La lucha entre capital y trabajo desde una mirada feminista

Derecho Laboral Feminista” no es un libro para abogadas. En sus páginas, catorce autoras de distintas disciplinas navegan las particularidades del acceso al trabajo para mujeres y disidencias, la historia de una desigualdad sostenida, y su correlato en las leyes y las vidas.

“Obligadas a trabajar, las de la sección lavado, en pisos húmedos, en invierno tiritando de frío y en verano haciéndoseles insoportable la atmósfera debido al vapor de agua que se desprende de los cilindros, son constantemente azuzadas por los inspectores, recibiendo frecuentemente empellones, y soportan una jornada de labor de ¡9 a 11 horas!”.

Era 1912 y las operarias del lavadero mecánico La Higiénica no tenían horas de almuerzo y se desmayaban por las altas temperaturas. Carolina Muzzilli, obrera intelectual, de izquierda y feminista, recopilaba sus desventuras que hoy son rescatadas por la historiadora Andrea Andújar en el primer capítulo de Derecho Laboral Feminista, un libro distinto y necesario, muy lejos de la literatura jurídica que su título podría sugerir.

De feminismo y estructuras

“Lo que queremos decir con el libro es que la lucha feminista no es accesoria, sino que es inherente a la lucha entre el trabajo y el capital”, sostiene María Martha Terragno, una de las catorce autoras y de las tres coordinadoras de este compendio multidisciplinario, que fue presentado el pasado jueves en el espacio cultural Hasta Trilce, y que analiza el mundo del trabajo, las leyes que lo regulan y la situación de mujeres y disidencias en él desde una perspectiva de género, tan movilizadora como incómoda.

“Podríamos haber hecho un libro teórico en donde una o las tres exponíamos nuestras ideas. Pero el libro responde a una necesidad, a un vacío: el de pensar desde otro lugar el derecho del trabajo. Y desde ese lugar nos pareció importante que sea un proyecto colectivo y que tengan voz muchas compañeras, mujeres y disidencias que no la tienen y que son imprescindibles para construir otro derecho del trabajo que contemple no sólo a un sector de los trabajadores, como son los varones cis, sino al conjunto de las personas”, detalla María Paula Lozano, coautora y coordinadora, en diálogo con Canal Abierto.

Así, historiadoras, sociólogas, abogadas laboralistas, economistas, docentes, juezas, mujeres trans y trabajadoras sociales de distintas provincias emprendieron durante los dos años de pandemia la tarea titánica de pensar al derecho laboral desde todos los ángulos, para contribuir a transformar uno de los bastiones más consolidados del pensamiento conservador.

“Tenemos un derecho laboral gestado a la luz de una visión conforme a estereotipos binarios que entendía que el varón era el proveedor del hogar y la mujer tenía un rol destinado a lo reproductivo, del siglo XX. Eso hoy se está visibilizando gracias al movimiento feminista –agrega Lozano–. Estamos en una etapa de poder verlo pero todavía no se transformó lo estructural, es una etapa de transición. Porque el sistema estructural capitalista se beneficia y se apropia de este trabajo gratuito que hacen las mujeres y disidencias para sostener la vida. La Ley de Contrato de Trabajo sigue regulando los derechos laborales de acuerdo a esta división de estereotipos. En los 70 fue una ley de avanzada, pero en materia de género y en 2022, atrasa”.

Por su parte, Luciana Censi, quien completa el terceto que coordinó el libro, asegura: “La asignación de roles entre varones y mujeres (trabajo productivo y reproductivo) tiene que ver con la agenda del movimiento obrero en la Argentina. Lo importante para el sistema es la creación de valor capitalista, el trabajo productivo; el reproductivo no es importante. Esto incide en el valor de la fuerza de trabajo de quienes realizan trabajo reproductivo, de cuidado: docentes, trabajadores de la salud, personas que hacen trabajos de limpieza. Son las capas más relegadas y peor pagas del mercado laboral”.

Luego puntualiza: “Así como al interior de la clase trabajadora hay una división sexual clara, entre trabajo productivo y reproductivo, también la hay al interior de las organizaciones sindicales cuyas demandas, que son llevadas a las patronales o al Estado, no incluyen en una gran mayoría las demandas de las mujeres trabajadoras. Esto después incide en lo que sale, en la legislación que tenemos, en los convenios colectivos, en quiénes dirigen los sindicatos y en por qué hay tan pocas mujeres dirigiendo las organizaciones sindicales. Creemos que el movimiento feminista está atravesando de forma transversal a todas estas estructuras, se lo lleva puesto todo”.

Presentación de «Derecho Laboral Feminista» en Hasta Trilce con sus autoras.

En las calles

De la mano de una consigna que se ha vuelto prioritaria en el movimiento feminista, “reforma judicial feminista ya”, las autoras hurgan en las hendijas del derecho por donde es posible introducir cuñas.

“Nosotras también somos militantes, asesoramos a sindicatos, y creemos en la construcción del derecho laboral a través de la correlación de fuerzas –afirma Terragno–. El derecho del trabajo se ha conformado a través de las luchas obreras, y creemos que también el derecho del trabajo feminista va a construirse así, porque no hay otra forma de que salga. En Derecho Laboral Feminista queríamos reflejar esto”.

Con esa impronta, cada capítulo fue ilustrado por fotografías que van desde el 8M hasta las marchas por Justicia para Lucía Pérez, tomadas por la periodista y fotoperiodista Sofía Alberti, quien desde hace trece años retrata las luchas obreras en Rosario. “Me parece que no se puede pensar al derecho despegado de la capacidad de movilización y de transformación real que ha logrado el movimiento feminista, con unidad no exenta de contradicciones y poniéndose metas claras, pasando por arriba todo lo que las estructuras clásicas dijeron que no se podía hacer. Poder reflejarlo en imágenes, con rostros, con espaldas, con remeras, en escenarios colectivos, tiene que ver con esa visión multidisciplinaria del libro: ligar hechos históricos callejeros que marcaron agenda con los avances en concepto de organización, de acumulación política. Es necesario que quede claro que son esos escenarios de participación colectiva los que terminan generando los cambios normativos, culturales, simbólicos”, analiza.

“Queremos que pueda servir no solamente como una herramienta teórica, sino como una herramienta para la praxis, para la transformación en los sindicatos, para los jueces y juezas –finaliza Lozano–. Tiene que haber un cambio de paradigma. Un derecho laboral feminista tiene que ver con la construcción de un orden normativo justo y que se base en la igualdad y la no discriminación. Es una transformación de la mirada”.

Foto de portada: Sofía Alberti

¿Dónde se consigue?
Derecho Laboral Feminista, editado por Mil Campanas, ya está disponible en todas las librerías comerciales, en formatos virtuales, y a pedido a través de las redes de la editorial.  
Fuente: www.canalabierto.com.ar