20 años de “El Matanzazo”, un hito en el camino hacia la rebelión del 2001

Con la participación, entre muchos otros y otras del Secretario General de la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba, Federico Giuliani, este lunes 24 de mayo se recordó un nuevo aniversario de la gesta popular conocida como “El Matazanzo”. “A 20 años de un triunfazo de la FTV, la CTA y la CCC seguimos en la lucha por una Patria libre, soberana y con justicia social”, afirmó.

Luis D´Elía, desde su prisión domiciliaria y Hugo “Cachorro” Godoy encabezaron un acto para recordar el corte de ruta del 2001 en Isidro Casanova. Participaron además el diputado Juan Carlos Alderete, los dirigentes Víctor De Gennaro, Miguel Federico y Ricardo Peidro, y la ex embajadora Alicia Castro.

El 23 de mayo del 2001 concluía una de las tantas puebladas que durante la década del 90 se extendieron como respuesta al proceso de privatizaciones y desempleo, de recortes sociales, represión y hambre que esparcieron como metástasis las políticas del gobierno de Menen primero y La Alianza luego.

Tras 19 días de corte en la Ruta 3, a la altura de Isidro Casanova, en La Matanza, la Corriente Clasista Combativa, la Federación Tierra y Vivienda y la CTA lograron arrancarle al Gobierno Nacional y de la provincia de Buenos Aires un compromiso de atención de las demandas de salud, educación y trabajo.

El hecho fue uno de los más representativos de la recta final de las movilizaciones y piquetes que desembocaría en estallido social de diciembre de 2001 y la renuncia de Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo.

Los métodos piqueteros

Luego de las respuestas populares contra el desguace del Estado y la profundización de la crisis económica de diciembre de 1993 en Santiago del Estero, que trascendió a la historia como “El Santiagueñazo” y que culminó con la destitución del gobernador Fernando Lobo que había asumido tras la renuncia de Carlos Mujica, se sucedieron los levantamientos y cortes en distintos puntos del país.

En 1996 y 1997 las protestas en Plaza Huincul y Cutral Co, Neuquén, encabezadas por sindicatos docentes y movimientos de base convulsionaron al país tras el asesinato de Teresa Rodríguez durante la represión de la policía y la gendarmería.

Más tarde Tartagal y General Mosconi, en Salta, en el 97, ocuparon la atención nacional con sus bloqueos de rutas que se repitieron hasta que en noviembre de 2000 fue asesinado Aníbal Verón.

En el puente interprovincial General Belgrano que une Corrientes con el Chaco, en 1999, también murieron dos manifestantes por balas recibidas de la represión.

En Florencio Varela y La Matanza, en Buenos Aires, se dieron algunas de las protestas más fuertes y representativas del conurbano.

Los reclamos, que se replicaban por todos los puntos del país, tuvieron entre sus efectos directos los surgimientos de los Movimientos de Trabajadores Desocupados y, más adelante, la alianza de los sectores excluidos y los trabajadores con la clase media durante los “cacerolazos” que signaron los estertores finales de la etapa neoliberal.

Sin embargo, la represión tendría nuevos capítulos, entre los cuales se destaca de manera sonante la Masacre del Puente Avellaneda, en la que fueron fusilados Darío Santillán y Maximiliano Kostecky

Uno de esos momentos destacados de la historia política reciente del país, fue recordado hoy con un acto virtual en el que participaron dirigentes de la CTA Autónoma, de la CCC, de la FTV, entre otros.

Matanzazo virtual

El acto comenzó con la palabra de Hugo “Cachorro” Godoy, Secretario Adjunto de la CTA Autónoma y titular de ATE Nacional, quien puso en valor aquella gesta: “Las organizaciones pudieron obtener un triunfo y palear los problemas de la pobreza y el hambre, sino también abstuvieron grandes triunfos en materia de salud y educación y pudieron adelantar la gran gesta popular de diciembre del 2021”.

“Queremos recordar el ‘Matanzazo’ como un triunfo de la clase trabajadora, un hito en la historia del movimiento obrero y alumbrar un tiempo de esperanza para un tiempo de transformaciones profundas por soberanía, trabajo, producción y justicia”, dijo Godoy y remarcó: “Estamos aquí como un modo de respaldar el legítimo reclamo de libertad para Luis Delia y todos los presos políticos”.

Por su parte, Luis D’Elía sostuvo: “Este fue un hito muy importante en la historia reciente en Argentina. Porque hasta allí todo era derrota, y represión contra el pueblo”, y afirmó que: “El ‘Matanzazo’ no nació de un repollo, nació del diálogo con la CCC, con los Curas de Opción por los Pobres, con grandes dirigentes, y quiero destacar a Juan Carlos Alderete, a quien quiero y aprecio mucho”.

“Después del ‘Matanzazo’ pateamos un hormiguero que se transformó en lucha a lo largo y ancho del país, y seis meses después el pueblo en las calles terminaba con en el duhaldismo y el cavallismo, otra versión del neoliberalismo conservador”, dijo D’elía.

Juan Carlos Alderete, dirigente de la CCC, y actual diputado nacional, recordó lo aprendido durante ese proceso: “siempre buscando la unidad del campo popular hemos aprendido y seguiremos aprendiendo”, dijo el dirigente y recordó a “Nuestros compañeros y compañeras han resistido y aguantado el frio, la lluvia, y esa convicción de que nadie va a poder con nosotros”.

“Creo que de ese día hasta ahora todavía no se ha logrado otro triunfazo como ese convenio que logramos con la ruta cortada”, destacó Alderete.

Miguel Federico, histórico dirigente y titular de ATE La Matanza durante el 2001, dijo: “Marcamos un camino para todo el país, con muchas organizaciones que se animaron a hacer algo parecido”, dijo y enumeró lo conseguido: 100 mil kilos de animales, 4 hospitales móviles, medicamentos y el ensanchamiento de la ruta.

Alicia Castro, quien en ese momento era dirigente del Movimiento de los Trabajadores Argentinos-MTA, denunció el poder del sistema financiero y reiteró sus cuestionamientos a la gestión de la emergencia sanitaria en el país: “Argentina no puede soportar que se sigan muriendo los trabajadores y las trabajadoras por la pandemia”. Sobre el ‘Matanzazo’, afirmó: “El piquete mostró como actor social a ese trabajador excluido que no tenía representación gremial, ni política, y no tenía voz y ahí se manifestó como ciudadano, como un deseo de manifestar un lugar. Creo que tenemos aún mucho que aprender de aquella gesta”.