La Reestructuración de la Deuda (Parte II)

El Informe fue elaborado por Alejandro López Mieres, Ignacio López Mieres, y Claudio Lozano del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).

Para Lozano, no es razonable festejar cuando los acreedores y el poder económico concentrado lo hacen.

“El acuerdo prácticamente no supone quita de capital y las tasas de interés comprometidas por la Argentina – si bien son inferiores a las que pagábamos – son ciertamente elevadas frente a un mundo de tasas cero.

“Festejan porque el país se ha comprometido a mantener hacia el futuro un flujo permanente de intereses y asume que tendrá que recurrir al sistema financiero internacional, no para financiar su desarrollo, sino para cancelar con nueva deuda los vencimientos de un capital impagable.

“Pero más allá de esta cuestión de orden estructural que sigue estando pendiente de solución, el acuerdo le otorga oxígeno financiero a la Argentina para el presente período gubernamental en lo relativo a los vencimientos de deuda en moneda extranjera con los acreedores privados.

“Sin embargo, que ese oxígeno pueda ser aprovechado en función de la reactivación que el país necesita dependerá, en última instancia, del tipo de negociación que se alcance con el FMI”, resumió Lozano.

Después de muchas idas y vueltas: ¿qué nos depara el Canje 2020?

El proceso iniciado el 22 de abril con la presentación de la primera propuesta oficial del gobierno argentino en la Comisión de Valores de Estados Unidos (la SEC) culminó con dos eventos: primero, el 4 de agosto se anunció el acuerdo con los principales acreedores de bonos en moneda y legislación extranjera. Segundo, el decreto publicado el 16 de agosto oficializó la presentación de la oferta argentina final ante la SEC.

La fumata blanca llegó luego de más de tres meses de negociaciones: en este período, el ministro Guzmán presentó
dos ofertas oficiales (la de abril y la de julio) y dos informales (en mayo y junio). Si bien la propuesta argentina presentada el 5 de julio fue rechazada por la mayoría de los acreedores, ésta despertó los aplausos de buena parte del poder económico, que celebró el gesto presidencial de acercar posiciones con los bonistas. Para cerrar el acuerdo,
nuestro país hizo una serie de concesiones respecto al planteo original de abril, que incluyeron el acortamiento del período de gracia, la disminución en la quita de capital y el aumento en las tasas de interés. Además, se decidió resguardar los derechos de los bonistas consagrados en la letra chica de los contratos firmados en los canjes 2005 y 2010 (que son más exigentes con el país para juntar las mayorías necesarias ante una futura reestructuración), y se esperan una serie de modificaciones en los términos legales de los contratos de deuda del Fideicomiso 2016 (y tal vez en los de 2005).

En este sentido, el gobierno se comprometió a modificar “ciertos aspectos” de las Cláusulas de Acción Colectivas (CACs) para incorporar algunas de las exigencias de los acreedores. A continuación, presentamos un análisis de los aspectos del acuerdo que consideramos de gran relevancia para comprender lo que está en juego. En primer lugar,
resumimos los avatares que se desarrollaron entre las presentaciones oficiales de la primera y de la segunda propuesta, identificando una serie de actores relevantes involucrados en el proceso con incidencia en el escenario geopolítico internacional.

En segundo lugar, evaluamos los aspectos de la tercera oferta argentina que, si bien no involucra cambios en el volumen de pagos presentado en la segunda oferta, la misma compromete modificaciones en la estructura legal de la nueva deuda a emitir. Por un lado, advertimos las principales características de la discusión legal y el peligro que pueden representar los cambios en las condiciones contractuales de la nueva deuda a emitir, y de las nuevas cláusulas para una eventual reestructuración de la deuda en el futuro. Por el otro, destacamos el oxígeno financiero que otorga en los próximos años, incluyendo el perfil de vencimientos en moneda extranjera que afrontará el país en los próximos años, así como la quita real que significa en términos de Valor Presente Neto (VPN).

Finalmente, presentamos algunas reflexiones sobre la discusión pendiente con el FMI, sobre la base de que la reestructuración planteada genera un alivio imprescindible pero que de todas formas no resuelve el problema de la deuda. En esa discusión que se viene, se pondrá en juego el futuro esquema de política económica, a sabiendas de que el organismo va a plantear una serie de condicionamientos para extender los plazos de pago del crédito otorgado.

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Fuente: www.ipypp.org.ar