Todo está patas para arriba

Por Néstor Pérez*

Las redes sociales no son el ámbito adecuado para ir al fondo de las muchas cuestiones que, huelga decir, nos sumergen cada día en el inframundo; pero sucede que es en ese territorio inhóspito para la reflexión, donde parece crecer la iracundia contra el modelo discursivo y la praxis anticipada del candidato Milei.

Se intenta dotar de musculatura a la réplica contra su modelo económico; la embestida contra el elenco estatal; las privatizaciones; su anuncio de cerrar los medios públicos y el CONICET. En todo de acuerdo con eso; ahora, si el Gobierno Nacional de mayoría peronista sigue hundiendo a los trabajadores en la pobreza, deja librado a su suerte a cada familia que amanece con la desmesura de demandas insatisfechas, con el llanto de sus niños sin mañana, diciendo que hará en algunos meses lo que su impericia y debilidad le impiden hacer ahora, atacar el discurso del candidato Milei no hará otra cosa que engordar sus chances de alcanzar la cima del poder político.

Es hora de dejar de mostrar lo que le pasaría a un pueblo que decidiera esa opción, entre otras cosas, porque el electorado de Milei es el pueblo condensado como pocas veces se ha visto, si es que alguna vez ocurrió un fenómeno semejante. No sirve decirle al electorado lo que le espera.

Es necesario no prorrogar las respuestas (si es que Massa las tiene). El momento de la contestación es ahora. Es la administración Fernández-Fernández la que debería redoblar los esfuerzos para que el pueblo sufriente, dolido, entristecido, agotado, no deje de latir. Aunque la empresa sea colosal, casi una quimera.

Es muy poco probable que los casi 7 millones de argentinos que votaron a Javier Milei quieran ver a sus compatriotas abrazados en una hoguera.

Resistir esa idea se vuelve urgente. No son ellos los responsables de hacer su opción, dejemos de atacar al que decide; porque si algo sano tiene un sistema insano como la democracia churchileana es que, todavía, cada quien piensa y hace lo que se le antoja.

El viejo sistema político cruje. Todo está patas para arriba. Al filo del desbarranque, aún podemos ponernos a pensar, y jamás será poca cosa.

*Periodista. Secretario de Finanzas del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTAA)