Un cargo vitalicio no es compatible con la democracia

Por Rodolfo Aguiar*
Bajo el sistema acusatorio, la nueva norma debe asegurar un mayor control de la política criminal del Estado.
En medio del debate del Senado por el proyecto de ley para modificar el modo de elección y reducir la duración del mandato del Procurador General de la Nación hay que cuestionar que todavía sigan existiendo cargos vitalicios porque muestra lo vetusto de nuestras instituciones, las designaciones a perpetuidad no son compatibles con la democracia.
Llama mucho la atención que quienes se oponen a las modificaciones aseguren que lo hacen porque el gobierno quiere entrometerse en la designación, cuando lo primero que hicieron el día que asumieron fue echar a Gils Carbó.
Si el mandato dura 5 años, como propone la iniciativa, inevitablemente quien sea designado ejercerá sus funciones una parte de ese plazo bajo la gestión de un gobierno distinto al que lo propuso.
Más allá de la aceptable polémica que puedan generar algunos puntos, resulta imperioso que la modificación garantice un mayor seguimiento de las políticas criminales del Estado. La actividad delictiva muta y se va transformando.
Creemos que si se aprueba este proyecto se estará dando un avance significativo en la lucha contra el crimen organizado, porque el Ministerio Público Fiscal alcanzará la dinámica que se perdió durante décadas bajo la concepción de la perpetuidad.
*Secretario Adjunto de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) Nacional. Secretario General de la CTA Autónoma Río Negro