Despidos en Dioxitek: Testimonios en primera persona

Ambos compañeros dan cuenta de la difícil situación que le toca atravesar al estatal frente a patronales desaprensivas que imponen despidos arbitrarios e injustos, sobre todo cuanto se fundamentan en persecuciones de índole política y al mismo tiempo del orgullo de formar parte de ATE.

En ese marco, los testimonios de ambos compañeros dan cuenta, tanto de la difícil situación que le toca atravesar al estatal frente a patronales desaprensivas que imponen despidos arbitrarios e injustos, sobre todo cuanto se fundamentan en persecuciones de índole política, como del orgullo de formar parte de ATE.

Un contrato dado de baja

Franco Rojas, tiene 37 años trabajó 11 en FAdeA, es técnico aeronáutico y licenciado en materiales compuestos y en mantenimiento de aviones, con todos los estudios que eso conlleva. En 2017 fue despedido por el “Macrismo” de la Fábrica de Aviones y desde 2021 se desempeñaba en Dioxitek, donde tenía un contrato con vencimiento en septiembre que no fue respetado. Su familia está integrada por su esposa Luciana Gauna y su hijito Constantino, de tres años.

En la planta de Alta Córdoba se desempeñó como personal de área de compras de la empresa, realizando tareas administrativas.

“Lu es una compañera de fierro. No habría podido sostenerme sin ella”, afirma Franco.

El compañero cuenta que en Dioxitek, asumido el Directorio un mes antes del despido, “comenzaron a quitarme tareas pre anunciando lo que terminó pasando, en un proceso parecido a FAdeA”.

“El nuevo Gerente vino a Córdoba a entrevistar personalmente a cada compañero del equipo de administración. Es ahí donde noto que había cosas raras, porque nos preguntaba si habíamos ingresado a Dioxitek por contactos políticos, si teníamos afinidad con algún jefe de sector, diciendo que le gustaba trabajar con el personal más antiguo y seguidamente se empezó a aplicar una persecución a los afiliados de ATE, hasta terminar recayendo los despidos sobre Javier Giordano y sobre mí”, relata Rojas.

“Todo muy macrista”, mastica el compañero, dando cuenta de la falta de coherencia de la actual gestión a cargo de la empresa, que por formar parte de un gobierno nacional y popular debiera tener otras conductas con los trabajadores comprometidos con el desarrollo de la industria estatal.

“Por eso tememos que se repita en Dioxitek el mismo proceso de FAdeA, persiguiendo a compañeros por su forma de pensar. En la fábrica de aviones empezaron con 10 y terminaron con 800 despidos, un vaciamiento tremendo. Acá vemos situaciones parecidas, añadiéndole que se intenta cerrar la planta de Alta Córdoba para llevarla a Formosa”, dice Rojas.

Pero Franco sabe que tiene en ATE un sindicato que pelea y seguirá peleando por sus derechos. “Tengo la expectativa de recuperar el puesto de trabajo y vamos a hacer lo imposible para ello y para continuar aportando al desarrollo de la empresa. Sabemos qué estamos haciendo, para qué estamos trabajando, estamos muy orgullosos de eso porque el fin es darle energía al pueblo argentino”, concluye.

Planta permanente

El caso de Javier Giordano fue distinto porque el compañero es planta permanente de Dioxitek, donde ingresó a trabajar en 2009. Junto a su compañera Zoe Balbi esperan un bebé que nacerá el mes que viene.

Javier es técnico superior en programación, técnico superior en diagramación, cumpliendo funciones en el área de sistemas formándose en gestión de redes y gestión de proyectos. Posteriormente trabajó en el área de almacenes y depósito, para finalmente pasar al área de producción de la planta en el sector de precipitación y evaporación, sitios muy importantes en el proceso de tratamiento del uranio.

En ningún momento hubo señales que podía suceder el despido, por el contrario obtuvo el reconocimiento del jefe de producción del área por su desempeño.

Por eso “el despido fue un balde de agua fría, sobre todo esperando un bebé con mi compañera. Al principio estaba perdido pero afortunadamente ella me pone los pies sobre la tierra. Nunca perdí de vista que se trata la persecución por integrar a ATE”, destaca.

Javier rescata a Zoe a por sobre todo. Y también muestra con orgullo su pertenencia a ATE. “Siempre estuve en el gremio, luchando por el resto. Ahora me encuentro que ATE se está movimiento por nuestra situación y es algo hermoso, eso me llenó de mucha calma, porque se ve en otros gremios como arreglan con las patronales y dejan desamparados a los despedidos. Este gremio no, se puso la camiseta y la estamos peleando todos juntos”, asegura Giordano.

Al mismo tiempo el compañero advierte que “se vienen tiempos muy duros y estas empresas tienen que seguir siendo estatales. Si gana la derecha mi caso será el primero de muchos, como el de Franco. A los compañeros les digo que no tengamos miedo a la lucha. Sabemos que la gente la planta está amenazada, que tienen miedo. Lo mejor sería que estén firmes en la lucha porque sin lucha no se consigue nada”, concluye.

Fuente: www.atecordoba.org