Meguira: “El Estado y los patrones intentan destruir la Libertad Sindical”

Por Verónica Franco

El Director del Departamento Jurídico de la CTA Autónoma Nacional, Horacio Meguira, disertó ante el Primer Plenario Provincial de Trabajadores y Trabajadoras Privados y Autogestionados que tuvo lugar este martes 24 de septiembre en la ciudad de Córdoba. Expresó que la CTA-A está en una nueva etapa donde el modelo sindical argentino deberá batallar contra las nuevas formas del Capital y los agentes que buscan “establecer la resignación de que los trabajadores no se organicen”.

Horacio Meguira, Director del Departamento Jurídico de la CTA-A Nacional, abrió el debate junto a Ricardo Peidro, Secretario General de la CTA Autónoma Nacional, en el encuentro que tuvo lugar en el local de la CTA Autónoma Regional Córdoba Capital.

“Conformar organización del sector privado no es joda y como siempre pasa en el sector requiere de estrategias y debate. Debemos debatir cuál es la organización más conveniente en un determinado momento, independientemente de quienes se acercan a la Central”, sentenció.

A su juicio, en el sector se necesitará “voluntad para robarle derechos laborales al liberalismo y aprovechar los momentos de legalidad sindical”, ya que en la nueva mutación del capitalismo los sindicatos son “incompatibles con la existencia y reproducción del mercado”.

“El sindicato no es legal para el mercado. No hay que asustarse cuando nos vienen periodos de ilegalidad en la Central porque el poder del capital necesariamente te tira a la ilegalidad, cuando te notan un tantito débil. Hay que aprovechar las etapas de legalidad para organizar los sectores, que permiten acercar la mayor cantidad de compañeros”, agregó.

Meguira expresó que “la Central tuvo gran facilidad para acercarse al territorio pero una gran dificultad para acercarse a los trabajadores del sector privado. Cuestión que se enunciaba continuamente en los Congresos pero nunca pudimos plasmarla”.

Recordó los orígenes de la Central y citó a Víctor De Gennaro, uno de sus fundadores: “Ahora también el sindicato está en el barrio”. Hasta la irrupción de la Central de Trabajadores de la Argentina en el mundo laboral argentino el único sindicato posible era el que estaba en la fábrica, fenómeno que acompañaba a la sociedad industrial del momento.

“Hay dos agentes que intentan destruir la Libertad Sindical: El Estado y los patrones. Ambos buscan establecer la resignación de que los trabajadores no se organicen”, sentenció Meguira, para quien “la autonomía no es declamada, históricamente se ha demostrado que esos dos agentes tienden a deshacer la construcción colectiva, porque cualquier construcción colectiva que fije condiciones que ellos unilateralmente han fijado siempre, como el precio de la mercancía-trabajo, es cuestionado”.

“El sindicato quiere participar en la conformación del salario, por lo tanto, es un enemigo”, agregó.

El abogado dijo que la CTA Autónoma se encuentra en una nueva etapa ya que “el capitalismo es otro, totalmente distinto y se debate en el mundo cuál es la forma de organizarse en función de esas grandes mutaciones del capital”.

La irrupción de la Central en el mundo del trabajo generó cambios importantes en las formas de entender a los trabajadores. “La Central venía a ser estudiada como forma de organización de los trabajadores era absolutamente novedoso que se plantee que había afiliación en el territorio”, subrayó.

Para Maguira, “no hay derechos sociales sin portadores. Sin portadores tienden a desaparecer y la Libertad Sindical es un derecho muy vivo”.

La Central nace en el 92 con la caída del Muro de Berlín y nace fundamentalmente a partir de la experiencia democrática institucional. También en un momento de crisis “nos animamos a romper con el ‘Unicato Sindical” que representa la CGT y construir una organización de nuevo tipo”, afirmó.

Y añadió: “Yo venía de laa CGT y no entendía concretamente como era que había que elegir directamente a los representantes de los trabajadores y como era eso de un Congreso donde los congresales se elijan y una entidad de tercer grado no tenga representación de los sectores. Evidentemente respondía a una realidad que estaba naciendo en ese momento, ya estaba planteada la Tercera Revolución Industrial, ya el trabajador ‘fordista’ empezaba a tener mutaciones. Las grandes concentraciones de trabajadores desaparecían, al igual que los colectivos de trabajadores. Y se plantea la Central con una representación directa. Hablar en los noventa de Libertad y Democracia Sindical era un pecado capital”, sentenció Meguira.