Empoderadas: Un sindicato de FESPROSA-CTA fundado y conducido por mujeres

“Te queda linda la pollera corta”, le dijo el director del hospital. Aunque no le gustó el piropo de aquel hombre, Ana le sonrió, en ese momento ella pensaba que era necesario ser aceptada por simpática más que por inteligente.

Ese episodio en la vida de Ana Lía Trifiró, médica tocoginecóloga y Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud (APTS-CTA) de la provincia de San Luis, no pasó desapercibido, le recordaría que en determinados ámbitos la violencia se disfraza de halago, que nunca más se dejaría intimidar y ellos la empezarían a tomar en serio, no solo por ella, sino por todas las y los trabajadores que representa.

A partir de la Ley 25.674 de cupo gremial, sancionada en 2002, se estableció que el 30% de las listas en elecciones gremiales debe ser ocupado por mujeres. Pero según un estudio realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), las asociaciones a cargo de mujeres en el país representan menos del 5%, y el porcentaje de mujeres en comisiones directivas es de 20% en sindicatos y 12% en federaciones.

Si bien existen determinadas ramas del movimiento obrero como construcción, transporte y autopartismo, donde la mayoría de los trabajadores son hombres y ello explicaría que sus representantes sindicales también lo sean, en áreas como salud, alimentación y docencia, en las que la presencia de trabajadoras mujeres es mayor, la conducción de los sindicatos sigue, en su mayoría, a cargo de hombres.

En la actualidad, alrededor de 1.300 millones de mujeres forman parte de la fuerza laboral global, el 40% del total. En Argentina constituyen el 42% de la población que trabaja. No obstante, en el imaginario colectivo, la imagen del sindicalismo es la de un grupo de hombres que conducen a otros hombres en la consecución de sus derechos laborales. Rara vez en esa foto están presentes las mujeres.

En un ámbito donde las estructuras organizacionales son sustancialmente masculinas, y donde las constantes desigualdades que atraviesan las mujeres en el mercado laboral, se extrapolan a una desigualdad representativa y política en las organizaciones gremiales, APTS, organización de base de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA-CTA) es un caso disruptivo: desde sus inicios, hace más de una década, es conducido por mujeres.

Ana, como parte de una minoría de mujeres que conducen organizaciones gremiales, podrías contarnos tu experiencia.

-Bueno nosotras somos un gremio muy nuevo en la provincia, apenas cumplimos 12 años. La experiencia ha sido dura. Empezamos un grupo de personas, de mujeres y varones, pero a la hora de determinar quién iba a llevar adelante la lucha, quedamos en el foco dos mujeres, la doctora (Nora) Sánchez (NdR: primera Secretaria General de APTS) y yo. Nos costó muchísimo que nos tomaran en serio porque era diferente cuando los directores del hospital hablaban con los varones a cuando hablaban con nosotras. Recuerdo una experiencia que tuve cuando fui a hablar con un director; me dijo ´te queda linda la pollera corta´ y yo le tuve que sonreír porque no sé, parecía que tenía que caerle en gracia, porque también yo -o sea estamos hablando de muchos años atrás- creía que era necesario caerle en gracia antes que caerle inteligente.

-¿Cómo hicieron para ser tomadas en serio?

-En un momento no teníamos en San Luis uniformes para el quirófano que fuesen impermeables, entonces vos operabas a un paciente y de repente toda tu ropa quedaba manchada de sangre, así se podían contraer muchas infecciones. Para que el ministro de Salud me diera bola, porque él no entendía la importancia del uso de esa prenda porque en realidad era periodista y no tenía por qué entender, un día lo miré y le dije ´sabe qué me pasa con usted ministro, con usted me pasa que es cómo hacer el sexo tántrico, empiezo, empiezo, pero nunca acabo´. A partir de ese momento nos empezó a dar bola, a partir de esa anécdota nos empezó a prestar atención y referirse a nosotras como señoras dirigentes de APTS.

-¿Cómo es la relación con los compañeros en el gremio?

-No hemos tenido problemas con los afiliados, por ahí sí han sido más escépticos. Pero la verdad es que la gente nos recontra apoyó. Sí solemos tener problemas hasta hoy con algunos directores de Programas.

-¿Qué tipo de problemas?

-Problemas como cuando nos dicen algo de contenido misógino y nosotras les aclaramos que les hablamos con respeto, y nos responden que ellos son de otra época, gente que tiene nuestra misma edad. Nosotras le paramos el carro, porque, así como yo crecí y me hago cargo, crecé y hacete cargo. Hay que bajarles el copete por así decirlo.

-¿Existen diferencias en la forma de conducir una organización entre mujeres y hombres?

-Noto diferencias, sí. Las mujeres en los gremios como formamos parte de una minoría en este momento, comprendemos un poco más el problema o la situación que atraviesa una persona. Nada más que por formar parte de una minoría, no por ser más sensible o menos sensible, más femenina o menos femenina. Es como que estamos más atentas a lo que les pasa a los demás.

-¿Y la relación con otros líderes gremiales cómo es?

-En el mundo gremial hasta ahora es absolutamente difícil meternos seriamente.Por supuesto intentamos y nos metemos y tenemos muy buenos amigos y gente que nos trata como iguales, pero hay otras personas que le decís, ´soy dirigente ‘y te miran como diciendo ´a mí qué me importa´.Por ejemplo, cuando hay reuniones entre gremios siempre la mayoría son varones, es increíble como en los grandes gremios siempre los dirigentes son varones.

-¿Creés que los estereotipos de género determinan la asignación de roles en los gremios?

-Creo que nos consideran inferiores y creen que nosotras no podemos tener semejante responsabilidad de conducir. No les entra en la cabeza que tenemos igualdad de conocimiento,y no pasa solamente con los varones, pasa con nuestras afiliadas, también tienen desconfianza, no es lo mismo que les hablé yo a que les hablé un hombre, no es lo mismo.

-APTS fue una de las organizaciones en San Luis que se manifestó a favor del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo ¿La organización incorporó la perspectiva de género?

-Al interior de la organización están las mujeres y hombres que están a favor y las mujeres y hombres que están en contra de la despenalización. Cuando pusimos el tema en el tapete, la gente que estaba en contra de la despenalización por poco no me lincha en la plaza pública
(risas). A mí casi me costó la dirigencia del gremio, tuve que lucharla. Nosotras con el proyecto de ley tratamos de ver más allá de la despenalización, es nada más y nada menos que el derecho a decidir: por el aborto, por si me pinto, por si me depilo, por si me caso, por si tengo hijos o por si no. Es el derecho a decidir lo que está en juego, y eso las mujeres no lo entendemos todavía, no lo entendemos porque estamos atravesadas y son muchos años de patriarcado. Estamos a favor del derecho a decidir.

-¿Consideran que el suyo es un liderazgo diferente?

-Es un liderazgo diferente. Varias veces muchos dirigentes nos preguntan de dónde sacamos la plata. APTS tiene una sede propia en San Luis,otra en Villa Mercedes, un auto acá y otro en Villa Mercedes; estamos construyendo un salón, compramos un departamento en la Costa para que puedan vacacionar los afiliados y las afiliadas; construimos 90 viviendas junto con el Gobierno de la Provincia y hemos comprado terrenos. Cuando nos preguntan cómo hacemos, y la verdad no sé qué responderles, hacemos lo que deberían hacer todos. El dinero del afiliado tiene que volver al afiliado. Cuándo nos preguntan cómo hacemos, contesto que lo hacemos así, ad honorem.

-Con esto de tener las cuentas claras ¿qué pensás de la transparencia institucional y el gobierno abierto?

-Para mí es fantástico. La gente tiene que dejar de pensar que porque somos gremialistas robamos, a mí me duele tanto qué se piense que van de la mano esas dos cosas. Pensar que, porque una es gremialista el gremio te paga, no a mí el gremio no me paga. Por ejemplo, tengo compañeros en mi trabajo que se van de vacaciones, todos tus compañeros y compañeras si pueden viajan en sus vacaciones, ahora un gremialista se va de vacaciones y lo pagó con la plata gremio. Con esto no quiero decir que todos los gremialistas sean santos, seguro hay gremialistas que se han enriquecido con la gestión gremial, pero también hay muchísimos que no lo hacemos. Así que a mí esto de transparentar me parece fantástico, de hecho lo voy a hacer, no para que sepan lo que uno tiene sino para que sepan lo que uno hace.

-¿Veremos en un futuro más sindicatos como APTS?

-Los cambios llevan tiempo tal vez nosotros seamos una muestra y dentro de unos años tengamos el placer de ver muchos gremios dirigidos por mujeres, pero lleva su tiempo. El patriarcado ha sido muy fuerte en todos los aspectos. Por ejemplo, en una reunión si están hablando de algo que yo no entiendo o no sé, no tengo problema en decir que no lo sé, un dirigente varón jamás lo hace, a mí no me da vergüenza reconocer que no tengo idea en algunas cuestiones porque es parte del crecimiento. Pero bueno al varón siempre lo hemos obligado a que siempre tiene que saber.

-¿Te limito para ejercer la actividad gremial la división de las tareas domésticas en tu hogar, tu rol como madre o la relación con tu pareja?

-Te voy a contar una anécdota matrimonial, una vez mi ex marido que hacía política me dice, voy a ir a verlo a Julio, tengo una reunión con Julio, y con Julio vamos hacer esto y lo otro, y le pregunto ¿qué Julio? Me miró como si fuese una bestia, Julio Cobos el gobernador de Mendoza, me dijo con soberbia. Bueno pasaron unos días y le digo, tengo que ir a hablar con Daniel, porque tengo que hablar con él, porque con Daniel pensamos hacer esto y lo otro, y mi ex me pregunta ¿qué Daniel?, Daniel Gozaini el director del colegio de tu hija eso tendrías que saber y no quien m***** es Julio Cobos.

Fuente: ONG Quiero Saber Iniciativa Ciudadana; www.mundogremial.com