Pacto Social: Lo prioritario es terminar con el hambre

Por Horacio Meguira*

Las experiencias en materia de acuerdos económico sociales no son buenas para los trabajadores.

Desde los acuerdos por Productividad en la crisis del 52, el Pacto Social CGT-CGE en el 73; el Pacto Social CGT-UIA en 1994, los acuerdos sectoriales en el 2000.

Ninguno pudo con las reglas establecidas por la especulación. Esto no quiere decir que no lo considere importante y factible, en este momento de desesperación, aumento de la pobreza e indigencia, recesión e inflación.

Entiendo que no puede reducirse a un acuerdo de precios y salarios. Sería muy excepcional que aumente el poder adquisitivo y no aumenten los precios.

En general, en ese tipo de acuerdos se congelan los salarios y los precios siguen aumentando.

Para evitarlo, deben crearse instituciones tripartitas que permitan un debate abierto a la sociedad para que los acuerdos sean monitoreados; un ámbito de negociación permanente.

Las representaciones no pueden ceñirse a los actores tradicionales. Al ámbito de debate deben sumarse a las organizaciones sociales, los partidos políticos y las resoluciones adoptadas deben hacerse conocer para promover la deliberación en la sociedad.

Reconstruir la democracia democratizado la producción.

Ese es el camino que permita reconstruir las instituciones y la participación ciudadana en la feroz emergencia que vivimos.

Pero hay un tema urgente que es primero en orden de prioridades: El hambre.

*Director del Departamento Jurídico de la CTA Autónoma