El Turismo Social, Pistarini y la historia del complejo hotelero estatal de Embalse

Por Fabián Menichetti*

Se conoció la noticia. Algunos de los hoteles de Embalse, serán concesionados. También, se decidió hacerlo con el Polideportivo, que es parte del complejo y otros sectores. No se trata solo de un lugar con frondosa vegetación, a orillas del lago, con edificios destinados al Turismo Social. Es mucho más que eso.

Hablar de la Unidad Turística de Embalse, es aludir no solamente a un conjunto de edificios (la mayoría en avanzado estado de deterioro), un espacio de cientos de hectáreas, con una frondosa vegetación, junto al lago artificial más grande de Córdoba, sino a muchas historias, que conforman una gran historia.

En conclusión, el complejo estatal, es mucho más que referirse a hoteles, y al entorno que los rodea. El progresivo deterioro de la Unidad Turística Embalse, inaugurada a mediados del siglo 20 y destinada al Turismo Social, fue minando una historia y una infraestructura, que es interesante rescatar, pero, además, es importante recordar el nombre de quien pensó y diseñó el complejo: Juan Pistarini.

Militar e ingeniero, fue ministro de Obras Públicas entre 1943 y 1952. Tras el derrocamiento de Ramón Castillo, Pistarini había quedado a cargo de esa cartera estatal. Tras las elecciones que le otorgaron el triunfo a Juan Domingo Perón, permaneció en su cargo. Sería el único ministro que proseguiría.

En 1946 decidiría retirarse del servicio activo como militar, para dedicarse de lleno al ministerio.

En la gestión de Pistarini, que pasó por distintos ministerios, calificada como “pragmática”, se priorizaron obras en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza (que lleva su nombre) y en la Flota Fluvial del Estado, creada en 1946, cuando fue ministro interino de Guerra. Llegó a ser la primera de Latinoamérica y cuarta en el mundo.

La historia indica que Pistarini, cambiaría el perfil del Estado en materia de obras públicas, otorgándole un rol protagónico, a diferencia de lo ocurrido en la década del 30, cuando el gobierno construía la infraestructura, para que luego esas realizaciones fueran explotadas por privados.

Entre 1944 y 1952, durante su gestión, se construyeron miles de kilómetros de rutas y se desarrolló un importante plan de forestación, además de mejorar, por ejemplo, el equipamiento de los Parques Nacionales, entre otras realizaciones.

Una de las características de Pistarini, además, fue colocar énfasis en lo social. Fue así que nacieron, bajo su ministerio, los complejos de Embalse y de Chapadmalal, destinados al turismo social. La idea: que todos pudieran acceder a descansar, a tener sus vacaciones, más allá del poder adquisitivo de las familias.

Así nació la Unidad Turística de Embalse, con siete hoteles y 51 bungalows con capacidad para tres mil personas. El complejo no solo hizo que quienes no podían acceder a vacacionar, lo hicieran, sino que también se generaran puestos de trabajo, directos e indirectos, beneficiando no solo a Embalse, sino a Calamuchita.

En ese lugar, muchas personas pudieron tener sus primeras vacaciones, algo que, hasta entonces, les era imposible. La intervención estatal, en materia de descanso y esparcimiento, como también un derecho al que toda persona puede y debe acceder, se hizo presente en aquel momento, y se extendió en el tiempo.

El paso de las décadas, representaría no solo el deterioro del complejo, con hoteles que virtualmente resultaron abandonados, sino que disminuyera exponencialmente la cantidad de visitantes. En los dos últimos años, se registró la menor cantidad de ocupación registrada en este símbolo del turismo social del país.

Volviendo a Pistarini, este no la pasaría bien en sus últimos años. Tras el golpe que derrocaba a Perón, denominado por quienes lo ejecutaron como “Revolución Libertadora”, fallecía en 1956. Su deceso se producía en un Hospital Militar.

Se encontraba internado allí, en calidad de detenido y con sus pocos bienes inhibidos. Tenía 74 años. Una denominada “Comisión de Investigaciones” analizaba las supuestas irregularidades de gestión y proyecto en la llamada “operación territorial de Ezeiza”, uno de los principales símbolos del gobierno depuesto.

Si bien no había ocultado su simpatía por el modelo alemán, una vez concluida la segunda guerra, no ocultó tampoco su admiración por la tecnología estadounidense, enviando a técnicos para que se instruyeran en ese país. Otro detalle: barrios que mandó a construir, se caracterizaron por su estilo californiano.

Ejercer una defensa de Pistarini, no es la intención aquí, en lo que respecta a sus afinidades o simpatías con modelos de otros países. Sí, para ser justos, debería considerarse que naciones como los Estados Unidos, la Unión Soviética y hasta el propio Reino Unido, se nutrieron de científicos germanos para recibir conocimientos de los mismos, al ser derrotada Alemania en la segunda guerra.

En todo caso, si de afinidades y otras cuestiones del contexto de aquella época se trata, el padre de la etapa aeroespacial estadounidense, Wernher von Braun, no solo había sido parte de las SS, sino que, como científico, aportaría sus conocimientos al gobierno alemán y luego, emigrado, a los Estados Unidos. Y no sería el único.

Pistarini, más allá de las críticas por su perfil ideológico, que puede abrir muchas discusiones y que, como está señalado, no es la intención de esta columna, además de la Unidad Turística de Embalse, dejaría mucho más para el país, en obras, cuando debió gestionar al frente de un ministerio, como el complejo hotelero estatal que hoy es noticia en la zona por su decadencia y por los reclamos para que se recupere, además, de que se conoció precisamente que serán concesionados, ergo, el Estado dejará en manos de terceros, la explotación de algunos de los hoteles, aunque se aclara que continuarán siendo “destinados al Turismo Social”.

No solamente sucederá con algunos de los hoteles, sino con otras áreas de las cientos de hectáreas del predio estatal, como el Polideportivo, que albergó competencias, por ejemplo, con niños de todo el país. Diego Armando Maradona, por caso, fue uno de ellos.

Quien escribe, tuvo la oportunidad de dialogar con la hija de otro hombre que desarrolló otro perfil del estado: el industrial. Se trataba de Manuel Nicolás Savio. La industria pesada fue su objetivo, siendo  fundamental en el desarrollo de muchas comunidades, como el caso de Río Tercero, con la Fábrica Militar. Fue el creador, además, del Plan Siderúrgico Nacional, convertido en ley el 13 de junio de 1947. Tal vez muchos no lo conozcan, pero impulsó la creación de grandes empresas químicas como “Atanor, Compañía Nacional para la Industria Química” en el año 1944, una sociedad anónima mixta con el Estado como mayor accionista.

La consulta a su hija Alicia, entre otros interrogantes, era sobre su sentimiento al recorrer calles o visualizar escuelas con el nombre de su padre. “Orgullo por supuesto, y tristeza por lo que le hicieron a esa fábrica”, respondía. La planta hacía poco tiempo había sufrido la voladura de 1995 y de 2.000 empleados, en sus mejores épocas, había pasado a tener, por las políticas de los ’90, 196 trabajadores. La industria estatal riotercerense, de 2017 a 2018, sufriría otro cimbronazo: el despido de 100 personas, en un año.

Lo de Pistarini no es distinto a lo de Savio. Un cerro en Embalse lleva su nombre y en esa población está sepultado. Allí descansan sus restos. Puede ser, claro, un homenaje a su memoria y a su obra, la Unidad Turística estatal, pero con eso no basta. Seguramente, desde algún lugar, puede que se esté lamentando.

*Locutor M.P 7724 – Periodista – Editor Tercer Río Noticias. Director periodístico Mestiza Rock – Autor de los libros: Noviembre (1997) y Esquirlas de Noviembre (2011)

Fuente: www.3rionoticias.com.ar