Por Julia Giuliani* (Desde Río de Janeiro)
Este domingo 2 de octubre no será un día más para Brasil ni América Latina. Las y los brasileros saben que están a punto de ser protagonistas de uno de los hechos históricos y políticos más importante de los últimos diez años.
Fueron intensos los últimos tiempos, mucha resistencia y también acumulación de fuerzas para poder echar a Bolsonaro, quien es el principal responsable del retroceso en materia de derechos para las y los trabajadores y el conjunto de la población que hoy atraviesa una situación difícil desde lo económico y social.
En las calles se palpa y está a flor de piel lo clave que es este momento para una democracia joven y débil que actualmente existe en Brasil. Con mucho color se lleva adelante la campaña electoral en las calles, allí donde habita el gran soberano: El pueblo.
Canciones, bailes, volantes y stickers con las caras de las y los candidatos, visten las calles de Río de Janeiro. Miles de rostros en cada panfleto que las y los militantes dan en mano, es que en estas elecciones se renuevan gobernadores, senadores y diputados. Alianzas inentendibles también son parte del ritual democrático que hoy se celebra con mucha alegría y entusiasmo.
Lula claramente encabeza las encuestas, en él y su liderazgo indiscutible están montadas todas las ilusiones de un triunfo en primera vuelta para darle de una vez, una despedida a la derecha fascista en Brasil, pero que también será un espejo y un reflejo de lo que suceda el próximo año en las elecciones presidenciales de Argentina.
Virar hacia un proyecto popular y que lleve adelante transformaciones reales, es lo que hoy es Lula para la política brasilera, quien tendrá la enorme tarea de restablecer la democracia plena y un proyecto nacional y latinoamericano, que ponga nuevamente de pie al gigante de América del Sur.
Hay fiesta en cada esquina, en cada centro comercial en el que se volantean las propuestas, buscando llegar a la gente en un mano a mano, es que nos cruzamos con candidatas y candidatos a diputados, gobernadores y senadores, que recorren los sectores más ricos de Río de Janeiro, pero también los mercados más populares y concurridos. Es que caminar juntos va a ser la consigna después de que el 2 de octubre ocurra lo que todas y todos esperamos, un contundente triunfo de Lula en las urnas.
Éste será el principal desafío: Conformar un frente amplio que posibilite y garantice la gobernabilidad, en donde las agendas de los diferentes actores que hoy acompañan la candidatura del sindicalista Luiz Inacio Lula Da Silva, se exprese y compatibilicen para, en unidad, avanzar nuevamente hacia una Nación fuerte y con Justicia Social.
Lula es el candidato que molesta a los sectores económicos y poderosos, el debate presidencial del jueves por la noche lo demostró. Las y los candidatos a Presidente que participaron, tuvieron un solo objetivo durante las casi tres horas de este encuentro: Pegarle a Lula a cómo de lugar.
Estas instancias de debate presidencial, son piezas fundamentales para poder poner sobre el tapete las diferentes propuestas en diversas temáticas, en las que Lula salió fortalecido demostrando que su triunfo es una esperanza necesaria.
Reforma Laboral, Reforma Previsional, la Salud, la Educación, resolver la problemática del techo y el trabajo son los desafíos para quien asuma como Presidente en enero del 2023. Pero la reina de las necesidades es tomar medidas contra el hambre que hoy aqueja a millones de brasileros y brasileras. Porque como bien decimos en la Argentina: El hambre es un crimen.
*Secretaria de Prensa y Comunicación de ATE Córdoba. Secretaria de Relaciones Institucionales electa de la CTA Autónoma de la Provincia de Córdoba