Empresa ferroviaria: Relación conflictiva con Villa María

Por Jesús Chirino*

Es innegable que el ferrocarril jugó un papel importante en la historia de la ciudad de Villa María, pero tampoco es menos cierto que la relación entre la empresa ferroviaria (antes de la estatización) y las autoridades locales tuvo sus etapas conflictivas.

Naciendo a la vera del río y en la vía ferroviaria

Villa María, la ciudad que alguna vez alguien, en clave poética, denominó “hija de riel”, fue erigiéndose a partir del esfuerzo de quienes  trabajaron en el lugar. Entre los primeros,  estuvieron quienes dedicaron sus interminables y duras jornadas laborales a la construcción de todo lo necesario para que llegara hasta estas tierras el tren. El lugar ya había sido habitado antes, no solo de la otra orilla del río Ctalamochita, donde se encontraba Villa Nueva, sino también por la posta que supo estar de esta vera del curso de agua y, también, por los ranchos que se había erigido en el lugar. Incluso restos arqueológicos encontrados en la zona prueban la existencia en el lugar de habitantes de pueblos originarios.

Pocos años antes de la llegada del ferrocarril, estas tierras fueron compradas por el dirigente político Manuel Anselmo Ocampo. Planificado el trazado ferroviario aquí se iba a contar con una estación ferroviaria pues la existencia de Villa Nueva así lo ameritaba. Es más, en los papeles de las ventas de los primeros terrenos en lo que luego sería Villa María se escribió que se ubicaban en el “pueblo deslindado en derredor de la Estación del Ferrocarril Central en Villa Nueva”. Y para septiembre de 1867, fecha reconocida como la de la fundación de la población, ya existían casas para los obreros. Ocampo ordenó que en sus tierras se delineara la nueva población y donó terrenos para la estación ferroviaria del FF.CC. Argentino. Así hicieron quienes actuaron en nombre del político porteño y nació Villa María, junto a la llegada de la máquina de vapor que viajaba por las vías ferroviarias.

Reclamo por suciedad en predio ferroviario

Alguna vez hablamos en este espacio acerca de las durísimas condiciones en la cuales trabajaron quienes se ocuparon del tendido ferroviario. La empresa no tenía muchas contemplaciones con su personal. Apenas la localidad avanzó en su organización, los conflictos con la empresa ferroviaria no se hicieron esperar. En el mismo 1867 las autoridades municipales reclamaron a esa empresa privada por estado de abandono que presentaba el predio alrededor de la estación del ferrocarril.

Recordemos que entonces el municipio abarcaba varios centro urbanos y tenía su sede en la vecina Villa Nueva. Otro dato importante, para mensurar la importancia del reclamo, es que la región se encontraba sufriendo la epidemia del cólera, por lo cual revestían especial importancia las medidas de salubridad.

Reclamo por alcantarillado

Pocos años después se suscita otra reclamo. El segundo día del mes de enero de 1877, un hombre apellidado Perkins denuncia, ante el presidente del Concejo Deliberante (sede Villa Nueva), el problema del alcantarillado realizado por la empresa ferroviaria en la calle Mendoza. Resulta que su caudal era insuficiente y cada vez que llovía se armaba un pantano frente a la sede de la escuela y el templo. Recordemos que estas funcionaban en el mismo salón situado en la calle Mendoza frente a la plaza Este (actual Independencia). El reclamo fue elevado a la representación local de la empresa.

La respuesta provino de la ciudad de Rosario y decía que los próximos reclamos se mandaran a la sede de Buenos Aires. Pero en relación a la cuestión central la posición empresarial, fue que la necesidad de ensanchar el alcantarillado era una “necesidad urbana” y, por lo tanto, responsabilidad del municipio. También aclararon que si bien estaban en condiciones de hacerse cargo del trabajo, el mismo debía ser pagado por el municipio.

Que el ferrocarril pase por fuera de la ciudad

Joaquín Pereira, en su calidad de intendente interino, durante el mes de febrero de 1884, también presentó quejas ante las autoridades de la empresa de Ferrocarril Central Argentino. La autoridad local estaba preocupada por la matanza de animales que se hacía en los terrenos del ferrocarril, cercanos a la estación, donde se faenaba sin permiso alguno. Muchas veces incluso se comía en el lugar y las condiciones de higiene no eran las mejores, quedaban tirados huesos y restos de animales, produciendo un cuadro de poca higiene. Estas actividades se hacían en esos terrenos para no estar obligados a respetar las normativas de salubridad e impositivas dictadas por el municipio.

Según el número 41 de la Revista de la Sociedad Española, el mismo Joaquín Pereira, le ofreció a la empresa ferroviaria 40 manzanas de terreno para que desviara el curso de las vías. Estas tierras se ubicaban al norte del radio urbano. Era una manera de que se retirara el trazado ferroviario del centro de la localidad, deseo que tuvo otros intentos de concreción a lo largo de la historia local. Lo cierto es que el ofrecimiento de Pereira no tuvo buen eco y las vías, el paso del tren y la vida ferroviaria continuó ocupando un lugar central en la geografía villamariense. A lo largo de la historia fue un elemento de importancia en la construcción identitaria de la ciudad.

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María