Revuelta en Complejo Esperanza: Un síntoma del vaciamiento

La delegada de ATE Irina Silberman explicó la situación “deriva de lo que vivimos en términos sociales, la escalada de violencia, la crisis social y económica. A esto se suma el vaciamiento del organismo, la falta de políticas públicas de inclusión para estos jóvenes, antes que ingresan al complejo y después, cuando egresan”.

El martes por la noche una nueva situación de violencia se vivió en el Complejo Esperanza. Se trató del Instituto Horizontes, aunque ya durante el fin de semana largo hubo tres episodios en el Instituto Nuevo Sol, el más populoso, con tres trabajadores heridos, uno de gravedad.

Una revuelta en el patio -donde intervino el Grupo Especial (GES), grupo de empleados de seguridad de choque interno del Complejo-, resultando cinco trabajadores y un joven con heridas leves.

La delegada de ATE-SENAF y socio educadora en el Complejo Esperanza, Irina Silberman, explicó que la situación “deriva de lo que vivimos en términos sociales, la escalada de violencia, la crisis social y económica. A esto se suma el vaciamiento del organismo, la falta de políticas públicas de inclusión para estos jóvenes, antes que ingresan al complejo y después, cuando egresan. También faltan inversión y recursos durante el internamiento”.

En tal sentido apuntó a la falta de personal para atender a los jóvenes derivados por el Poder Judicial. ATE viene dando cuenta hace mucho tiempo que estas y estos trabajadores se encuentran en gran medida precarizados. “Los que ejercen funciones de seguridad y están contratados como administrativos, por lo cual desde siempre no se les reconoce la función que cumplen”, denuncia Silberman.

“El Complejo Esperanza es un centro socio educativo sostenido con la figura de la educadora social. La mayoría de las trabajadoras que cumplimos esa función somos monotributistas, estamos en situación precaria todos los trabajadores del Complejo. A su vez, hay una clara falta de inversión en recursos, en infraestructura edilicia, para que haya formación de los jóvenes y les sirva para cuando egresen, función que debería cumplir la institución”, agregó la delegada.

Y razonó que “la situación de encierro es difícil, más cuando hay poco personal, pocas propuestas para que desarrollen los jóvenes, pasan mucho tiempo acá que genera situaciones conflictivas entre los jóvenes, entre los jóvenes y la guardia, es una institución con normas que deben ser cumplidas y muchas veces cuesta”.

Fuente: www.atecordoba.org