Recordando a Agustín: Un imprescindible

OPINIÓN

Por Manuel Justo Gaggero*

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Pero los hay quienes luchan  toda la vida: Esos son los “imprescindibles”. Esta construcción se le atribuye al dramaturgo alemán Bertolt Brecht y sin duda es una caracterización que lo describe perfectamente a nuestro compañero Agustín Tosco.

Falleció un 5 de noviembre  de 1975 por una enfermedad que no pudo ser atendida por las difíciles condiciones  en que vivía clandestinamente para eludir las amenazas a su vida de la organización para estatal “la Triple A” y de la represión  desatada por el gobierno provincial y nacional.

El “Gringo” tenía una larga trayectoria como símbolo del sindicalismo de liberación, fiel a su clase y un gran impulsor de la “Unidad en la Diversidad” y del” Respeto a la Diferencias”.  Junto con Raymundo Ongaro y Jorge Di Pascuale, entre muchos otros dirigentes sindicales y militantes populares, participó en la conformación de la C.G.T. de los Argentinos enfrentando las direcciones burocráticas y pactistas que tenían como principales exponentes a Augusto Vandor y José Rucci.

Lideró, junto a Atilio López, Elpidio Torres y René  Salamanca la insurrección popular antidictatorial denominada “El Cordobazo” que interpeló a la Dictadura militar gobernante. En 1970, en el Congreso de la Central realizado en Paraná en el que participamos como organizadores,  confrontó con un sector del peronismo de derecha encabezado por Roberto Grabois que intentaba desplazarlo de la conducción. Ya en la cárcel de Rawson apoyó la fuga del penal  en 1972 y compartió el dolor por el asesinato de los militantes revolucionarios el 22 de agosto de ese año, en la Base Naval “Almirante  Zar” de Trelew.

Festejó la liberación de los presos políticos en mayo de 1973.  Condenó el golpe palaciego llevado a cabo a partir de la Masacre de Ezeiza del 20 de junio de ese año por la derecha peronista con la anuencia del “Líder” de ese Movimiento que desplazó a Héctor Cámpora de la Presidencia. Nos acompañó en la construcción del Diario “EL Mundo” y del Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS).

Para confrontar con la fórmula “Perón–Perón le propusimos que integrara un binomio con Armando Jaime  y nuevamente dio una muestra de coherencia. “Durante 18 años los trabajadores han luchado para que Perón vuelva a ocupar el Sillón de Rivadavia y más allá de lo que piense sobre esa posibilidad no seré un obstáculo para que  los mismos concreten esa utopía”.

En febrero de 1974 enfrentó el golpe policíaco que puso fin al Gobierno de Córdoba integrado por Ricardo Obregón Cano y Atilio López que tuvo el respaldo del entonces Presidente de la Nación Juan Domingo Perón que protagonizara el Teniente Coronel Antonio  Navarro; conocido como  el “Contra Cordobazo”. A partir de ese momento recrudeció la represión dirigida a terminar con la “infiltración marxista” en el  movimiento obrero y lo puso en la mira de los represores estatales y para estatales lo que determinó que, meses más tarde, pasara a la clandestinidad.

Luego del “Rodrigazo”, en junio de 1975, en el que las bases obreras lograron frenar el modelo de país diseñado por las clases dominantes recibimos una información preocupante. El núcleo de Inteligencia del Partido Revolucionario de los Trabajadores que dirigía el Capitán “Pepe” logró detectar que la cúpula militar había decidido el asalto  y la ocupación del Gobierno. Este se concretaría en los primeros meses del año siguiente, 1976. Frente a esa posibilidad cierta la Dirección del PRT resolvió que centráramos todos los esfuerzos en concretar un gran Frente Anti Golpista.

Para ello viajé a Córdoba a proponerle al “Gringo” que se sumara a esta propuesta y viajara a Buenos Aires para  entrevistar a los dirigentes políticos democráticos. En esos días estaba en las sierras; en una casa en la que permanecía clandestino. Le pareció correcto nuestro análisis y ya en la Capital, a la que llegó con Antonio Di Tofino y dos compañeros que lo acompañaban por razones de seguridad, comenzamos un recorrido con encuentros con Raúl Alfonsín, Oscar Alende, Horacio Sueldo, Bernardo Alberte, Alicia Eguren y decenas de compañeros de diferentes organizaciones que aprobaban la idea.

Como pasábamos muchas horas juntos y ellos estaban hospedados en el departamento de dos abogados del “Frente Legal”, Liliana Bortolotti y Gustavo Manilow, empezamos a notar que el querido “Gringo” tenía serios problemas de salud por lo se decidió que volviera a la “Docta” para ser atendido por médicos del Partido Comunista y de nuestro Partido. Lamentablemente las condiciones precarias que imponía la clandestinidad determinaron su muerte.

Han pasado 43 años de aquel 5 de noviembre y su figura y ejemplo se agigantan al comprobar que como fuera el lema de la CGT de los Argentinos es “preferible honra sin sindicatos que sindicatos sin honra”. No lo olvidaremos y millones de trabajadores lo llevarán como bandera cuando logren concretar la Liberación Nacional y Social y el “asalto al cielo” tan esperado.

*Abogado y periodista. Ex Director del Diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”