La Córdoba paradojal

OPINIÓN

Por Juan Carlos Giuliani*

Córdoba es el rostro anticipado de la Argentina. En sus hechos heroicos y en sus miserias. Luces y sombras que reflejan, mejor que nada, las contradicciones de este país hecho de pan y en el que siguen muriendo chicos de hambre.

La Córdoba del Cordobazo, el Viborazo y el sindicalismo revolucionario, fue también el escenario del primer contragolpe monárquico contra la Revolución de Mayo hace 213 años; de la Reforma Universitaria -poco más de un siglo después- que se extendió como un reguero de pólvora por toda América; del amplio triunfo electoral de Amadeo Sabattini en la década del fraude patriótico conservador; del inicio de la Revolución Fusiladora que derrocó al peronismo en 1955; del gobierno de Obregón Cano y Atilio López en 1973; del Navarrazo, grotesco golpe policial que terminó con ese mismo gobierno un año después; del terror y la muerte sembrados por los grupos paramilitares del Comando Liberadores de América; del silencio de los cementerios que impuso el genocida Luciano Benjamín Menéndez; del silencio cómplice de la cúpula eclesiástica; de las plazas repletas de pueblo para acelerar el retorno de la democracia y para defenderla frente a las asonadas de los carapintadas; de las movilizaciones populares contra el derrumbe del Estado provincial con Angeloz y el feroz ajuste de Mestre; del conflicto consecuente y unitario en defensa del EPEC y el Banco de Córdoba en los primeros gobiernos de José Manuel De la Sota; al cuestionamiento de la práctica antisindical y los extendidos niveles de pobreza durante la administración de Schiaretti y, particularmente, a la lucha sin cuartel para frenar el desguace de la ciudad acometido por Kamerath y el desmanejo de Ramón Mestre desde el Palacio 6 de julio.

A más de 35 años del retorno de la democracia, la UCR y el PJ se han turnado en gobernar la provincia bajo la concepción del “Cordobesismo”. Por ende, son responsables del actual estado de postración, endeudamiento y desigualdad social, un descalabro promovido por el Pacto de Gobernabilidad del Partido Único Cordobés (PJ-UCR-PRO).

La Córdoba monacal y reaccionaria y la Córdoba popular y revolucionaria viven en permanente tensión. Los antagonismos y las paradojas dominan el paisaje mediterráneo y se codean en la Peatonal.

Esa ciudad, sumida en sus propios consensos y desacuerdos, en el folcklore de sus personajes inmortalizados en Hortensia, que bebe a granel su más típica invención autóctona: El fernet con coca, y baila al ritmo del cuarteto, cumple hoy 446 años. Y lo celebran los hinchas de Belgrano y de Talleres, los estudiantes universitarios y los trabajadores del cordón industrial, los curas de las villas y los cantores de las peñas que pueblan la ciudad surcada por La Cañada.

La Capital de una provincia gobernada por los gerentes de los que mandan: Urquía, Roggio, Pagani.

Un cumpleaños que se festeja con la chispa de los negrazones que cultivan inmaculada la clásica tonada cordobesa.

Una fecha para recordar a nuestros próceres y mártires y para no olvidar a los traidores y vendepatria.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A en representación de la Provincia de Córdoba