Advierten sobre “subas injustificadas” y “distorsiones” en los precios

Por Facundo Piai

Ilustración: Daniel “Pito” Campos

Tras las subas registradas en febrero, la inflación anual de 29 puntos porcentuales proyectada en el Presupuesto 2021 parecería difícil de cumplirse. En los primeros meses del año las subas acumulan 7,6%, mientras que para marzo consultoras privadas estiman incrementos en torno a tres puntos. De consumarse estas consideraciones, para que se cumplan las metas oficiales, la inflación no debería de superar el 2% mensual en los nueve meses restantes.

Pese a todo, desde el Gobierno confían en lograr los objetivos planificados, así lo afirmó el ministro de Economía en una entrevista a La Nación+. Martín Guzmán remarcó que los sindicatos están acordando paritarias conforme las expectativas. Mientras tanto, el gabinete económico está trabajando para que los empresarios también “alineen sus conductas y expectativas” con lo que establece el Presupuesto.

Desde Hipólito Yrigoyen 250 creen que las subas de los meses próximos serán más moderadas, puesto que prevén menor depreciación del peso contra el dólar que en los meses anteriores. Sin embargo, los recientes incrementos de un bien estratégico como los combustibles generan mayor presión inflacionaria por su incidencia en todas las cadenas de valor.

Eso no es todo. La petrolera YPF prevé aumentar sus productos un 15% promedio en tres meses. Así las cosas, todo indicaría que el transporte, que fue el segundo sector que más aumentó en febrero según Indec, seguirá en alza. En el mismo sentido, es de esperar que estos anuncios condicionen la actualización del precio de los alimentos que si bien en febrero estuvieron por arriba de los aumentos generales, subieron menos que en enero (3,8% mensual contra el 4,8% promedio).

Distorsión: ocurre que cuando los precios de referencia son corroídos por la inflación, quienes tienen “más espalda” pueden absorber las eventuales subas o actualizan precios, según la demanda que tengan en la coyuntura, asegura Víctor Palpacelli.

Suba de alimentos, más alta que la media pero más baja que en enero

Dentro del alza que sufrieron los comestibles se destaca la incidencia que tuvo el incremento registrado en: frutas, verduras, tubérculos, legumbres, aceites y mantecas. Por su parte, las carnes desaceleraron su aumento hasta 2,8% mensual, contra casi 8 puntos de alza en enero. No obstante, su valor es privativo para muchos bolsillos que esperan una recuperación del poder de compra del ingreso para incrementar el consumo.

Como vemos, los precios de los alimentos no siguen todos la misma lógica. Por caso, al interior del rubro de las frutas, vemos que aquellas que no son de estación (como la naranja o frutilla) tienen subas más pronunciadas. Esto ocurre porque hay poca oferta; además, al ser conservadas en cámaras antes de venderse, se engrosa la estructura de costo de la comercialización. En efecto, todo esto se ve reflejado en el precio de venta.

Sobre la cadena de valor de las frutas y verduras, un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) observó un dato positivo para los productores. El informe de la Came concluye que en febrero se achicó la brecha entre el precio de góndola y lo que recibió el productor hortícola. En otras palabras, los consumidores pagaron 4,4 veces más de lo que cobró el horticultor por su producción, cuando en diciembre y enero ese diferencial fue mayor. La variación de febrero, expone el informe, se dio porque los productores obtuvieron mejor precio (+26,3%), a la par que el precio al público subió 3,4% en hipermercados.

Sobre la cadena de valor de las frutas y verduras, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) observó un dato positivo para los productores: en febrero se achicó la brecha entre el precio de góndola y lo que recibió el productor hortícola.

Las góndolas, entre “distorsiones” y “subas injustificadas”

En efecto, todo esto nos lleva a preguntarnos si la desaceleración del valor de los alimentos continuará esa tendencia o si, por el contrario, retomarán la senda del alza constante. Para el presidente de la Federación de Supermercados (Fasa), Víctor Palpacelli, las subas del combustible ponen un gran interrogante en el comportamiento de los precios. Consultado por este medio, Palpacelli aclaró que el traslado “desde los centros de distribución hacia nuestras sucursales” representa un 10% de la estructura general de costos. Además, aclaró que el precio del combustible repercute más en “el flete” y el costo “logístico” de la industria alimenticia  hacia “nuestros centros de distribución”.

El referente supermercadista considera que en la medida en que el gobierno no resuelva los problemas de la macroeconomía seguirá habiendo inflación. En lo que respecta a los acuerdos entre el capital y el trabajo que propone el gobierno, el titular de Almacor dice tener “expectativa”. Esta relación del Estado con la industria y el comercio busca que se llegue a un “equilibrio” entre lo que debe aumentar, “cuando suben los costos productivos”, y en lo que “hay que resguardar al consumidor para que no haya abusos”.

En la mirada del presidente de Fasa no cree que haya “subas injustificadas”, pero sí distorsiones de precios. Ocurre que cuando los precios de referencia son corroídos por la inflación, quienes tienen “más espalda” pueden absorber las eventuales subas o actualizan precios, según la demanda que tengan en la coyuntura. Mientras que quienes tienen menos stock no pueden elegir.  Por tanto, cuando el precio de reposición se pierde por el proceso inflacionario, sobreestiman y remarcan para no descapitalizarse.

Consultado por La Nueva Mañana, el productor de alimentos y dueño de la cadena mayorista Maxiconsumo, Víctor Fera, aseveró que al interior de la cadena “hay aumentos injustificados de precios”. Los mismos se generan cuando las políticas de congelamiento son poco claras, entonces cuando actualizan precios, lo hacen en base a sobreestimaciones. “Una vez que saltan la valla, la saltan bien alto para no errarle”. Quien también es dueño de las marcas Marolio y Molto advierte que en lo que es alimentos, productos de tocador e higiene, sectores con alta concentración, “quienes son dueños de las góndolas muchas veces aumentan sin necesidad”.

Frente a los abusos de precios, el Estado no tiene mecanismos para controlarlo, sostuvo Fera, quien agregó que las políticas “deben ser creíbles”. Si los congelamientos de precios se anuncian por un tiempo determinado, debe cumplirse esa duración y no estirarse indefinidamente. De lo contrario, se pierde “tranquilidad” a la hora de trabajar y, asimismo, quien puede aumentar lo hace sobreestimando para recomponer el precio otrora congelado. Antes de la mesa sectorial de precios y salarios que propone el gobierno, el empresario de la alimentación tiene más expectativas puestas en los precios de referencia de Precios Cuidados. “Siempre y cuando el gobierno controle”, concluyó Fera.

Subas injustificadas de los precios: en lo que es alimentos, productos de tocador e higiene, que son sectores con alta concentración, “quienes son dueños de las góndolas muchas veces aumentan sin necesidad”, manifestó Víctor Fera. (Foto: NA)

Ley de Góndolas, ya reglamentada pero aún sin aplicación

En diciembre pasado, el Gobierno reglamentó la Ley de Góndolas que permitirá una mayor oferta de productos en las grandes cadenas de supermercados, tanto física como virtualmente, y posibilitará que las pequeñas y medianas empresas, cooperativas y emprendimientos de la agricultura familiar tengan un trato equitativo en el espacio que ocupen en las góndolas.

La ley, sancionada por el Congreso el 28 de febrero de 2020, establece un máximo del 30% del espacio de venta físico o virtual para una categoría de producto por proveedor. También exige que haya al menos cinco proveedores de distintos grupos empresarios; y que las micro y pequeñas empresas cuenten al menos un 25% del espacio de venta por cada categoría de productos.

Además, la ley estipula que las cooperativas, mutuales, empresas de la agricultura familiar y economía popular tengan al menos un 5% de espacio. La Secretaría de Comercio Interior podrá fijar un porcentaje máximo de espacio de venta para los productos importados por cada categoría, de acuerdo con la norma.

A qué comercios alcanza

La superficie mínima de venta al público que deben tener los comercios alcanzados por la ley será de 800 metros cuadrados, medidos desde la línea de cajas, y descontando los depósitos y espacios exclusivos para su personal.

Con estos criterios, se apunta a que los establecimientos comerciales alcanzados por la legislación sean aquellos de formatos de comercialización medianos e hipermercados.

Asimismo, la normativa estableció que serán alcanzados por la ley todos los productos alimenticios -excepto carnes, pescados y mariscos-, bebidas, artículos de higiene y cuidado personal, y de limpieza del hogar.

“Incorporar a pequeños proveedores con alcance local”

Por su parte, la Secretaria de Comercio Interior, Paula Español, manifestó en su momento que “el principal objetivo del 2021 es trabajar para ampliar el alcance de los acuerdos de referencias de precios a nivel local, sea provincial o municipal. De esta manera vamos a poder representar, en cada canasta, el consumo regional e incorporar pequeños proveedores que no tienen alcance nacional pero sí local”.

“La clave para la mejor implementación de esta normativa tiene que ver con fortalecer y consolidar a los pequeños actores de las economías regionales y las empresas de la economía popular. Es decir, sumar a todos aquellos que van a tener espacio en los supermercados porque, por ejemplo, van a tener mejores formas de pago, pero que muchas veces tienen determinadas limitaciones técnicas, sanitarias, de financiamiento, de ampliación de sus capacidades productivas”, agregó en aquel momento la funcionaria. Al día de hoy, Comercio trabaja en los últimos detalles para ver cómo aplicarla y cómo controlar su implementación.

Fuente: www.lmdiario.com.ar