La CTA-A Punilla denuncia intervención sobre el territorio ancestral de la Comunidad El Ankon en Cosquín

“La Secretaría de Derechos Humanos de la CTA Autónoma del Valle de Punilla expresa su acompañamiento y solidaridad con la Comunidad El Ankon de Cosquín, que en los últimos días denunció la intervención en sus territorios ancestrales y la amenaza constante que implican las megaobras y el avance inmobiliario sobre sitios sagrados y culturales.

“En un comunicado difundido por referentes del pueblo originario, se advierte que, mientras la llamada ‘civilización’ avanzaba sobre estas tierras, ‘hubo una resistencia silenciosa y familias originarias de estas tierras permanecieron, entre tantas casas modernas, llenas de alambres a su alrededor, con especies exóticas y familias que llegaron de otros lados’.

“Las familias de El Ankon sostienen que nunca se consideraron dueñas del territorio, sino parte de él, en equilibrio con toda la biodiversidad. ‘Somos los guardianes del mensaje de las piedras, del monte, de las ceremonias antiguas, con la cosmovisión de estos lados, de las lecturas de cielos, de las antiguas nacientes de agua del alto, Ankoo, del lugar de descanso de abuelas y abuelos de nuestro linaje’, afirma el texto.

“Desde la comunidad denunciaron además que la construcción de la Autovía de Punilla afecta gravemente el territorio: ‘Seguimos siendo atravesados por mega obras… que cortan el libre andar de los animales sagrados, que pagan con sus vidas lo que llaman progreso y además cortan las energías de sitios de ceremonias de gran importancia’.

“La intervención, señalan, no se limita a lo material. Históricamente fueron expulsados, forzados a cambiar nombres, apellidos, religión y formas de vida. Sin embargo, remarcan que la memoria de los pueblos originarios sigue viva: ‘Exigimos que no hablen por nosotros, que estamos presentes y somos la memoria antigua, tenemos la palabra y debemos ser consultados para las decisiones que afecten los territorios que tradicionalmente ocupamos y que afecten la biodiversidad y los bienes culturales’.

“Entre los reclamos concretos, la comunidad demanda que se impida el acceso descontrolado a los sitios sagrados desde las bajadas de la Autovía, para evitar su degradación y uso indebido como basurales. Asimismo, exigen que se retiren todos los alambrados ilegales que cierran el paso hacia la Reserva Natural y Cultural Río Yuspe y obstruyen el acceso a lugares de ceremonia.

“Los voceros de los pueblos originarios sostienen: ‘Pronto, llegado el momento, contaremos el significado de todos los sitios sagrados, haciendo desde la Comunidad originaria un enorme aporte que sirva para sumar a la parte cultural de la Reserva Río Yuspe, para que los sitios sean preservados, respetados y se cuente una historia también oculta y sagrada, de una forma de vida en equilibrio con la madre naturaleza, en donde para nosotros todo tiene vida’, sostienen los referentes Héctor Nicolás Sosa (jefe de familia y referente del Ankon), y Mabel Peralta ‘Liwa¡, mujer medicina de conocimiento de la Comunidad Sikiman.

“Reafirmamos la exigencia al Estado en todos sus niveles —comunas, municipios, Provincia y Nación— para que cumpla con las leyes que amparan a las comunidades originarias, respete los derechos humanos y garantice la preservación del patrimonio cultural y natural que pertenece a toda la humanidad”, finaliza la declaración de la Secretaría de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Valle de Punilla.