Anatomía del Sistema Previsional Argentino

Esta primera parte del informe del Instituto de Estudios y Formación (IEF-CTAA) y de Malas Palabras, “Envejecimiento y descarte. Anatomía del Sistema previsional argentino. Amenazas sobre el sistema solidario” analiza las implicancias de la nueva fórmula de actualización de los haberes jubilatorios.

Los jubilados perderán un 25% de sus ingresos. El Gobierno Nacional dispuso por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) la nueva fórmula jubilatoria y consolidó un ajuste brutal sobre los ingresos de los pasivos, que desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada tuvieron una caída del 25 por ciento.

A partir de julio, el índice se actualizará por la inflación registrada dos meses atrás de acuerdo a la suba del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Hasta entonces, y confirmando una tendencia que prevalece en Argentina, la pérdida en los haberes se compensará con bonos y
aumentos que se aplicarán por única vez, mientras rige la fórmula anterior. Los mismos “parches” que la actual administración criticaba.

El DNU 274/2024, publicado el lunes 25 en el Boletín Oficial, modificó, en rigor, lo que el mismo gobierno había anunciado la semana anterior. Pero la letra no fue clara respecto a los meses de la “transición” entre la fórmula vigente y el nuevo método.

Como el aumento por inflación del IPC comenzará a regir recién con los haberes de julio, para los meses previos el gobierno dispuso un “puente” de compensaciones a través de bonos y sumas extraordinarias. Como parte de ese combo, en abril los jubilados recibirán un aumento de 12,5% por única vez.

De esta forma, la escala de las jubilaciones hasta julio queda así: con el bono vigente de $70.000, la mínima será en abril de $241.216, frente a los $ 171.200 percibidos en marzo. Recién en julio se producirá el “empalme” a la nueva fórmula, lo que indica que, en el camino, los
jubilados de Argentina perderán un 25% de sus ingresos.

Lea el informe completo: InformeJubilaciones_IEF (4)

Fuente: www.ctaa.org.ar