La solidaridad hecha locro

Organizado por la Secretaría Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María que encabeza Jesús Chirino y la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTA), pasado el mediodía del miércoles 15 de julio se compartió un Locro Solidario y Popular en el Barrio San Martín de esa ciudad.

El día frío, con cielo gris y la baja temperatura no amenguaron el entusiasmo de María Y Samantha, la dos mujeres que encararon lo principal de la tarea de la preparación de la comida junto a vecinos del lugar. Al igual que la semana anterior todo el esfuerzo estuvo dirigido a realizar una comida “digna”, “sabrosa” tal cual “nos merecemos todos”.

Y así salió la cosa, en esos espacios alquímicos que son los lugares donde se cocinan las ollas populares, todo se fue transformando y el aroma de las sesenta porciones listas inundó la cocina expandiéndose por la vereda y la calle.

Primero comenzaron a llegar los pibes y las pibas, en bicicleta y caminando, con bolsa y ollas de variados colores. Sabemos que la situación no es la mejor, que la comida falta en las mesas, pero el trabajo solidario y el compartir proporciona alegría.

Los barbijos no ocultan la satisfacción de compartir que brilla en las miradas. Fueron pocos minutos, la entrega se hizo rápido. Pero en ese corto tiempo se comparten historias, se pasan noticias, comentarios y se anuncian los fideos caseros de la semana próxima.

Compartir la esperanza

Uno de los que con su olla se suma a las actividades es Darío Marcelo Mangano, un hombre de 53 años, quien acarrea un problema hepático crónico. Si bien tiene iniciado el trámite para recibir un beneficio a raíz de su invalidez, aún no logra resultados y también ha tenido problemas con el Ingreso Familiar de Emergencia IFE). Continúa ingresando a la página de ANSES completando requisitos pero aún no cobra. Darío señala que para él “las ollas que viene haciendo la CTA-A, es algo muy bueno, El arroz de los otros días estaba exquisito, ahora huele lindo el locro. Espero que sigan así, comprendiendo que estamos aquellos que necesitamos. Hay gente que necesita más aún”.

Sus palabras sencillas marcan la realidad que encontramos en las barriadas populares. Más allá de los esfuerzos, de los intentos más o menos exitosos de llegar a estos sectores por parte de los gobiernos, la necesidad alimentaria se siente. Con su cara tapada por una bufanda, abrigado con gorro de gruesa lana, el hombre nos mira diciéndonos “necesitamos que les vaya bien y que se pueda continuar compartiendo así mientras siga esta situación”.

María y Samantha no le escuchan, están ocupadas sirviendo otras ollas que irán a calentar otras mesas en el barrio barrio. Todos conocemos la situación, caminamos las mismas calles, somos del mismo barrio, pero nadie pierde la esperanza de que trabajaremos hasta que la cosa mejore para nuestros sectores. Hoy debemos mantener el distanciamiento físico entre unos y otros, pero igual nos organizamos para una olla, un reclamo, etc.

La solidaridad de nuestra gente es inmune al virus que nos tiene en cuarentena. Siempre encontraremos los caminos para construir vínculos solidarios.