¿Qué es y cómo surgió el Fondo Educativo que Milei quiere quitar?

La histórica referente de la CTERA y la CTA, Marta Maffei recordó el surgimiento del FONID, cuya eliminación fue anunciada por el Gobierno, fruto de un año de lucha del gremio docente con la Carpa Blanca instalada frente al Congreso en 1997.

En su embestida contra los gobernadores, el Gobierno anunció que dejará de remitir a las provincias los montos correspondientes al Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Se trata de un importe con el que el Gobierno Nacional financiaba los salarios de los trabajadores de la educación tras la provincialización de las escuelas que dependían del Ministerio de Educación de la Nación, en 1991.

Este mecanismo no se implementó inmediatamente, sino recién a partir de 1998, después de más de una año de lucha por parte de CETERA, en la llamada Carpa Blanca instalada frente al Congreso Nacional entre 1997 y 1998.

Luego de más de un año, el Poder Legislativo sancionó una ley por la cual se establecía una alícuota a todo tipo de vehículo de lujo (autos de alta gama, embarcaciones, aviones y helicópteros) del cual el 1% iba destinado a componer el Fonid, que a su vez la Nación transfería a las provincias.

Por esos años, Marta Maffei era la Secretaria General de CETERA y Secretaria Adjunta de la CTA y fue la cara visible de esa gesta. En diálogo con Canal Abierto, recordó que “nosotros comenzamos esta pelea específica por los fondos nacionales cuando la Nación transfirió a fines del año 1991, que se hizo objetivo en el año 1992, las escuelas nacionales que tenía en territorios provinciales a las provincias, pero sin fondos”.

Y recapituló: “históricamente, y hablo de 80 años atrás, el gobierno nacional tenía escuelas nacionales de carácter técnico, las escuelas de formación docente, una cantidad de escuelas comerciales e incluso bachilleratos que eran de carácter nacional. Esto se daba debido a la pobreza que existía en muchas provincias y no permitía que éstas tuvieran ese tipo de institutos de formación y por tanto las fue creando el Estado Nacional, que a su vez las sostenía y financiaba”.

Lejos de ser establecimientos educativos accesorios, las escuelas que dependían de Nación contaban con mucho prestigio. En tal sentido, Maffei contó que “los salarios de esos trabajadores de la educación nacionales en las provincias eran una referencia a la que muchos aspirábamos, porque los salarios en las provincias eran bastante más bajos. Pero cuando el gobierno nacional, a principios del `92, transfiere esas escuelas a las provincias, las transfiere sin fondos. Así que el desfinanciamiento en las provincias se multiplicó”.

“Se supone que, como en cualquier país medianamente desarrollado, el proceso educativo armoniza con los modelos de desarrollo del país y que en sus escuelas técnicas o de comercio se enseña y se ayuda a que las los alumnos, que son los trabajadores del futuro, estén formados respecto de las necesidades y la demanda laboral. De lo contrario, formamos a los chicos para cualquier país, para cualquier demanda o para cualquier proyecto”, señaló Maffei.

“Esta situación les cayó en el año `97, o sea cinco años después, porque era una situación insostenible. Las provincias no podían de ninguna manera seguir financiando y mucho menos ser protagonistas del sistema educativo. Empezaron a caer las escuelas con desfinanciamiento, con infraestructuras de muy mala calidad o directamente sin este arreglo entre un año y el otro de la infraestructura. A partir de este deterioro grande un sistema educativo, ahí fue la instalación de la Carpa Blanca y la exigencia de que el Gobierno Nacional tuviera un aporte al financiamiento de la educación”, rememoró Maffei.

“Esto se logró en el año 1998, cuando se creó el Fondo Nacional de Incentivo Docente, con la ley 25.053. Se estableció una compensación de aproximadamente es el 15% de lo que se gasta en materia de educación en todo el país. No fue que cada docente cobraba un monto igual, era una compensación que permitía que las distintas provincias alcanzaran un piso básico en todo el país. Después si había provincias que podían pagar más lo harían, pero la idea es que el fondo de incentivo compensaba esa esas diferencias”, señaló la docente.

Maffei remarcó que el FONID “funcionó 25 años y cada año o cada dos, los gobiernos nacionales iban actualizando los montos que se giraban a las provincias. Nunca dejaron de cobrar el ese 1% y nunca supimos tampoco si la totalidad de los recaudado iba efectivamente a las provincias o iba solo una parte, pero lo cierto es que el fondo funcionó. En el año 2022, el gobierno de Alberto Fernández hizo una última actualización de ese fondo, pero irrisoriamente por debajo de la de la inflación”.

La histórica referente de CETERA advirtió que la embestida gubernamental no se limita a la quita de este fondo, sino que también abarca a “los fondos que mandaban a las provincias para conectividad. Como hoy ya es una necesidad imperiosa y en cada escuela tiene un costo diferente según las distancias o  los lugares donde están ubicadas, entonces salió un fondo específico para financiar esa conectividad. Y también está lo que Nación aportaba para material didáctico inicialmente y también para comedores escolares”.

“Yo estoy convencida de que esto busca fragmentar la sociedad, partir, dividirnos. Y si los docentes de Chaco tienen problema, allá ellos, que peleen con el gobierno de Chaco. Si el Gobierno de Mendoza tiene problemas que peleen ellos y si los docentes nacionales tienen problemas, que peleen ellos.   En esta caracterización, carecería de sentido la Cetera, por ejemplo. ¿Cómo vamos a tener una entidad nacional, si ahora cada provincia tiene lo suyo y son sustantivamente diferentes?”, alertó Maffei.

Y concluyó: “lo que yo creo que el Gobierno de Milei procura hacer es lo que intentó hacer Menem y nosotros no le dejamos hacer, que fue fragmentar el sistema educativo, perder solidaridades, perder unidad. Eso es perder la caracterización de un país con un sistema educativo para ir a una multiplicidad de situaciones distintas con distintas características, ninguna favorable para los trabajadores, y perder la herramienta que es la posibilidad de juntarnos y luchar juntos”.