“Suspender el pago de la Deuda Externa y crear impuestos que graven al capital”

El documento Emergencia(s) en tiempos de Covid-19, una mirada con perspectiva de género, echa luz sobre la profundización de la desigualdad, el riesgo sanitario, y las violencias de género psíquica, económica y física que viven sectores altamente vulnerables. Una de las redactoras, Silvia León, da cuenta del trabajo realizado por la colectiva de género de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) que fue presentado  al  Presidente Alberto Fernández y a Elizabeth Gómez Alcorta, titular del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidades.

Por Katy García*

Silvia León, Secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la CTA-A nacional, junto a Clarisa Gambera, referente de la CTA Capital y directora del Departamento de Género y Diversidad de ATE Nacional, redactaron este material creado con los aportes de la colectiva de género conformado por las filiales del país.

A través de la red de whatsApp, este medio se contactó con Silvia León para averiguar de qué trata este documento de diez páginas titulado “Emergencia(s) en tiempos de Covid-19, una mirada con perspectiva de género” que arranca con  una introducción donde expone el marco teórico político, luego analiza las distintas formas de precarización, identifica los sectores esenciales, y las violencias contra las mujeres y la población LGBTI +, para concluir con un conjunto de demandas urgentes a las que el estado debe dar respuestas. (1).

“Cuando empieza el aislamiento el primer reclamo que aparece es la violencia de género y la necesidad de contar con lugares de alojamiento  para las mujeres y personas LTGB+ que la sufren”, destaca,  la referente nacional, y agrega que al mismo tiempo, observaron  la ausencia de una mirada de género tanto en el diseño de las políticas públicas – aplicadas en el marco de la cuarentena decretada por el presidente Alberto Fernández el pasado 12 de marzo-, como en  el propio sector sindical. El texto reafirma el apoyo  a la Campaña Nacional por la legalización del aborto, la demanda de la Interrupción legal del Embarazo (Ile) y los métodos  anticonceptivos “para evitar que ninguna mujer tenga que llevar adelante un embarazo no deseado”. También pone el foco en niñes, adolescentes, y  adultos mayores. Entre las demandas: un salario mínimo universal y la creación de un Comité de crisis.

– ¿Cómo fue el proceso que culminó con este documento que desde una perspectiva de género da cuenta de lo que les pasa a las mujeres y personas LGTBI+,  en un contexto de covid-19 y emergencias sanitaria, social y económica?

-A través de tele reuniones con las responsables de las secretarias de género de todo el país, de la CTA Nacional, y del equipo de género de ATE,  que hizo un relevamiento con las compañeras estatales, en todo el país, fuimos construyendo la información y vimos que había una necesidad enorme de ponerle una mirada de género a la pandemia. Relacionamos las emergencias sanitaria, social y económica para dar cuenta qué les pasa a las mujeres y  personas del colectivo  LGTBI+ en relación al aislamiento. La crisis  económica previa, la atención a la violencia de género, la  excepcionalidad de algunos trabajos, fuertemente feminizados y precarizados, y cómo impacta particularmente en las mujeres, reproduciendo situaciones de desigualad y  violencia. Entendiendo, que la prevención y la erradicación de la violencia de género debe ser una política de estado, con presupuestos especiales. En ese contexto, fuimos viendo que los servicios que atienden la violencia son absolutamente dispares.

-¿Cuáles son las problemáticas centrales que encontraron? 

-Lo primero que nos espantó fue el tema de la violencia de género y los femicidios. El 30 de marzo organizamos el ruidazo, que no tuvo un gran impacto en el país, pero sí en la capital,  que empezó a visibilizar que no es lo mismo el aislamiento en situaciones familiares  favorables que en otros donde las compañeras y los compañeros vienen sufriendo una violencia previa que se agudiza y profundiza. Por otro lado, puso al descubierto la  importancia política y vital que desde el feminismo veníamos instalando y que estamos debatiendo con el Ministerio de las Mujeres, géneros y diversidad, que es la centralidad de las tareas de cuidado, fuertemente feminizadas. Y aparece otra vertiente, la presencia importante del estado  a través del sistema de salud, muy vapuleado en los últimos 40 años, que pone en cuestión  el modelo capitalista y neoliberal que es tomar a la salud como una mercancía.

-¿Cuáles son los colectivos más precarizados y cómo influye en la vida de las personas el aislamiento?

-Un tema preocupante son los cuidados dirigidos a los cuidadores que ponen en riesgo la vida. Estamos hablando de los trabajadores de la salud, donde el setenta por ciento son mujeres; de los que trabajan en áreas de niñas,  adolescentes, y personas mayores; los que recolectan los residuos, trabajan en supermercados, medios de comunicación, y en todos los lugares que fueron declarados esenciales donde en muchos casos no han llegado siquiera los elementos de protección, con el impacto lógico y emocional que esto significa.

Silvia León y Clarisa Gambera

– ¿Surge entonces la necesidad de la organización sindical?

-Estamos viendo que sigue siendo una necesidad la presencia de nuestros sindicatos y de nuestra Central en la recepción de violaciones de derechos en nuestro trabajo, como la no aplicación de la licencia de maternidad y sigue habiendo una situación de desamparo de los trabajadores que están cubriendo tareas en áreas esenciales, la mayor parte  de precarizadas. Por ejemplo, las trabajadoras de la  línea  de asesoramiento 144, tan promocionada, para atender situaciones de violencia de género. Esto tiene un doble impacto por la precarización y los magros salarios.

Lo mismo pasa con las y los trabajadores de medios de prensa que tienen que realizar coberturas. Especialmente las mujeres que también tienen que hacer tareas de cuidado en la casa. Y están las miles de compañeras de las organizaciones sociales que hace años  vienen trabajando en los comedores, copas de leche, y en casas de familia, y no reciben un salario.

-En esa línea, el documento sostiene que una parte del sector analizado realiza su trabajo en el hogar ¿Qué consecuencias están observando?

– Se abre todo un tema con el trabajo domiciliario, la súper explotación  que esto significa, y el impacto social en una familia que está viviendo un aislamiento que agrava la situación de la mujer que tiene que hacer las tareas del hogar, sostener emocionalmente al grupo, y además realizar el teletrabajo cumpliendo tareas durante ocho horas. Por otra parte, está el riesgo de que esta modalidad permanezca a nivel mundial más allá de la pandemia porque es uno de los instrumentos que el mercado laboral viene tratando de imponer. Hoy, el teletrabajo debe verse en el marco de una situación de emergencia.

-¿Cómo evalúa las políticas públicas aplicadas por el estado?

-Gran parte de las medidas del gobierno están bien direccionadas pero hay que profundizarlas. Existe la necesidad de que haya un piso salarial social permanente que le permita al casi 40 por ciento de la población, salir de la situación de pobreza cuando se inicie la reactivación económica, la producción nacional, y la generación de empleo genuino. Desde la Central  pensamos que hoy más que nunca es  imprescindible la suspensión del  pago de la deuda externa, y la creación de impuestos que graven al capital y  los bancos. Para que haya una política redistributiva en beneficio de los grupos que hoy la están pasando muy mal y que son las mujeres, niñas y niños.

-¿Qué debería hacer el Gobierno?

-Vemos y hemos visto desde el principio que la creación del Ministerio de las Mujeres y  Diversidades es un logro y entendemos que frente a la emergencia se debe extender el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para todas las mujeres que hacen trabajos de cuidado.

Creemos que hay una tremenda dificultad para centralizar y nacionalizar políticas  si no existe en cada municipio, en cada provincia, una política y profesionales que aborden las temáticas con las mujeres que trabajan la prevención, en los territorios. Es necesaria e indispensable  una transversalidad en cada una de las acciones del gobierno. Desde la Central venimos reclamando la creación de comités de crisis en todos los ámbitos y sectores de trabajo.

*Periodista

Fuente: www.prensared.com.ar