La nueva normalidad

En este contexto donde la desigualdad ha aumentado y donde nos hemos visto frente a las ollas en llamas poniendo el lomo cada vez que le hacía ruido la panza a nuestrxs pibxs, a lo lejos y escondidos de la realidad que nos enfurece y duele nos dicen que todo va a volver a la normalidad.

¿Qué es esa normalidad de la que tanto hablan?

¿Qué es la nueva normalidad?

Porque la realidad que nos atraviesa y es la que combatimos todos los días, es la de los barrios que todavía no tienen luz ni agua potable, donde lxs pibxs tienen hambre, donde son perseguidxs por la cana todos los días, donde mueren asesinadxs compañerxs en sus casas a causa de la violencia sexual y de género.

Si esa es la normalidad, que tanto quieren que vuelva, atravesada por una norma que disparan los gobiernos y los patrones estaremos cara a cara enfrentándola.

Valeria Palacio o la “Vale” es Secretaria de Acción Social de la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba y referente de la Federación Nación Territorial (FeNaT-CTA). Además de tener más luchas que calles encima nos enseña que día a día no es tan difícil ponerse en el lugar delx otrx, más cuando la realidad de lxs que te rodean se asimila mucho a la que tuvimos que enfrentar para construirnos como sujetxs, politicxs, historicxs del  hoy.

-¿Cómo llegaste a la CTA?

-Yo nací en Buenos Aires y me crié allá. A Río Cuarto me vine a los diez años más o menos con mis viejos. Después acá hice mi vida tuve hijos y eso. A la CTA llego porque la vida te va llevando a eso, yo necesité ayuda y ahí estuvieron, yo llego gracias a una gran amiga y compañera que es Nadina. Ella me los presentó y empecé a trabajar en los comedores. Después el camino militando me llevó a que hoy esté a cargo y sea coordinadora de los comedores y merenderos. Empezamos a visitar a otras compañeras abriendo comedores y merenderos por la necesidad grande que había en los barrios, organizándonos con las compañeras y viendo que había muchísima gente con la misma necesidad que yo atravesé desde muy chica, creo también que se me hace fácil trabajar y militar en los barrios por la vida que una atravesó.

-¿Sigue en aumento esa desigualdad?

-Sí se nota muchísimo, en los comedores cada vez hay más gente, más en estos tiempos, sí recibimos ayudas y donaciones pero se hace muy difícil porque la demanda es muchísima. Creo que hay una desigualdad que aumenta cada vez más y la forma para que esto se termine de una vez es que nivelemos, que nos pongamos también en el lugar del otro, que todos seamos iguales  y que todos tengamos un trabajo digno para poder llevar el alimento a nuestras casas.

-¿Hay derechos fundamentales que no se están cumpliendo?

-Sí, esta época muchísimo más, sobre todo en los adolescentes, no pueden ni cruzar hacia el otro lado del puente porque son perseguidos por la Policía todos los días, si salen a vender bolsitas de residuos los hacen volver, no pueden circular tranquilos en la ciudad. Y el hambre es fundamental que se termine. No puede haber pibes con hambre en un país que produce tanto alimento. Por eso es importante ponerse en el lugar del otro, porque una se las rebusca de donde puede para hacerle llegar un plato de comida al que le hace falta, una lo hace convencida porque entiende y sabe lo que es estar sin comer o tener que salir a buscar por todos lados, por eso es importante que se hagan cargo de la desigualdad que hay en todas partes, porque nosotros estamos haciendo el trabajo que les corresponde a ellos.

En esa nueva normalidad los que se encargan de mirar para otro lado cuando hay pibxs con hambre se autoproclaman: “Vamos a ser mejores”. Lo que no sabemos es si eso realmente va a ser así. Lo que sí sabemos y convencidxs lo llevamos a práctica todos los días es que nosotrxs vamos a ser mejores, porque ya entendimos y vimos que siguen ahí los pensamientos y acciones fascistas que se encargan de intensificar más la desigualdad.

Porque nosotros vamos a recuperar todo los que nos han quitado, con elx otrx al lado siempre.

Porque, como dice Susy Shock, artista trans sudaka: “Hay que abrir el corazón, no hace falta mucha ciencia”.

Entrevista: Santiago Rodríguez