Sierra Grande, del socavón al corte de ruta

Por Natalí Narváez

En septiembre de 1991 el pueblo de Sierra Grande se movilizó para exigirle al gobierno de Menem la continuidad de HIPASAM, la mina de hierro más grande de Sudamérica, que desde su fundación se había convertido en el eje productivo y social de esa comunidad del sudeste de Río Negro.

El 21 de septiembre de 1991, el pueblo de Sierra Grande salió a las calles en apoyo a la lucha que los trabajadores de HIPASAM (Hierro Patagónico Sociedad Anónima Minera) y sus familias venían sosteniendo contra el cierre de una de las más importantes empresas productivas de propiedad estatal, dedicada a la extracción y comercialización de hierro. En su campaña presidencial, Carlos Menem, durante un acto en la plaza principal de la ciudad, había prometido que del socavón de la mina nacería la revolución productiva que se habría de extender por toda la Patagonia. Muy por el contrario, a principios de 1992 la clausuró por decreto como parte de su política de reestructuración del Estado y del capitalismo argentino.

La larga lucha contra el cierre de HIPASAM recurrió a formas de organización que serían retomadas en otros conflictos obreros de la Patagonia y del resto del país, y luego también, por los movimientos de trabajadores desocupados. Los cortes de la ruta 3, las sentadas estudiantiles en apoyo a los mineros, la propuesta de los trabajadores para la gestión obrera de la producción y exportación del mineral, fueron algunas estrategias de las familias mineras para sostener y visibilizar su lucha.

El rol de las mujeres fue clave: Fueron ellas quienes sostenían los cortes cuando sus compañeros viajaban a Buenos Aires para mantener reuniones con el directorio de la empresa. Fueron, también, quienes motorizaron una de las medidas más emblemáticas del enfrentamiento: la huelga de hambre. Y no sólo pusieron el cuerpo durante el conflicto, sino que tras el cierre de la mina, muchas se quedaron solas en Sierra Grande criando a sus hijxs, mientras sus maridos buscaban trabajo en otras regiones.

En cierto modo, aquella jornada de lucha se vinculaba, hacia el pasado, con las grandes huelgas de HIPASAM de 1973 y 1975, y hacia el futuro, con la conmemoración que 25 años después habrían de realizar los trabajadores mineros. Así, el 21 de septiembre de 2016, los ex obreros de la mina estatal y sus familias se movilizaron para recordar aquella gesta obrera, mientras una nueva huelga paralizaba la multinacional china que en 2006 había reactivado la producción minera.

En Sierra Grande siguen emergiendo, desde los socavones a las rutas, las luchas y la organización de un pueblo obrero que nunca se resigna, recordatorio de que donde hay lucha obrera, no hay fin de la historia.

Fuente: www.historiaobrera.com.ar