la democracia se nutra de la creciente participación popular y sea puesta en función de la voluntad y necesidad de aquellos que trabajan en esta tierra”, señala el documento final, donde quedaron registrados los principales ejes del debate y las propuestas que se alumbraron y que lejos de cerrar el debate lo abría. Porque como se dejaba asentado, “para los trabajadores el debate político no es una abstracción, es el proceso natural y consecuente. De nuestra práctica y nuestra lucha. Único marco en el cual las mejores ideas pueden transformarse en poder político y abrir la esperanza para la construcción de un mañana mejor”.

Víctor De Gennaro recuerda: “Luego de realizar plenarios en todo el país, fundamos el Congreso de los Trabajadores Argentinos el 14 de Noviembre en 1992, en Parque Sarmiento (Buenos Aires). El 6 de julio de 1994 llegábamos en la histórica Marcha Federal, que reunió en la Plaza de Mayo a miles y miles de argentinos provenientes de todos los rincones del país. Allí llamamos al Paro Nacional del 2 de agosto, que fue contundente a lo largo y ancho de la Patria. En 1996 dimos nacimiento formal a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), consolidando la lucha de todos esos años, un verdadero hito histórico del movimiento obrero”.

El “Tano” confiesa: “Tuve el orgullo de ser electo Secretario General acompañado por la compañera Marta Maffei como Secretaria Adjunta, y luego del reconocimiento de la Inscripción Gremial por parte del Ministerio de Trabajo ratificado por el voto directo de los afiliados en el año 1998. Cargos para el que fuimos reelectos conjuntamente hasta el 2006”.

Fragmentos del Documento 

“Para volver a creer que es posible una sociedad más justa. Para que nuestra dignidad se ponga en marcha”, era el título de la síntesis del encuentro celebrado en Rosario, el 4 de abril de 1992.

“Es este el primer compromiso que aquí asumimos los trabajadores: protagonizar solidariamente los conflictos sociales que son consecuencia directa de las políticas de ajuste salvaje de este gobierno, cuyo análisis realizáramos en los primeros dos documentos surgidos del Encuentro Sindical efectuado en Burzaco, provincia de Buenos Aires, el pasado 17 de diciembre de 1991”.

“Este nuevo espacio de unidad de los trabajadores se plantea como independiente de los partidos políticos, del Estado y de los patrones: es por lo tanto autónomo. Así lo ofrecemos hoy desde su misma fundación, al conjunto de los sectores comunitarios como espacio de referencia sindical para una estrategia de poder nacional, capaz de transformar en demandas políticas los conflictos sociales concretos que cotidianamente sacuden a nuestro pueblo”.

“En este sentido, nuestra preocupación central es lograr que este nuevo espacio sindical se constituya en herramienta eficaz y abierta al resto de la comunidad, para transformar en políticamente productiva la resistencia fragmentada pero cotidiana y sistemática de tantos compatriotas castigados por las políticas gubernamentales. Es necesario terminar ya con la soledad que envuelve a todos los que sufren las consecuencias del modelo de país que se intenta implantar rompiendo el silencio organizativo en el que hace largo tiempo ya estamos sumergidos”.