El territorio demanda brazos y gestos solidarios para contener a nuestros pibes estigmatizados por el poder. Para alimentarles el cuerpo y el alma a los niños que tienen poco o no tienen nada y reclaman desde la hondura de su inocencia que se haga realidad aquello de la noble igualdad.
Los merenderos y comedores comunitarios de La Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA) a lo largo y ancho de la provincia de Córdoba cumplen a rajatabla con el compromiso de asistir a los más humildes para que tengan la dignidad que les niegan los de arriba y los de afuera.
Como es el caso del Merendero “Luz de Esperanza” de la FeNaT-CTAA Río Tercero, donde los días de calor se les sirve a los pibes y pibas flancitos elaborados por nuestras propias compañeras.
La postal de lo que ocurre en esos sitios desparramados por la geografía de la pobreza es un buen ejemplo de que se puede organizar la rebeldía contra la injusticia social con la ternura de los chicos, que no se resignan a ser solamente un número en las estadísticas oficiales y quieren trabajo digno para sus padres, pan, educación y salud para todos.
La historia de los barrios castigados por las carencias que produce la desigualdad en ciudades ricas y con todo tipo de potencialidades es una crónica que no deja de sorprender cada vez que uno se adentra en la realidad de cada lugar donde encuentra, indefectiblemente, que pese a todo, se pelea a brazo partido contra la resignación y se apuesta a un futuro mejor.
Para todos.