Por Juan Carlos Vega
La semana pasada fueron realizadas dos presentaciones en cumplimiento de los mandatos de la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) de investigar la conducta de los jueces que les negaron a las víctimas de Mackentor todo derecho de justicia en el periodo 1986-2016.
Este es un mandato que tiene valor jurídico vinculante para la República Argentina. Pero en lo personal es un mandato moral de Talo Kejner, que siempre confió en mí.
Hace cinco años murió en México y me dejó un mandato Notarial para continuar con todas las acciones judiciales en búsqueda de que se conozca la verdad histórica del Caso Mackentor.
Ese mandato marcó mi vida profesional y personal. Hoy tenemos una sentencia Internacional y vamos a ejecutarla. Esta sentencia del más alto tribunal de América es sin duda un homenaje para todas las víctimas de Mackentor que sufrieron torturas, privaciones ilegitimas de su libertad, humillaciones y enormes pérdidas económicas como consecuencia del Terrorismo de Estado y luego por parte de la Justicia Federal de Córdoba.
Talo Kejner no solo era el presidente de Mackentor, sino que fue el hombre más integro que yo conocí. Sus principios no se doblegaron nunca. Se podrá coincidir o no con ellos.
Mackentor fue un club selecto de hombres dignos que durante toda la persecución mantuvieron lealtades indestructibles. Pero Talo Kejner además fue un gran poeta, yo tengo en mi poder, algunas de sus obras de teatro que siguen el modelo de Shakespeare.
No me quiero olvidar de (Ramón Walton) Ramis que siempre estuvo al lado de Talo y que firmó la demanda internacional. Optimista, alegre y comprometido con la búsqueda de la verdad.
No me quiero olvidar de Camilo Kejner, ese hijo tan querido del Talo que le dio alegría en la última etapa de su vida. Que vino desde México cuando vio que su padre se moría, lo puso en un avión y lo llevo a morir en su casa, con sus nietos.
No me quiero olvidar de Mara que fue la médica que personal o telefónicamente lo atendía al Talo antes y después de su internación en el Hospital Fernández.
Gisela Carrai siempre nos acompañó y lloro amargamente con la injusta sentencia dictada en la Mega Causa de la Perla recordando a su abuelo (Enzo Mannasero) con mucho amor.
No hace falta hablar nombrar al resto de los integrantes de Mackentor porque ellos estaban presentes siempre detrás de las decisiones que tomaba Talo, compartiéndolas o no. Como era una “secta” de hombres inteligentes y decentes, sus códigos eran de respaldarlo a Kejner aun sin coincidir.
Fueron necesarios 20 años ante la CIDH para lograr la verdad que la Justicia Federal Argentina nos ocultó y nos negó.
Esta sentencia del más alto Tribunal de América en Derechos Humanos reivindica la verdadera historia de Mackentor. 40 años de un Crimen de Lesa Humanidad iniciado por Luciano Benjamín Menéndez, continuado por la Justicia Federal de Córdoba, y perfeccionado por la Quiebra de Mackentor. En algún sentido Menéndez tenía razón porque Mackentor quebró las reglas empresariales en la obra pública Argentina. Fue la única empresa que renunció a la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) por negarse a aceptar las reglas de corrupción que marcaron y aún marcan la Obra Pública Argentina.
Fue la única empresa que instaló una fábrica tecnológicamente sofisticada de Tubos para Conductos de Alta Presión quebrando el monopolio que tenía Supercemento. Es claro que Mackentor molestaba. Como dice Fabián García en su hermoso libro, Mackentor fue la Burguesía Nacional.
Los mandatos de la CIDH son dos. El Estado Argentino tiene la obligación de investigar y reparar a las víctimas. Las presentaciones tienen el valor jurídico de ser inéditas, ello quiere decir que no tienen precedentes en la Argentina. Pero en segundo lugar tienen el valor moral de que estamos reivindicando la verdad histórica de Mackentor.
Estas denuncias que hacemos ante el Consejo de la Magistratura y ante el Jury de enjuiciamiento no solo apuntan a juzgar la conducta de los jueces que violaron los derechos de las víctimas de Mackentor de manera sistemática. Sino que además buscan que se declare la nulidad de la quiebra y la nulidad de la sentencia en la Mega Causa de la Perla que le rechazó a Mackentor todos sus pedidos de nulidad de los actos cumplidos in itinere del Crimen de Lesa Humanidad.
Foto de portada: Natalio Kejner. (Foto: Gentileza La Voz)
Fuente: www.enredaccion.com.ar