Restaurante, en la estación ferroviaria de Villa María

Por Jesús Chirino*

Villa María tiene una gran tradición en el servicio gastronómico. En la actualidad hace honor a esa historia que incluye hitos como el comedor del Palace Hotel, La Churrasquita, El Torino, La Madrileña, Palevich y un largo etcétera.

Inauguración

Ya funcionaba el servicio ferroviario hasta la estación Villa María (en el primer tiempo denominada Villa Nueva), y habían concluido los trabajos para la construcción de la misma.

Por entonces el recorrido del tren, que venía de Rosario, terminaba en esta estación, pero la compañía continuaba las tareas para que el trazado ferroviario llegara hasta la ciudad de Córdoba. El avance era notorio y se anunciaba la inminente apertura del servicio hasta Chañares (actual James Craik).

Villa María aún era cabeza de línea y el almanaque del año 1869 era nuevo, cuando en la prensa escrita de la ciudad de Rosario se informó acerca de las mejoras realizadas en la estación.

El 15 de enero el diario La Capital, en su página 3, publicó un escrito en el cual puede leerse que “el lunes 11 del corriente, fuimos invitados a un almuerzo que el Sr. D. Luis Audebrand, daba en la Estación del Gran Central en Villa Nueva, para inaugurar el restaurante establecido bajo su dirección, lo mismo que lo está el de la Estación de Fraile Muerto” (actual Bell Ville).

Claro que existían otros lugares donde se ofrecía el servicio gastronómico, pero la inauguración que nos  ocupa era en el que entonces era el edificio más importante de la pequeña población, aún rodeada de montes.

Variedad y calidad

Continuando con el escrito de La Capital, allí se exaltan las virtudes del servicio. De manera literal dice: “No pudimos menos que admirar el exquisito gusto con que fue servida la mesa; baste decir, que la persona más delicada no tendrá nada que extrañar del mejor hotel del Río de la Plata.

El público todo debe felicitarse de tener en ambas estaciones la seguridad de contar con una excelente mesa servida con aseo y como no se puede encontrar ni en el mejor hotel del Rosario”. Otro punto a señalar es la variedad del menú.

Se destaca que se ofrecían “Diez y siete (sic) platos exquisitos, seis u ocho clases de vinos, fiambres excelentes, infinidad de conservas, verduras frescas de lo mejor, riquísimo té y café etc., etc.”. Por si eso fuera poco se agrega que también se servía una “variedad de postres magníficos”.

Los mejores vinos

Pero de poco serviría la variedad sin una buena preparación, por ello y con relación a eso, en el diario rosarino se escribió que el restaurante tenía  “un cocinero de primera clase”.

En cuanto a las bebidas se remarcó que tanto en Villa María como en Bell Ville se contaba con los “los mejores vinos que vienen al Río de la Plata”.

Dado el éxito de la inauguración del nuevo servicio se auguraba que “el Sr. Audebrand puede estar seguro que tendrá la cooperación de todos los viajeros, pues su carácter amable y su inteligencia en la materia lo colocan a mucha altura sobre las otras fondas de Villa María, el público sabrá corresponder dignamente a sus esfuerzos”.

Y se agregaba que “como la Estación de Villa María no hay ninguna en todo el Río de la Plata, por su solidez, elegancia, aseo  y comodidades”.

Reforma y amplio horario de atención

El 10 de septiembre del mismo año, también en La Capital, se publicó una carta a solicitud del propietario de los restaurantes de Bell Ville y Villa María para refutar afirmaciones que un cronista anónimo había realizado en contra del servicio que se prestaba en el restaurante de Bell Ville.

El cronista habría escrito que, a las siete de la mañana, había partido el tren desde Villa María y llegando a Fraile Muerto a las nueve. Allí decía, “el almuerzo es de la clase más ordinaria” y “se paga un peso boliviano, sin contar que dos huevos cuestan cuatro reales”. Audebrand admitió que un peso boliviano era un precio excesivo para el almuerzo, pero negó lo referido a los huevos.

El empresario comentó que los “almuerzos, en los restaurantes tanto de Villa María como de Fraile Muerto, consisten invariablemente de lo siguiente: cinco platos. Café y té con leche”.

Poco tiempo después el mismo diario publicó las reformas que se habían hecho en el servicio.

Entre otras cuestiones, se señalaba que “desde el 19 del presente mes -septiembre-, el restaurante de la estación de Villa María es transformado en buffet a donde, desde las 5 y ½ de la mañana hasta las 10 de la noche, los pasajeros encontrarán: té, café, lunch, fiambres, conservas, licores, vinos y cigarros de todas clases, como también un buen surtido de confites para regalos, de matrimonio y banquetes”, firmaba “el dueño del restaurante. Luis Audebrand y ca (cis)”.

La historia de este lugar de comidas es parte de la larga tradición de Villa María y su servicio gastronómico, el cual continúa sumando excelentes lugares donde degustar distintos platos.

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María

Fuente: www.eldiariocba.com.ar