La Reforma Universitaria de 1918: Una mirada diferente

Por Manuel Justo Gaggero*

Cuando ingresé en la Facultad de Ciencias  Jurídicas y Sociales  de la Universidad Nacional del Litoral en 1958 para estudiar Abogacía hacía varios años que militaba en la Juventud Peronista en mi ciudad, Paraná. Por ello, con otros compañeros, decidimos constituir la Asociación Gremial de Estudiantes de Derecho. Al año siguiente nos sumamos a la refundación de la Confederación General Universitaria -CGU- que congregaba a los estudiantes que adhirieron al primer peronismo -1946-1955-. Teníamos una mirada equivocada, como pudimos advertir años más tarde, de la Reforma Universitaria de 1918 que lanzó su Manifiesto en Córdoba y se extendió a todo el Continente.

El hecho que la FUA  había confrontado fuertemente con el Gobierno del General y que los mismos reivindicaban a aquella nos llenó de confusión. Lo mismo que cuando los claustros universitarios y los colegios secundarios se enfrentaron, en todo el país, en torno a la Educación Laica o la Libre. Esta última era la confesional y suponía la conformación de universidades privadas confesionales y empresariales. Como sucedió finalmente.

Al regresar de Cuba, en 1963, luego de una experiencia enriquecedora y de conocer la influencia que en las  ideas de Julio Antonio Mella había tenido la Reforma del 18 y en los revolucionarios que protagonizaban la Revolución en la Isla de la Libertad, aprendí a valorar aquel grito de libertad, de pluralismo, de cogobierno que se lanzara en  la “Docta” en la segunda década del siglo XX.

Los integrantes de la Asociación mencionada, aferrados a viejas posturas, me expulsaron de la misma acusándome de “infiltrado castro comunista”. Rápidamente conformamos la Juventud Universitaria Peronista -JUP- que reconocía como referentes nacionales a Alicia Eguren y  John William Cooke y a la que se incorporaron valiosos compañeros que provenían de otras corrientes de pensamiento. Recuerdo, entre otros, al “Negro” Rafael Pérez y a Juan Penchansky en mi Facultad, a Néstor Verdinelli y Mario Geller en Ciencias Económicas, a Raúl  Churruarín en Ingenieria Química y a Irene Salgado y Alba Sager en el Profesorado.

Nuestra primera decisión fue adherir a los Centros de Estudiantes y dimos a conocer un documento reivindicando la Reforma del 18. Luego al conocer a Gustavo Roca, hijo de Deodoro Roca, autor y firmante del Manifiesto que dio origen a la gesta en la casa de Alicia y John; fortalecimos nuestra postura.

Al año siguiente participamos en el Consejo Nacional de Centros de la FUA que se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la UBA. En este hicimos una alianza con Palabra Obrera, cuyo  sector  universitario era liderado por Amato, Secretario General de la UPE de Farmacia y Bioquímica, con los compañeros escindidos de la Federación Juvenil Comunista que se referenciaban en José Portantiero y con militantes de una Agrupación de la Universidad de Tucumán dirigida por  Armando Caro Figueroa (h). Luego se sumaría “Amauta”; un agrupamiento de estudiantes peruanos.

Reivindicábamos la lucha armada y el Mensaje del Che por lo cual nos enfrentábamos a la conducción de la Federación presida por Ariel Seoane, dirigente de la Federación Juvenil Comunista. Luego de esta primera  presentación en “sociedad” ampliamos nuestra JUP sumando militantes de casi todos los centros más importantes y concretamos un acuerdo con la nueva conducción de la Federación Universitaria de Córdoba -FUC- a cuyo frente estaba Abraham Kozack. Hasta 1965 fui responsable nacional universitario de la corriente “Cookista”.

Hoy, a 102 años de aquel increíble movimiento que sacudió a la universidad patriarcal y clasista y democratizó la enseñanza universitaria cobran más fuerza aquellos principios. En este momento,  más que nunca, es preciso que  desde las casas de estudio surja un pensamiento crítico que inspire y alimente a las nuevas generaciones para encontrar los caminos que conduzcan a una sociedad más justa y humana: La sociedad socialista.

Nota. Estos recuerdos forman parte del primer tomo del libro de mi autoría “Un Viaje hacia las Utopías Revolucionarias” que editara la Editorial De la Comarca.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”