El nuevo “Chubutazo”

Por Gonzalo Pérez Álvarez

Entre el 15 y el 21 de diciembre de 2021, Chubut vivió el más grande proceso de movilización de su historia. En ciudades, pueblos y parajes, decenas de miles marcharon contra la ley que habilitaba la explotación megaminera. Gran parte del movimiento obrero confluyó con la movilización ambiental, siendo un factor clave para la victoria final.

Desde hace más de veinte años, el debate sobre la instalación de proyectos megamineros en Chubut se transformó en un eje clave de la confrontación política y social. La propaganda que legitimó estas propuestas siempre había sido la supuesta cantidad de puestos de trabajo bien remunerado que generaría, procurando así ganar a sectores del movimiento obrero en su apoyo y en confrontación con las asambleas ambientalistas.

Sin embargo, la oposición de pueblos originarios, militantes, sindicatos y asambleas, ha impedido que estos proyectos se desarrollen, especialmente por sus efectos contaminantes en los escasos cursos de agua de la provincia. En marzo de 2003, un plebiscito en Esquel arrojó un resultado de 81% en contra de la minería, conquistando luego una ley que impide la minería metalífera a cielo abierto en Chubut. Era el resultado de un amplio y transversal movimiento social que se expresó bajo la consigna del “No a la Mina”, pero que sintetizaba muchos años de conciencia y luchas ambientalistas en Patagonia. Un hito previo en esa conciencia ambiental, fue marcado por el movimiento contra la instalación de un basurero nuclear en la meseta central de Chubut durante 1996.

El 15 de diciembre de 2021, por la noche y sin debate previo, la Legislatura provincial derogó la legislación antiminera. Inmediatamente, comenzaron las enormes movilizaciones populares, al tiempo que el gobierno provincial de Mariano Arcioni reprimía brutalmente, con decenas de manifestantes lesionados y encarcelados.

La acción policial adquirió ribetes de cacería y el pueblo redobló su lucha: a las asambleas ambientales se sumaron los pueblos originarios, las barriadas populares, hinchadas de fútbol y una parte del movimiento obrero, en especial, los estatales y el poderoso sector pesquero. Las movilizaciones cotidianas reunían a decenas de miles, generando álgidos hechos de conflictividad, que incluyeron el incendio de la casa de gobierno, otras sedes del estado provincial y edificios de empresas privadas. El inicio de la huelga total en el sector pesquero y los cortes de rutas estratégicas en toda la provincia fueron puntos de quiebre en el conflicto.

Durante octubre de 1990, lxs trabajadores y trabajadoras de Chubut se movilizaron masivamente contra las reformas neoliberales de entonces, en un proceso que fue conocido como el “Chubutazo”. En 2021, tras seis días de marchas, cortes y enfrentamientos, el pueblo de la provincia construyó un nuevo y victorioso Chubutazo: la ley prominera fue derogada el 21 de diciembre. La confluencia del movimiento obrero con las reivindicaciones ambientales dio un nuevo y triunfal paso, con enseñanzas claves para pensar las luchas que se auguran en nuestro futuro cercano.

Fuente: www.historiaobrera.com.ar